JungKook, el típico cliché del alfa fuerte, duro, rudo. Que tiene tatuajes, empresario exitoso, millonario, que no se interesa en nadie más que en sí mismo y su bello omega TaeHyung, estaría dispuesto a vender su alma sólo por poder presenciar su pr...
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Incluso si a los demás les parece extraño, incluso si no lo aceptan, siempre te voy a demostrar que vale la pena enlazarte conmigo.
Seré el mejor por y para ti, vida mía.
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Había llegado el día, ambos estaban ya en el lujoso restaurant donde se llevaría acabó la tan esperada - por algunos - reunión.
La pareja ya estaba bajando de su caro coche, ambos vestidos de gala, obviamente las miradas y fotografías no se hicieron esperar. Pues el hecho de que Jeon JungKook, el gran alfa, se presentase en persona ya creaba gran sorpresa, que su Omega lo acompañara era una bomba.
Todos esperaron horas para por fin poder ver al alfa, pero aún más desesperados por el Omega. Pues JungKook desde sus primeras entrevistas había dejado muy claro quien era su Omega, y que nadie debería ofenderlo, hacerlo sentir mal o simplemente incomodarlo. De hacerlo, el mayor tomaría cartas en el asunto, haciendo hasta lo imposible por que esa persona pagará por lo que sea que le hiciese a su cachorro.
Además, obvio que todos sabían de su belleza alucinante, su peculiar aroma y personalidad adictiva. También porque se hablaba de que el alfa al estar cerca del Omega se convertía en una persona totalmente opuesta a como se mostraba con todos.
Así que ahí estaban, bajando del coche, el alfa salió primero del asiento del piloto - no sin antes dejar un pico en los labios de su niño -, para después ir al lado del copiloto y ayudar al ahora peli azul a bajar.
JungKook iba con uno de tantos trajes que tenía, obviamente caros y hechos a la medida. Sinceramente no se esforzó mucho en su apariencia, incluso si iba con sandalias harían lo imposible por quedar bien con él.
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