No sé por qué... pero de repente recordé a Max , el es mi mejor soldado en el combate con armas de fuego y explosivos, un soldado ejemplar, que daría la vida por sus seres queridos y por la república, un pensamiento de un soldado admirable, pero a mi sinceramente me pone nervioso, yo quiero a Max, de verdad... pero siempre se pone en peligro, como si no le importara morir, eso me pone muy nervioso, si algo le llegara a pasar me sentiría terrible.
Saliendo a otro tema, ya va siendo hora de que Emil y yo encontremos a Naofumi, Raptalia, Firo y compañía, tenemos que informarles el tema de los inquisidores cuanto antes, Emil y yo decidimos volver sobre nuestros pasos, las islas están plagadas de monstruos, seguramente no se alejaron mucho de nuestro punto de llegada antes de encontrar algunos, al cabo de unos 8 minutos de caminata pude escuchar un grito
"¡{Reacción de odio}!"
Ok, esa voz fue la de Naofumi, estoy completamente seguro de ello, Emil y yo rápidamente nos dirigimos hacia la dirección de donde venía su voz, por como grito seguramente deben de estar luchando contra monstruos, así que comenzamos a correr para ayudarlos lo más rápido posible... aunque repentinamente Emil y yo comenzamos a deslumbrar un raro aunque considerablemente hermoso brillo color carmesí, no logramos percibir odió u otros indicios de agresión, así seguramente no debe de ser una amenaza, pero cuando llegamos y vimos a Naofumi... oh dios mío
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-¡puta madre! ¡también me va a dar a mi! *exclamo Naofumi verdaderamente nervioso*
¿¡ja!? ¡no solo a ti! ¡también a Emil y a mí! Emil enseguida encendió su sable de luz... seguramente lo puso para que absorba las llamas, no obstante nuestros sables de luz no son capaces de absorber un cuerpo de fuego de tal tamaño y magnitud, recibiremos esa llamarada de frente...¡están en nuestros cuerpos!
