dos

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SungHoon había llegado hace una hora de la escuela, llevaba una hora intentando tomar una siesta pero no lograba conciliar el sueño, su mente estaba llena de cosas y pensamientos que no podía apagar por mucho que intentara. Soltó un quejido de frustración ahogándolo en su almohada. Bajó a la cocina a preparar café, eso no lo ayudaría a dormir en absoluto pero necesitaba el sabor amargo del café en su boca. Como era de costumbre, no había nadie en su casa. Estaba solo siempre cuando más necesitaba compañía.

Recordó cómo había hecho el día anterior para distraerse así que se fue a sentar en el piano e intentar repetir la rutina que anteriormente había hecho con el chico peli-negro.

No funcionó. ¿Cuál era la idea de hablar consigo mismo?

Agotado y consumido por la frustración, se levantó de golpe y salió de su casa sin llaves, ni su celular, ni nada. Caminó el corto lapso entre las dos casas con la mirada fija en el piso y sus manos en los bolsillos. Pasaron cinco minutos sin que tocara el timbre.

Sabía que se arrepentiría de eso pero un solo suspiro bastó para que el valor suficiente como para golpear la puerta llegara. Otros cinco minutos pasaron sin que nadie saliera a abrir, era ridículo, no debió haber venido en un principio así que se giró para volver a su hogar cuando alguien abrió la puerta a sus espaldas.

Se congeló por completo al menos unos tres segundos antes de que fuera capaz de girar sobre sus talones y encontrarse con el sonriente rostro de su vecino.

"¡SungHoon, hola!" El peli-negro lo saludó con el mayor de los ánimos y una bonita sonrisa.

"Hola." no pudo evitar sonreír también, debía admitir que la sonrisa del contrario era realmente contagiosa.

"¿Qué te trae por aquí?"

"Mhm, sé que esto es raro pero no hay nadie en casa y necesito distraerme un poco."

"¿Quieres pasar? Estaba viendo una película." En parte eso era verdad y en otra era mentira. JungWon si había puesto una película pero la había pausado no mucho rato después de que comenzara, había salido al patio y ahí esperó a que SungHoon hiciera lo suyo. "Quizá la película no ayude mucho a distraerte, ¿prefieres que ponga algún videojuego y conversamos de algo?" SungHoon asintió ante la propuesta, quería conocer a JungWon, algo en la alegría y buena voluntad aquel chico lo atrapaba.

El peli-negro preparó el juego y antes de sentarse junto a SungHoon corrió a la cocina por algo que pudieran merendar. "¿Eres de los que les gusta pasar las tardes jugando o de los que prefieren hacer otras cosas?" Había llegado con un paquete de galletas las cuales dejó sobre el sofá para que SungHoon sacara cuando quisiera y luego se sentó en el piso apoyando su espalda en el sofá.

"No suelo tener mucho tiempo libre pero sí me gustaría poder hacerlo más seguido."

"Cuando vivía en China tampoco solía tener mucho tiempo libre pero desde que llegué aquí suelo pasar la mayor parte de mis tardes malgastando mi tiempo." JungWon no solía esperar a que le preguntaran, él sólo hablaba cuando sintiera que fuera necesario para no dejar morir la conversación.

"Oh, ¿no eres de aquí?" SungHoon no era de hablar mucho con gente que no conociera, por esa razón estaba bastante nervioso mientras hablaba con JungWon.

"Sí y no, nací aquí pero de pequeño me llevaron a China, luego me mudé aquí hace un poco más de cuatro meses. Donde vivía solía hacer muchas actividades extra curriculares y al llegar a Corea no las he retomado. De todas las que más extraño es bailar."

"¿Bailas?" los ojos de SungHoon destellaron, eso era algo que a él también le apasionaba pero nunca intentó entrar a alguna clase o siquiera practicar y aprenderse alguna coreografía por sí mismo.

JungWon le asintió sonriendo, recién había terminado de ponerle inicio al juego así que le acercó un mando a SungHoon y comenzaron a jugar.

|...|

La tarde transcurrió en varias partidas y en JungWon contándole distintos tipos de anécdotas al castaño, éste sólo le hacía algunas preguntas y se reía de algunas cosas que JungWon le contaba.

Sorprendente, SungHoon se mantuvo lejos de sus pensamientos represivos durante las horas que estuvo con el peli-negro y estaba más que agradecido por ello. Eran casi las siete de la tarde y recién había recordado que al día siguiente tenía examen de química, una de las materias que más le desagradaban y costaban, sin duda sería una larga noche. "Uhm, me había olvidado de que debo estudiar química para el exámen de mañana así que creo que es momento de que me vaya."

"Está bien, nos vemos pronto. Suerte con tu examen."

"Vaya que la necesitaré, química me cuesta demasiado." Apenas dijo eso, los ojos y la boca de JungWon se abrieron por la emoción, provocándole a SungHoon una leve risa.

"¡Pero si esa asignatura es genial! ¿Quieres que te ayude? Creo que vamos en el mismo nivel, ¿no?. También puedes decirle a tu madre que te quedarás a cenar... Si te parece bien, claro." Al castaño le pareció divertida y adorable la emoción que JungWon había puesto en lo recientemente dicho, pero era una buena idea, al fin y al cabo un poco de ayuda era lo que más necesitaba.

Subieron a la habitación de JungWon por los libros y guías que este tenía y se sentaron en el piso a comenzar con el estudio. Luego de un rato, había papeles y apuntes por todo el suelo de la habitación. SungHoon llevaba entendiendo un poco más de lo que esperaba, JungWon le explicaba de una manera mucho más simple que como lo hacía su maestra.

"¿Estás entendiendo algo de lo que digo verdad? porque siento que voy muy rápido, si es así detenme a penas te pierdas."

"No, no, estoy entendiendo, jamás creí llegar tan lejos."

JungWon tomó la muñeca del contrario y la sacudió a lo alto en modo de festejo, estaba contento de poder ayudar a SungHoon y de que éste estuviera mejorando con la comprensión de la materia. Y así pasó una hora más, la madre de JungWon llegó mientras los dos chicos estudiaban y nada más comenzó a preparar la cena y para no interrumpir se las subió en bandejas.

Al terminar la comida SungHoon miró la hora en su celular y decidió que ya era hora de que volviera a su casa. Le hubiese gustado quedarse un rato más a escuchar las historias de JungWon, eso le agradaba, lo mantenía distraído de todo. La voz del pequeño, sus lindos cabellos, sus hoyuelos que aparecen cada vez que sonríe, le resultó muy adorable.

Ambos chicos se levantaron de sus lugares y el azabache acompañó a SungHoon hasta la puerta.

"Enserio muchas gracias por todo lo que hiciste hoy por mí, JungWon, y perdón por haber llegado tan de improviso, no debí haberlo hecho, siento que fui un problema y que de alguna forma me aproveché de ti-"

"¡Oh, claro que no! Gracias a ti por haber hecho mi día interesante. De verdad no fuiste ningún problema, es más, ¡puedes venir cuando quieras!"

Dicho eso ambos chocaron sus manos en un saludo y se sonrieron mutuamente. Luego SungHoon salió de la casa bastante conforme de haber tenido un muy buen día luego de tanto tiempo.

Piano Boy ♪ sungwonWhere stories live. Discover now