El funeral.
No era un evento que ellos querían vivir aún, menos con alguien tan joven y con futuro comprometedor, no lo querían despedir tan rápido. Todo fue muy repentino, enterarte que tu amigo de años fue encontrado apuñalado y estrangulado en un día totalmente aleatorio, nadie lo procesaba al cien porciento, menos su familia.
Era lindo, ver gente que incluso Macsen no solía hablarle, estuviesen allí presentes, aunque el ambiente no acompañaba del todo. Había un cielo negro, eran las 12 pm, pero parecía casi de noche, una lluvia agridulce, que todos cubrían con sus paraguas color negro, todos vestidos de este mismo color.
El cementerio estaba decorado de lápidas llenas de flores, y de numerosos montes verdes de césped, era una pradera al cielo, prácticamente, todo bien cuidado y cada difunto bien recordado.
Sus familiares agradecían lo muy lleno de gente que estaba el cementerio, solo para su hijo, verlo lleno de flores decorar el ataúd marrón.
La madre de Macsen intentaba tener la compostura para hablar tras el micrófono, tenía un papel en sus manos, atrás de ella se encontraban todos los hermanos del amante de la música. Todos escuchaban con misericordia las palabras de la mamá del difunto, lo que menos quería un padre, tal vez sería esto, enterrar a tu hijo, más impotencia daba saber que no tenías ni idea que iba a ser la última vez que lo verías con vida.
Mientras ella hablaba, Bonnie notaba algo curioso, él miró sigilosamente a uno de los hijos de esta mujer, era inmensamente alto, unos dos metros, así de exagerado sonaba, pero era muy alto, y demasiado robusto, era como el cuerpo de Freddy, pero tres veces más que él. Algo vibraba raro en ese tipo, generaba inquietud.
—¿Viste a ese hermano de Macsen, Fred?—El pelimorado sabía que era irrespetuoso hablar en esas ocasiones, lo dijo en el susurro casi más inaudible de todos, a su mejor amigo que estaba a su lado.
Freddy tenía a su hijo de cinco meses en sus brazos, dormido, y bien abrigado, estaba bastante fresco el lugar, peor aún con lluvia, no tenían con quién dejar al niño para ir, pero justamente Felix se ha portado muy bien. Él también sostenía un paraguas, por lo que casi ni se movía para haver que su bebé no se mojara absolutamente nada.
—¿Quién? ¿El grandote?
—Ese grandote, no me da buena vibra, Freddy, está raro.
—Pero, ¿cómo raro?
—No sé... a ver, espera le digo a Puppet.
El asiático estaba al lado de los dos chicos, él sí logró escuchar la conversación, tenía un gran oído.
—Tampoco me vibra bien, está curioso.
—¿Verdad, Puppet? Además, no nos deja de mirar... ¿saben cómo se llama?
—Creo, creo, que se llamaba Daoíz, es conocido por ir en la academia más grande de esgrima, es campeón mundial.—Puppet le respondió.
—No deja de mirarnos.
Bonnie habló entre sus dientes. El Bunny miró para todos lados, haciéndose el perdido, haciendo eso logró ver dónde estaban Foxy, Chica su esposa, con Ben en sus brazos, Marionette, contener a Fantine quien estaba en el suelo, llorando, estaba totalmente destrozada.
La vibra del cementerio, en general, ya era rara.
Había algo en algunas personas muy, muy sospechoso, algunos no denotaban tener tristeza o compasión, que raro...
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Daoíz ; DJ Music Man.
