El oso agarró su mochila que tenía todas sus cosas y se fue con un caballo lo más rápido que pudo, dirigiéndose a la casa de su compañero, no iba a olvidar lo que le pidió la chica. Toco la puerta tres veces, le abrió una rubia.
- ¿Rubius? ¿Que nece– .- Fue interrumpida por el chico.
- Lana, tengo que decirte algo muy importante pero no hay tiempo, ven conmigo .- Dijo el mayor hablando rápido.
- ¿Que? .-
- ¡Solo sube! .- Gritó y Lana le hizo caso, subió al caballo y se fueron los dos.
(...)
- Gracias por venir aquí abuelo .- Dijo la castaña con un tono un poco triste.
- No hay de que, pequeña, te deseo lo mejor y por favor cuídate, acuérdate de las pociones que te di .- Respondió el anciano.
- Lo sé, tu también cuídate, no dudes en llamarme cuando me necesites .- __________ no aguanto las lágrimas, y sollozó un poco - Lamento tener que dejarte, en serio, me hubiera gustado que pasemos más tiempo juntos... .-
- ¡__________ espera! .- Dijo una voz masculina de la nada, la nombrada miró a todos lados un poco asustada.
Rubius bajó del caballo lo más rápido que pudo, Lana repitió su acción, aunque no entendía nada de lo que sucedía ¿Por qué la habían llamado?
- _________ por favor, llévame contigo, yo te llevo, vamos los dos juntos, te lo ruego .- Dijo el chico tomando las manos de la chica cuidadosamente, como si fuera lo más frágil del mundo.
- Rubius, no... .-
- ¿__________, que sucede? .- Preguntó la rubia.
- Lana, yo, lo siento, pero no puedo quedarme aquí por más tiempo .- Contestó la nombrada, la contraria se puso triste, no quería dejarla era una persona maravillosa para ella y quería conocerla más.
Lana abrazó a la castaña con todas sus fuerzas, la contraria tardó un poco pero al final correspondió.
- Comprendo... Quiero decirte que me envíes cartas para no perder el contacto y lamento por lo que sucedió hoy, no era mi intención hacerte sentir mal, te deseo mucha suerte... .- Dijo la rubia y sus ojos se cristalizaron, pero tenía que ser fuerte, se fue caminando hasta su hogar.
- Gracias, y prometo que hablaré contigo .- Contestó ________.
- _________, te lo digo en serio, ¡No es una puta broma! .- Dijo Rubius, que todavía estaba allí.
- ¡Ya lo sé! Rubius comprende .-
- ¡No quiero perderte de nuevo! ¿Que haré si no estoy contigo? .- Se preguntó el chico con voz temblorosa - ¡Yo te necesito! .-
- Rubius, por favor, no hagas esto más triste y difícil, no sucederá nada si no estas conmigo, solo se fuerte por ti mismo .- Dijo la castaña, antes de irse le dio un pequeño beso en la mejilla, y se fue.
Después de un rato desapareció de la vista del chico, justo estaba anocheciendo, el corazón del oji-verde se partió en mil pedazos, quería llorar, estaba triste, la persona con la que había estado enamorado se fue, y nunca más regresaría...
¿O si?
(...)
La castaña estaba viendo su mapa, iba a ir a un pueblo que estaba un poco cera, no lo conocía bien ni nada pero su abuelo le había contado algunas cosas de allí, y al parecer en un pueblo agradable, miró al cielo por un rato, la noche ya iba a caer en un rato, estaba en medio de una pradera, así que busco alguna cueva o algo para pasar la noche, no iba a sobrevivir toda la noche despierta, por más que quisiera, al final encontró una mini cueva, encendió todas las antorchas y las colocó en donde iluminarán, por suerte no estaba conectada con alguna mina o algo, era muy pequeño el lugar, pero estaba conforme, limpió las telas de araña que habían y colocó su bolsa de dormir en el suelo. La noche cayó completamente, así que decidió cerrar la entrada con un poco de tierra, estaba un poco fresco ese día, así que hizo una fogata y puso a calentar un poco de carne. Después de que terminará de comer apagó la fogata y se acostó en su bolsa mirando al techo su mente estaba en blanco, poco a poco se fue durmiendo...
Se levantó un poco adormilada, se talló los ojos, sentía que ya era de día, se fijó en el sol y calculó que por ahí eran las 8 y media, apagó todas las antorchas y se hizo un simple desayuno de pequeños frutos rojos, lo fue comiendo por el camino mientras se dirigía al pueblo ya estaba un poco cerca así que no se apresuró tanto y fue a paso tranquilo, estaba viendo el hermoso paisaje y la naturaleza, realmente le asombraba todo lo que había en el mundo.
(...)
Lana estaba desayunando, le había contado a Luzu sobre su compañera, se sentía un poco mal, pero no iba a decaer, así que se alegró por ella y empezó a hacer algunas cosas productivas, no iba a estar todo el día en la cama comiendo helado.
- Lana, quieres alimentar a los animales? .- Preguntó su amigo, ella contestó que si, le encantaban por que eran tan tiernos.
- ¿Podemos tener un conejo? .-
- ¿Que? Jaja, no lo sé, ¿No crees que tenemos muchos animales? .-
- Nop, siempre hay espacio para uno más .- Dijo la rubia.
- Dijiste eso con los anteriores y ya no tenemos espacio .- Respondió Luzu.
- Por favor, te prometo que yo le compraré sus cosas .- Rogó la chica.
(...)
- ¿Osito? ¿Te encuentras bien? .- Preguntó la peli-anaranjada un poco preocupada viendo al chico que estaba tirado en su cama con una almohada en la cara.
- Si .- Fue lo único que contesto.
- ¿Necesitas desahogarte? .- Esta vez el contrario tardó un poco en responder.
- No, igual gracias, en unos minutos ya me levantó .-
- Vale, adiós .- Contestó Nieves y se retiró del cuarto.
El oso se dirigió al baño y se vio en el espejo, tenía los ojos un poco rojos por llorar y unas gran ojeras, no había dormido bien esa noche, tuvo muchas pesadillas, se sentía un fracasado por rendirse así de fácil y no aprovechar la oportunidad, pero tenía que respetar la decisión de la castaña...
