Prólogo: Nuevas memorias.

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El de coletas celestes sabía lo que se vendría luego de esa taza de café, y el aviso sobre dicha visita inesperada, pero debía lidiar con la situación estando él mismo bajo control, para así mantener a todos de igual forma.

─No es un chiste, invité a Travis a casa─.

─¡¿Estás loco?!, ¿luego de todo lo que nos hizo?, ¿de lo que te hizo especialmente a ti, pretendes traerlo a un lugar como este?, no quiero malas vibras, viejo─.

─Yo tampoco─ añadió el pelirrojo.

─Escuchen, el chico realmente está sufriendo, tuve la oportunidad de hablar con él, dialogar sin golpes ni insultos de por medio, y encontré a un chico que realmente lamenta todo lo que ha hecho, así que lo estoy impulsando a empezar desde cero... él ya se disculpó conmigo, pero no con ustedes─.

─No pienso darle ninguna oportunidad─.

─¡Larry!─.

─Y yo menos, Sal─.

─Todd, no seas así, de verdad puedo demostrarles que...─.

─Tú no tienes que demostrarme nada, y ese bully tampoco... no soy alguien que le guste guardar rencores, y no lo odio, pero luego de todo lo que me hizo sentir durante años, no pienso molestarme en ver su rostro y querer largarme─.

─Pero en realidad tiene un motivo por el cual nos hizo esto... su mismo padre le inculcó creencias para respaldar su inseguridad─.

─¿Y en qué debería afectarme su inseguridad?─.

─¡Porque aunque no le guste aceptarlo, el es gay!, ya me lo ha dicho... y quiero ayudarlo, quiero darle la seguridad que su entorno no le da, y todo empieza por admitir sus errores, disculparse y aprender de ellos─.

─¿Y porque él es gay enseguida debo empatizar por las cosas horribles que me hizo pasar y perdonarlo?, ¿ahora resulta que si alguien tiene complejos ya es razón para hacerle la vida un infierno a todos?... él me odió por el simple hecho de existir, y hasta me hizo hacerme sentir horrible por ello, Sal... respeto que lo intentes ayudar, eso es decisión tuya y no me incumbe meterme, pero mi amabilidad no cruza todos los límites, y mi perdón tampoco, no soporto a la gente que me lastima a mi y a los que quiero...─.

El más bajo solo suspiró y dejó el café en la mesa, sabiendo que sus amigos se habían ido, y que Ashley no vendría hasta unos días, por lo que no tenía a nadie racional para aconsejarlo. Era su turno de ser su propio consejero y guía, y eso intentaría ser; se acercó a la puerta al sentir el timbre sonar, y atendió al rubio que esperaba indeciso.

─Realmente no creo tener que entrar, solo vengo a disculparme... y realmente no sé porqué tanto insistes─.

─Mira, Travis, no te considero mi enemigo, y no pienso dejar que intentes solucionar las cosas solo, o a medias, pasa, hace frío afuera─.

─No me van a ver ni la cara─.

─Pero te aseguro que tampoco te golpearán, o al menos no frente a mi─.

El rubio entró con la mirada baja, aún tratando de asimilar lo que estaba pasando, pues Sal Fisher lo estaba intentando ayudar, y ahora se encontraba en su apartamento.

─Pase lo que pase, estaré allí para apoyarte como un amigo─.

─De verdad te lo agradezco Sal, vamos, terminaré con esto de una vez─.

─Están un poco enojados, pero ya verás que se les pasará─ el más bajo guiaba al otro por el lugar.

─No los culpo, ni siquiera sé por donde empezaré─.

Hetero-fobia【Sally Face】Where stories live. Discover now