Marie una niña huerfana logra escapar de sus captores que trafican con niños como esclavos. Después de sobrevivir se le ha entregado un artefacto cuyo poder le servirá para llevar a cabo su venganza contra la familia mafiosa de los Medici. Para su d...
La humedad se percibió en el ambiente. Los habitantes de Little Innsmouth disfrutaban de una agradable tarde, entreteniéndose entre ellos.
En el centro del lugar, se encontraba un local en el cual iban muchas personas para beber o comer algo. Pero también era la base de operaciones de una banda criminal, que se encontraban organizando su siguiente golpe.
Entre ellos se encontraba una joven de aspecto felina con una cabellera roja, con tintes anaranjados. Fortune fue criada y cuidada por los integrantes de la banda desde que era muy pequeña, cuando la encontraron merodeando por las calles de la zona, sin ningún rumbo aparente.
—Entonces queda decidido. Hoy mismo al anochecer robaremos el tesoro más preciado de la familia: La gema de la vida —concluyó el jefe del escuadrón permitiendo a sus compañeros romper filas. Cada uno iba a descender por las escaleras para tomar algo y hacer algo de tiempo.
Nadia se sentaba cerca de la mesa, pedía a su amigo que le sirviera algo caliente para poder relajarse. Se giró para ver a su amiga Minette, ella atendía a los clientes que llegaban y solicitaban su atención, tratándola con una buena educación. Pero de repente, dos hombres la llamaron, la felina observaba cómo colocaban sus manos sobre su amiga de forma simulada.
Aquello era más que suficiente para hacerla salir de la silla e ir a poner orden.
—Minette. Olvídate de ellos, sigue trabajando —aconsejaba la felina a su amiga clavando sus miradas en aquellas dos personas —¿Se puede saber qué demonios estaban haciendo?
—¿Y a usted qué le importa? Lárguese entrometida —contestó el cliente sacando un encendedor para usar su cigarro
—He visto como le tratabas de poner las manos encima a ella. Les diré esto solo una vez. Váyanse.
—Ja. Tu no sabes con quiénes te estás metiendo. Tenemos amigos muy poderosos. Eres tu la que tiene que irse
— Nadie me echa de mi propia casa. Y menos un matón de poca monta
—¡Ya me cansaste! —se levanta el hombre, agarrando uno de los cuchillos de la mesa usarlo como arma —¡Tendré que enseñarte a obedecer a los poderosos! ¡Para que te sirva de lección, te dejaré una marca en la cara!
—¡Nadia! —gritaba Minette asustada, al percatarse de la situación
El arma blanca rozaba en su labio, pero Fortune reaccionó más rápido y desarmó al individuo. Su compañero entró en la agresión, pero solo compartió su mismo destino... el de sufrir una rotura de muñeca.
Salieron corriendo con el rabo entre las piernas, Minette se acercó a su amiga para lanzarle cumplidos y decirle que estuvo sensacional. El resto del público también la aplaude. Uno de ellos comentó que esos matones tenían una fuerte relación con los Medici, y ya era hora de que alguien les enseñara que no eran intocables.
—Jejeje. Gracias, gracias. No fue nada. Pueden volver a disfrutar de sus alimentos —comentaba Nadia avergonzada por los halagos, tras superar aquella emoción salió a caminar por las calles para cambiar un poco de aire.
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