cinco

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SungHoon le estaba enseñando algunos acordes simples para que el azabache pudiera tocar alguna melodía. Aprendió cada acorde por separado bastante rápido, el único problema fue que le costaba un poco trasladar sus dedos de unas teclas a otras sin equivocarse. Mientras SungHoon reía porque el menor no lograba hacer que todo sonara fluido, JungWon se cruzó de brazos e hizo un puchero.

"Definitivamente esto no es lo mío."

"Oh vamos, es simple mira." SungHoon se levantó de donde estaba sentado -junto al peli-negro- y se paró detrás de éste. Ubicó cada uno de los dedos de JungWon en cada tecla correspondiente y con la ayuda de su propia mano hizo presión para que el piano hiciera el correspondiente sonido, luego imitó lo mismo con el siguiente acorde, y el subsiguiente, y así hasta terminar. "¿Ya entiendes como es?"

"Sí, pero si lo intento yo solo definitivamente saldrá algo distinto."

El de castaño rió nuevamente, posó su mentón sobre la cabeza de JungWon y en esa misma posición le apretó las mejillas con cada una de sus manos. Luego volvió a cubrir las manos del JungWon con las suyas y nuevamente le ayudó a tocar de mejor manera el instrumento.

"JungWon, tus manos son más pequeñas de lo que creí" tomó la muñeca de la mano izquierda del menor y puso su mano sobre esta, juntando ambas palmas y poder medirlas. Las dejaron así en esa posición por unos -largos- segundos, sólo mirando la diferencia de tamaños.

"Bueno ya" JungWon cerró su mano en un puño pero sin despegarla de la mano de SungHoon. "Ya sé que mis manos son pequeñas y las tuyas enormes pero déjame ser."

El castaño se rió y cubrió el puño cerrado de JungWon con su propia mano casi por completo, tamborileó sus dedos sobre esta un rato más mientras hablaban y la soltó recién cuando se levantó para ir por algo para comer. Antes de volver donde JungWon, la madre de SungHoon lo llamó desde su habitación.

El peli-negro tuvo que esperar por más de diez minutos antes de que los dos salieran de esta, ambos inexpresivos. La mujer, a paso rápido salió de la casa mientras que el castaño entró a su habitación casi corriendo.

JungWon se quedó solo en la sala frente al piano por unos segundos, sin saber qué hacer. No se dio cuenta en qué momento ni cómo, pero se encontraba subiendo las escaleras con una dirección determinada.

Al abrir la puerta de la habitación se encontró con SungHoon sentado en el piso, con la espalda apoyada en la pared y sus brazos abrazando sus piernas.

"JungWon..."

"Ven aquí" Se sentó a su lado y lo enrolló en un abrazo.

"Cada vez me cuesta más mantenerme fuerte ante ella y mi hermano. Debo ser yo quien los proteja en estos momentos, pero no estoy siendo lo suficientemente fuerte... ni valiente." Estuvo con los ojos cerrados desde el momento en que JungWon entró a la habitación, intentaba mantener las lágrimas dentro.

JungWon comprendió un poco lo que sucedía. Los problemas familiares de SungHoon lo estaban agobiando y él debía hacer algo al respecto.

"SungHoon, eres una persona maravillosa. No te rebajes a ti mismo." JungWon lo retuvo en un abrazo. Lo sujetó firmemente, quería protegerlo, quería ayudarlo, quería demostrarle que lo apoyaba y que lo quería. "Necesito ver esa sonrisa tuya tan hermosa" le secó con sus pulgares el camino de lágrimas que había en sus mejillas y depositó un muy suave beso en una de ellas "¿Puedo hacer algo para que sonrías nuevamente? Las cosquillas podrían ayudar."

SungHoon empinó muy poquito la comisura de sus labios y JungWon con sus pulgares que aún se encontraban en la cara del mayor, trató de marcar aún más su sonrisa empinando los bordes de su boca un poquito más, cuando logró hacer que el castaño lograra mantener en su cara una expresión tan linda como su sonrisa; le besó la nariz. No sabía por qué estaba haciendo esas cosas pero sabía que no debía excederse, así que acunó la cabeza de su amigo entre su cuello y volvió a contenerlo para que se sintiera acompañado.

Piano Boy ♪ sungwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora