Capítulo 3

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—¿Hoy no era tu día libre?

MinHo se levantó asustado por los lloriqueos de su hijo. Fue cuando se dio cuenta que Chris se había levantado temprano para ducharse. Justo después de terminar de cambiar el pañal de JeongIn, el australiano entró a la habitación en ropa interior. Su espalda ancha es la perdición de MinHo, pero no es momento para eso.

—Hubo un retraso con la composición de las canciones del nuevo mini álbum, tengo que ir a la empresa a arreglar algunos asuntos.

—Mm...—suelta medio adormilado.—Pensé que iríamos a pasear a JeongIn en su nuevo coche.

—Sí, lo siento. Trataré de acabar lo más pronto posible para pasear juntos.

—¿Lo prometes?

—Sí, lo prometo. Hoy será un día familiar sí o sí.—responde después de abotonarse la camisa.

—¿Alrededor de qué hora?—parece que ni siquiera es consciente de lo que habla, su voz se escucha muy apagada y Chris suelta risillas por eso.—Que sea antes del baño porque Innie va a llorar y si llora, me causa tres... tres tristes...

—Será antes de las cinco de la tarde, MinMin. Lo prometo.—se levanta el pantalón y lo abrocha.

—Voy a prepararte desayuno, no vayas a ir con la comida vacía.—Bang ríe por el error.

—No te preocupes, comeré algo en la cafetería de la empresa. Sigue durmiendo, MinMin.—termina de peinarse y se da la vuelta para mirar a su esposo, la imagen más tierna que ha visto lo enamora.

MinHo está acostado de lado en la cama, con el antebrazo como sostén y su mano como apoyo. Uno de sus pectorales está fuera de su pijama para amamantar al pequeño JeongIn, quien tiene los labios acariciando el pezón de su papá. Ambos están dormidos.

No debería, pero busca su celular rápidamente para sacar una foto de ese momento. Se acerca a su novio para acostarlo mejor. Entre quejidos flojos le dice que no demore, recibe un beso en la frente como respuesta, JeongIn también recibe uno, pero de despedida.

Con ese pequeño momento, Chris puede tener un gran día.

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MinHo asiente a todo lo que los pequeños JiSung y Felix le cuentan. Le divierte ver como se interrumpen para contar una historia. El pequeño JeongIn está ubicado en la cangurera, escuchando el corazón de su papá.

—Entonces, Eddy el zorro entendió a Crong el cocodrilo y se solucionó el problema.—termina JiSung. Felix asiente efusivamente.

—Me gustó mucho el final.—les dice MinHo.—¿Quieren mandarina?—los niños asienten y del frutero saca tres unidades. Uno para cada uno.—Vamos a la sala.

Los niños obedecen y en fila se dirigen a esa parte de la sala. Es gracioso ver como ambos amigos incluso caminan con el mismo pie. Los tres se sientan en el sillón grande y MinHo saca al pequeño de la cangurera.

—Lixie, ¿Puedes desabrochar atrás?—le pide mostrando su espalda. El niño obedece rápidamente. JiSung jala el objeto desde su frente.—Gracias.—se dirige a ambos. Descansa a JeongIn en sus piernas.—Ah, olvidé la manta.—dice para sí mismo.

—¡Yo la traigo, hyung!—grita el Kang automáticamente. Se levanta de su sitio y corre hacia el cuarto del mayor. Que dulce.

—Botaré las cáscaras, hyung.—avisa su sobrino y toma la basura de las dos frutas, MinHo aún no ha comido la suya.

—¡Aquí está!—tira la tela de ositos en los dos espacios vacíos y la extiende. El pecoso viene después y ambos se sientan en la alfombra.

Felix y JiSung son muy cariñosos y obedientes, desde que MinHo los cuida, no ha tenido problemas mayores a no querer comer la comida o alguna travesura pequeña. Cuando les dio la noticia de que estaba esperando un bebé, ellos se ilusionaron al punto de decir que ellos lo cuidarían mucho porque serían sus hermanos mayores, hicieron que Lee derramara algunas lágrimas de la emoción. Todo este tiempo lo han cuidado y mimado, lo abrazaban de la nada y le hablaban a su hinchada barriga. Cuando el sueño lo vencía, le cantaban canciones de cuna para que duerma tranquilo y se echaban a su lado con cuidado de no lastimar su panza. Ellos son sus niños.

Primerizos | BangKnowWhere stories live. Discover now