Capítulo 4

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Llevaban una semana recorriendo la zona que Zixun les había indicado, y con cada día que pasaba, aumentaba la preocupación de Yibo. No sabían qué era lo que estaba planeando Nightmare, y en cualquier momento podrían salir de Japón con destino desconocido. Las cosas se complicarían si eso llegaba a suceder, contactar a Zixun ya había sido difícil, y la información que les dio no fue del todo lo que habían esperado.

—¿Crees que es buena idea preguntar por Haikuan y Zhan? —habló Wenhan—. Podríamos levantar sospechas y alertarlos.

—Es lo único que podemos hacer, y quizá si se sienten acorralados cometan algún error.

—Puede ser.

Se habían dividido para cubrir diferentes sectores y, fingiendo se familiares de Haikuan o Zhan, preguntaban con fotografía en mano a las personas del lugar si es que los habían visto. Pero siempre recibieron un no como respuesta, eso hasta que un muchacho, un niño de unos trece años, le dijo a Sungjoo que hace unas semanas había visto a un grupo de hombres con el chico de la foto. El niño le contó que se encontraba junto a unos amigos cuando vieron a esos hombres salir de un automóvil, entre ellos el pelinegro, luego entraron a la casa frente a la que estaban estacionados. Sungjoo le pidió al menor que esperara mientras llamaba por teléfono.

—Yibo, vieron a Zhan.

Fueron al lugar que les indicó el muchacho, pero estaba deshabitado. Inspeccionaron cada rincón del inmueble en busca de algo que les diera una pista de los pasos de Nightmare. Solo pudieron confirmar que efectivamente alguien había estado ahí, restos de comida y basura fue lo único que encontraron.

Yibo sintió que perdía la esperanza que había alimentado luego de recibir la llamada de Sungjoo. Recorrió la última habitación de la casa y en el suelo vio algo que llamó su atención. Era un collar, y él lo conocía muy bien, era de Zhan. Se inclinó para recogerlo y notó que la cadena estaba rota, seguramente se lo habían arrancado del cuello con brusquedad. Apretó el puño, no soportaba la idea de que lo hubiesen lastimado, esperaba que no estuviese herido.


.........


En medio de la oscuridad de aquella habitación, un joven abrió la cortina de la única ventana que ahí había y observó la calle para verificar que no hubiese algo sospechoso en los alrededores. Al oír que alguien abría la puerta se alejó de la ventana y encaró a quien acababa de entrar.

—Nos han rastreado —dijo el recién llegado.

—¿De qué hablas? ¿Cómo es eso posible?

—Al parecer atraparon a uno de los nuestros y nos delató. Saben que estamos aquí y nos están buscando.

—¿La policía?

—No, son agentes especiales. Han recorrido el vecindario preguntando por el profesor, y también por el chico.

—Ya veo. —Se tomó un momento para pensar—. Bien, entonces tendremos que jugar un poco.

—¿Cómo?

Una breve explicación de cuáles serían los pasos a seguir, del plan que debían llevar a cabo para deshacerse de quienes los estaban buscando.

—Usaremos un señuelo para que caigan en nuestra trampa, les daremos algo que quieren, y cuando bajen la guardia, los sorprenderemos.

El otro asintió y se retiró de la habitación, debía informar a los demás del plan. Dentro del cuarto, el joven volvió a su lugar en la ventana, ahora que estaban buscándolos debían ser más cuidadosos con la vigilancia.


.........


Yibo caminaba por las calles con aire despreocupado, era muy bueno fingiendo en casos como ese. La verdad era que no dejaba de pensar en Zhan y en que tenía que encontrarlo cuanto antes. No era consciente de ello, pero sus sentimientos por el pelinegro tarde o temprano podían poner en riesgo la misión.

Recorría una zona algo alejada y por la que circulaba poca gente cuando sonó su teléfono.

—Wenhan, ¿alguna novedad?

Han hackeado el sistema de seguridad del banco central de Beijing, el ataque se lo ha atribuido Nightmare.

—¿Qué hicieron? ¿Alguna transferencia de fondos? ¿Fraude?

No, ha sido una simple advertencia, demostrar de qué son capaces. Yibo, con mucha facilidad han logrado quebrantar uno de los sitios más protegidos de la ciudad, el sistema de seguridad de ese banco se supone que era impenetrable.

—Maldición, de seguro eso ha sido cosa de Haikuan, todos los ataques previos de Nightmare han sido a sistemas vulnerables y de fácil acceso para cualquier hacker.

¿Has tenido éxito con la búsqueda?

—No. Si encuentro algo les informaré. —Terminó la llamada y guardó su teléfono.

Continuó con su camino y al doblar la esquina chocó con alguien que al parecer tenía prisa. El desconocido cayó al suelo y Yibo lo ayudó a ponerse de pie, quedando así frente a frente.

—Zhan —susurró.

—¿Yibo? —El pelinegro estaba sorprendido—. ¿Qué... qué haces aquí?


Secret OperationWhere stories live. Discover now