1. Yo.

4.4K 260 28
                                    



No es lo mismo tener un corazón roto, que un corazón de cristal. El corazón de cristal, es aquel que después de haberse roto, el Tiempo logra recomponerlo, juntar los pedazos y unirlos nuevamente de una forma algo torpe, no muy segura. Está armado, es cierto. Pero continua tan frágil, que cualquier pequeño roce lo puede hacer resquebrajarse de nuevo.

El corazón de cristal es mucho más peligroso que un corazón roto. Pues quienes lo poseemos, solemos levantar una barrera hermética a su alrededor, para que nada lo alcance. Para que nada ni nadie logren llegar a él y corra el peligro de volver a romperse.

El corazón roto, está roto porque ama. Con cada uno de sus pedazos, sigue amando. El corazón de cristal sin embargo, carece de emociones.

El corazón de cristal, se volvió de cristal, porque en algún tiempo, fue un corazón roto.

─No tengo ganas de ir a esa fiesta, Mateo ─al otro lado del teléfono, la voz de mi mejor amigo me replica, como siempre, mientras llego hasta mi coche ─No. Tampoco hace falta que me dejes a mí como la amargada y antisocial que ya no se divierte. Es sólo que no me apetece nada, ir a una reunión con ex compañeros de la secundaria, a los que hace diez años que no vemos. ─resoplo con desgana cuando consigo ocupar el asiento de mi pequeño peut geot ─Es que ya me lo estoy imaginando, ¿sabes?; "¡Oh, Luisita! ¡Cuánto tiempo! ¡Qué cambiada estás! ¿Te hiciste algo en el pelo? Casi no te reconozco. ¿Qué es de tu vida? ¿Dónde trabajas? ¿Tienes novio?" "Ehm, Ah sí, hola... este... No recuerdo tu nombre. Pero bueno, el pelo me creció, como es lógico después de diez años y además, abandoné esas terribles mechas de colores que llevaba cuando era una adolescente rebelde. ¿Trabajar? Depende lo que consideres como trabajo, porque con el mío, invierto más de lo que gano. Pero no importa, porque es lo que apasiona, y si te atreves a poner una mala cara, mi copa de vino caerá accidentalmente sobre tu vestido, camiseta, o lo que sea que lleves puesto. ¿Novio? Ja ja, risa irónica. ¿Acaso no cotilleas las redes sociales? ¿Has visto alguna foto con algún otro hombre, que no sea el imbécil que me hizo venir? Soy lesbiana. ¡Sí, lesbiana! Me gustan las mujeres. Y no. No tengo novia. Ni pienso volver a tenerla en mucho tiempo. Gracias ─pongo los ojos en blanco mientras vuelvo a escuchar su respuesta a mi improvisado diálogo ─Sí, soy antipática y por eso no iré a la fiesta. Así te ahorro el tener que avergonzarte de tu mejor amiga.



Horas más tarde

─Vuelve a recordarme por qué me dejé convencer ‒murmuré apretando su brazo.

─¿Dejarte convencer? ─se ríe con ironía mientras avanzamos ─Luisi, casi tengo que llamar a los bomberos para sacarte de tu casa.

─Tan exagerado como siempre.

─Y tú tan cabezota como siempre. ‒sonrió, obligándome a poner los ojos en blanco ‒Además, no entiendo por qué tanta queja y negatividad. ¿Me vas a decir que, de verdad no te da aunque sea curiosidad, ver a algunos de nuestros ex compañeros esta noche?

─Al único que necesito y quiero ver, es al que a lo largo de estos años se ha convertido en mi hermano. Un hermano idiota, que me arrastra sin piedad hasta esta estúpida fiesta.

─Vamos, tiene que haber alguien más ‒insiste. ‒En cinco años llegas a sentir cariño y nuestros mundos se han separado demasiado. Tiene que haber por lo menos una persona, aparte de mí, en quien hayas pensado en algún momento de estos diez años. Alguien a quien te gustaría volver a ver, por lo menos una vez más.

En este momento, un único nombre asalta mi mente. Un nombre que llevo varios años sin recordar y que ahora, acaba de atravesar el tiempo, para instalarse en mi memoria de manera inesperada, consiguiendo por un efímero instante, acelerar los latidos de mi corazón.

Caprichos Del Tiempo - Luimelia Where stories live. Discover now