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Al caer la noche, el caos consumió la ciudad. Tres barcos piratas asaltaron la bahía, destrozando todo a su alrededor. Los barcos mercantiles fueron vilmente saqueados y casas y posadas cerca de la playa se incendiaron.

Dentro de poco la muerte caminaba por las calles, rumbo al palacio. Los soldados se pusieron a la defensiva, amenazando con sus armas, disparando a matar, golpeando, usando la fuerza que fuese necesario usar para mantener el palacio a salvo.

Dentro de las sólidas paredes del castillo, los reyes corrían por los pasillos a cuartos secretos para mantenerse a salvo. El príncipe miraba por el balcón de su alcoba cómo los temibles bucaneros se acercaban, por lo que decidió llenar su bolso con sus libros de estudio y lo más valioso para él.

— YoungJae, deja eso. — le gritó alguien desde la puerta.

— JinYoung, ven a ayudarme. — el mencionado miró hacia todos lados, escuchando los gritos de terror y pánico por todos lados. — ¡apresúrate!

El chico le hizo caso al príncipe, pasándole sus libros y cosas de valor sentimental. Una vez todo guardado en el pequeño bolso del futuro mandatario, ambos salieron corriendo por el pasillo, sin embargo los piratas estaban allí bloqueando su camino, al intentar correr hacia el lado contrario sucedió lo mismo, por lo que se encerraron en el cuarto del mayor.

— ¡el balcón! — gritó JinYoung, corriendo hacia él, pero ya era tarde, habían 4 hombres allí, apuntándole con sus armas de fuego.

Ya no había escapatoria. Estaban acorralados.

— ¿cuánto nos darán por ambos? — le preguntó un hombre a su equipo. — dos príncipes, quién lo diría.

— hay un cuarto lleno de tesoros en la bóveda del sótano. — respondió JinYoung, cubriendo a YoungJae. — todo eso puede ser suyo si nos dejan ir.

— guarda silencio. — le ordenó el mayor.

— intento salvar nuestras vidas. — se excusó el castaño en un susurro. — pueden tomar cuanto deseen, pero no nos lastimen...

Un enorme hombre, del tamaño y estructura como la de un oso, con ojos rojos resaltando en toda la oscuridad se fue acercando a JinYoung, intimidando a ambos políticos, sacó su espada y puso la punta en el cuello del más pequeño, aún protegiendo al príncipe.

— hazte a un lado. — le ordenó, enterrando un poco más el cuchillo en la piel del chico, aunque éste, pese a su expresión de miedo y pequeñas gotas de sangre resbalándose por sus clavículas, no hizo caso. — como quieras.

El hombre lo tomó del cuello, alzándolo sin ningún problema. El más pequeño entertó sus uñas en el brazo del hombre, intentando recuperar el aliento, sin embargo vio la malicia en los ojos del sujeto, la oscuridad de su alma y sus intenciones resaltando por sobre el rojo de ellos, para luego ser lanzado sobre una pequeña mesa de cristal, rompiéndose bajo su cuerpo y quedando inconsciente.

— ¡JINYOUNG! — Antes que YoungJae corriera a socorrerlo, los bucaneros lo tomaron para lanzarlo por el balcón a sus compañeros de abajo. — ¡JINYOUNG!

El atacante miró a su víctima, inconsciente y probablemente inmóvil, se acercó a él, tomándolo del cuello de su camisa y lo atrajo hasta él, aún con el chico inconsciente, pero medio vivo.

— si sigues vivo, si te atreves a seguirnos, no aguantarás 10 días allí dentro. — murmuró, mirando el pequeño cuerpo. — si te quedas más de 10 días dentro de alta mar él tomará tu alma y la traerá hasta mi espada.

Volvió a dejar el cuerpo donde estaba y escapó por el mismo lugar por donde entró.

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Al despertar, la luz del día lo cegó unos instantes, sintiendo dolor a lo largo de su cuerpo, observó bien y estaba en su propio cuarto, sobre su cama y a su lado una fuente de agua y unos trapos.

— hasta que despiertas. — comentó su padre a un lado suyo. Lo miró y parpadeó un poco. — fue un golpe fuerte, no te muevas.

— papá, lo intenté. — murmuró adolorido. — intenté cubrirlo, llevarlo al refugio, pero fallé.

— era trabajo de los guardias mantenernos a salvo, no te sientas mal. — le dijo él, tomando su mano. — enviamos a los mejores navíos y a los mejores hombres a buscarlo, no te preocupes.

— sus ojos eran como los de un demonio, no creo que lo encuentren, no a tiempo. — comentó el chico, sentándose en la cama.

— debes quedarte en cama un tiempo. — su padre nuevamente lo recostó, aunque esta vez lo volteó, poniéndolo de costado. — estabas lleno de vidrios, tenías cortes y moretones. Esos salvajes ya van a ver.

— rompieron todo. — murmuró. — llegaron por el balcón, quería cerrarlo, pero fue tarde.

— podemos repararlo, lo importante fue que los doctores dijeron que estabas bien. — le dijo el mayor. — eso es todo lo que me importaba.

— ¿y YoungJae? Él es el príncipe y heredero al trono.

— para mí, tú eres mi príncipe. — le respondió. — esos mercenarios no le harán nada, saben que YoungJae vale mucho, mientras haya dinero de por medio lo mantendrán en una sola pieza.

— no creo que lo encuentren proto. — susurró. — sé que lo llevarán a un lugar que no está en los mapas.

— la armada se está encargando de ellos, tú debes quedarte quieto. — le informó.

El médico que estaba a cargo de él entró a su cuarto y lo levantó, revisando su espalda y las heridas hechas. Su cuerpo dolía, era intenso, después de todo cayó sobre una mesa de cristal y quedó vivo para contarlo.

— estará bien, solo debe tomar reposo un tiempo, preferible que esté en cama. — dijo el doctor. — y coma algo más, está muy delgado.

JinYoung se recostó por mientras. Esperaría a que su padre se fuera para ir a la biblioteca por ese viejo mapa que sabía que lo llevaría donde su hermano.

Lo que lo atacó lo era humano, quienes lo atacaron no eran humanos, y donde irían no era un lugar donde una persona no tocaría casa. JinYoung lo sabía bien, como si todo lo que vio esa noche, como si todo lo que vio en los ojos de ese sujeto le hubieran dicho todo, o lo suficiente para encontrar al príncipe.

También... sabía que la armada naval no lo hallaría, eran gatos cazando zorros, así que debía encontrar a un buen sabueso que pudiera ayudarlo.

— cariño. — por la puerta entró su prometido, tenía una expresión de angustia. Cuando estaba a un lado de su cama, tomó su mano y no la soltó más. — ¿en qué estabas pensando al hacer eso? No sabías lo preocupado que estaba, cuando salí a buscarte te encontré allí, herido. Creí que te perdía.

— y yo perdí a YoungJae, debo ir por él. — intentó levantarse, pero su pareja lo volvió a acostar. — HyunWoo...

— lo encontrarán, sabes que lo harán, no te preocupes. — su compañero besó su frente. — estará aquí para cuando digamos el sí. Ahora solo debes descansar.





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Y como es inicio, y como es BNior
Es ULTRAVIOLENTO

Regalo Del Océano {JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora