Dead boy walking #1 [Yoonmin]

OO2 | That Red Velvet song

La sonrisa de Suga era bastante contagiosa, sus encías denotando cual graciosa y bizarra era esa situación para él.

En ese momento estaba cargando en estilo nupcial al delgado muchacho de cabellos grises y muchas mejillas luego de que se desmayara producto del trago que la bella Lalisa le tendió. Afortunadamente para todos, el espacio donde todo esto ocurrió estaba en la penumbra: no hubo testigos.

- Es una lástima, ¿sabes? - su pequeño pero fuerte cuerpo debía realizar un gran esfuerzo para cargarlo. - Si no me pagaran para matarte quizá hubiese coqueteado contigo... - claro que Jimin no lo escuchaba, ya que estaba desmayado en los brazos de Suga.

- ¿Huh? - pregunta Seokjin mediante el auricular que el otro llevaba, con una leve risa burlona.

- No jodas, Seokjin. Si me molestas todo esto te saldrá el doble... - resopla.

Unas puertas, pasillos y escaleras más tarde el muchacho pudo llegar al sótano de aquél casino sin ser visto ni detenido, donde es esperado por Taehyung y Jungkook.

- Mocoso #1... - llama a Jungkook. - Agárralo. - baja a Jimin aún desmayado a tierra firme y le da un empujón hacia Jeon, quien apenas puede retener su caída. - Déjalo en esa silla y que el Mocoso #2 lo ate. - Se dirige a una esquina del sótano donde estaba ubicada una inestable banca. Se sienta allí y toma la botella de vodka que estaba apoyada en el suelo, para luego darle un largo sorbo.

- Seokjin hyung no quiere que bebamos en el trabajo... - dice bajo Taehyung.

- Yo no soy su empleado. - comenta. - Él me necesita más a mi de lo que yo a él. - dice brusco antes de dar otro sorbo. - No le importará que tome lo que me venga en gana mientras haga correctamente lo que sus incompetentes empleados no pueden hacer.

La puerta se abre de golpe dejando ver a dos altos hombres de seria expresión vestidos de elegantes trajes.

- ¿Y ustedes quienes son? - pregunta Suga volteandose abruptamente.

- Suga, sé un poco más educado... - dice Seokjin. - Ellos son Sehun y Wonho, dos de los guardaespaldas de uno de mis más íntimos amigos. Vienen a ayudar. - uno a uno los nombrados asienten, identificándose.

- No necesito ayuda.

- No me importa, invité a mi amigo Hyungwon y él amablemente ofreció la ayuda de sus empleados. ¿Si? Y casualmente se me dio la gana aceptarla. - Suga podría intimidarlo, pero Seokjin no permitiría que más personas lo cuestionasen.

Suga mira hacia una de las cámaras y alza el dedo medio hacia el dueño del casino.

- Que buenos modales tiene ese tal Suga... - dice irónicamente Hyungwon. En su mano derecha llena de grandes anillos agitaba su bebida: un whiskey de los más caros del mundo.

Hyungwon era el dueño del casino situado en la otra punta de Seúl, quien también había sufrido los robos del enano de cabello gris (al cual no habían podido atrapar).

- Si, es un poco... - hace una pausa para buscar la palabra. - ...irreverente, pero es eficiente. - contesta Seokjin a su lado, ambos mirando la transmisión proveniente del sótano.

- En eso tenés razón, Seokjinnie. - asiente lentamente mientras observa mediante la pantalla a Jimin despertarse poco a poco. - Ni Jooheon ni Changkyun pudieron siquiera retenerlo... - hace alusión a sus guardaespaldas personales quienes permanecían junto a Hoseok, ubicados tras los magnates.

- Mhmm - Jimin empieza a despertarse, pronto siendo cegado por la brillante luz blanca de aquél desconocido lugar. Atina a alzar una mano para cubrir sus ojos, dándose cuenta de que sus extremidades estaban atadas. Abre los ojos como platos. - ¿Dónde estoy...? ¿Qué... Qué hago aquí? - pregunta observando a ambos lados.

- ¿Enserio preguntas porqué estás...? - Jungkook es interrumpido.

- Mocoso #1, silencio. - a espaldas de Park aparece Suga, quien apoya ambas manos sobre los hombros de Jimin. - Cariño, ¿realmente no sabés qué haces aquí? - el matón decide apersonarse frente al muchacho atado, quien se sorpende al ver al supuesto hombre que le había obsequiado una bebida.

- Oh, ya veo... - ríe Jimin. - Creo que te conozco de alguna parte, hyung... - le sonríe pícaramente. - Al final no pude agradecerte por la bebida...

Suga no entendía porqué ese muchacho no temblaba o llorisqueaba, ya que eso era lo que usualmente hacían las personas en su situación.

Era un comportamiento un tanto curioso y de alguna manera interesante y cautivador. Si, aunque eso no cambiase que el atractivo ladrón tuviera los minutos contados y la vida en sus manos.

- Estás aquí porque fuiste un chico muy malo, ¿sabés? toma otra silla ubicada en alguna parte del lugar y se sienta, apoyando ambos brazos en el respaldo. Ignora las palabras de Jimin. - Le robaste al dueño de este lugar y lo hiciste enojar. - del interior de una de sus mangas saca una navaja, la abre y desliza sus dedos sobre el filo. Tanto sus ojos como los de Jimin estaban posados sobre la navaja. - Entonces me buscaron a mi, para que me encargue de sacar la pequeña y molesta basura del camino.

- ¿Robar? - se hace el ingenuo, quitando la mirada de la navaja y dirigiendola a los ojos de Suga, quien también elevaba la vista. - Yo no he robado a nadie en mi vida. No sé de qué hablas... - en ese momento y con una impresionante destreza y puntería, Suga lanza la navaja hacia el frente, cortando mínimamente en el camino la oreja de Jimin y clavándose en la pared tras él. - ¡Ouch!

- No me interesa discutir contigo sobre lo que hiciste o no. - se levanta de su asiento y toma un arma que Taehyung le tiende - Esto no es un juicio en el que tú, mocoso, puedas defenderte. - deja dentro del arma una única bala. - Pero ya que intentas jugar con mi paciencia, me voy a dar ciertas libertades creativas contigo... - vuelve a ingresar el cargador dentro del revólver. - Juguemos a la ruleta rusa... - sonríe ampliamente dejando ver sus encías.

- ¿Cómo la canción de Red Velvet? - se burla Jimin.

- ¡Silencio! - llama la atención Jungkook a Park. Sehun y Wonho no podían mantener la seriedad, ver ofuscado a ese matón de baja estatura les causaba algo de gracia.

- Suga, no tengo tiempo para tus excentricidades... - le dice Seokjin. Suga se quita el auricular del oído y vuelve a posicionarse frente a Jimin. Le quita el seguro al arma.

- ¿Unas últimas palabras, enano? - se acerca más a él y ubica el arma a centímetros de su frente.

- No falles... - le guiña el ojo. Suga sonríe.

- Tú si que eres extraño, ¿huh? - suspira. - Como digas, lindo... - aprieta el gatillo una vez sin dejar salir bala alguna. Lo mismo a la segunda y tercera vez, tiempo en el que Jimin ni pestañeó. Antes de gatillar por cuarta vez las luces se apagan, alertando a todos.