𝚃𝙷𝚁𝙴𝙴

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caía

Caía

Caía

Y no paraba de caer

Despues de expresar su odio e irá hacia el progenitor de todos los demonios, el joven estaba cayendo hacía la nada sin parar.

El no hacía ningún esfuerzo para saber hacía dónde se dirigía, solo se dejaba caer aceptando su destino, el solo.... solo quería morir de una vez por todas e irse al infierno como un hombre.

Hasta que algo sucedió...

una luz blanca sego su vista fuertemente, ¿que era exactamente?, ¿El cielo?, No...imposible, el había cometido actos de carnicería por más de cien años, es imposible que tenga un pase gratis hacía el paraíso, quizás su cabeza le estaba jugando una broma pesada...

Muy pesada...

Quizás era el infierno que el mismo merecía, pero, ¿esa luz no tendría que ser roja o algo parecido?, pero...¿que tal si era un alma en pena justo ahora?, ¿Que tal si ahora mismo estaba vagando tristemente por el mundo buscando donde descansar?

Más y más preguntas se le hacía en la cabeza en ese momento, realmente quería saber en donde pararía.

Hasta que la enorme herida que tenía en el pecho... sano, a pesar de no ver nada, joven sentía que claramente que había desaparecido de su torso...

PUM

Negro...

Solo negro...

Eso era todo lo que veía ahora.

Negro.

Pero...

¿Por qué no sufría?

¿Por qué no sentía las llamas del infierno quemar su piel y cuerpo?

Hakuji - ¿?

Este levanta la mirada, y lo primero que vio fue el hermoso cielo azul del...

Hakuji - ¡Día!

El se levanta de donde está y se cubre la cara con sus brazos en un intento de protejerse, pero...no sintió absolutamente nada.

Sentía como los ratos del sol caían en su piel y daban una bonita sensación que no sintió por más de 2 siglos.

Esto es raro...

Pero más raro fue el ver sus brazos...

No tenía la piel pálida, ni esas líneas azules que estaban por todo su cuerpo...bueno casi...

En su antebrazo derecho estaban esos malditos tatuajes de criminal, en un color negro oscuro.

Pero por ahora eso no importaba.

Su piel, tenía la piel del color de cuando era un humano.

Se miro las uñas, estaban del mismo color que cuando llego a este mundo.

Los pies y las piernas, de igual manera.

Hakuji - imposible...

𝚄𝙽𝙰 𝙽𝚄𝙴𝚅𝙰 𝙾𝙿𝙾𝚁𝚃𝚄𝙽𝙸𝙳𝙰𝙳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora