V E I N T E

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Gemí cuando la luz del sol me dio en la cara, arrastrándose bajo mis párpados y abriéndolos. Me sentí aturdido y sin fuerzas mientras miraba a mi alrededor en la habitación desconocida. Entonces mis ojos se posaron en el pequeño niño acunado en mis brazos. Su cabeza estaba apoyada en mi pecho, y su pelo decolorado me hacía cosquillas en la barbilla. Me sorprendió encontrarme con mi brazo alrededor de él, abrazándolo. Él llevaba puesto su boxer y mi chaqueta de cuero, demasiado grande para su pequeño y compacto cuerpo. Y yo no llevaba más que mis calzoncillos, con todos mis tatuajes a la vista.

La noche anterior se me vino a la cabeza, de golpe, en una ola destructiva. No estaba claro, los acontecimientos eran más bien un borrón indistinguible. Recuerdo haberle besado y tocado, y haberle susurrado al oído palabras tranquilizadoras. Recuerdo que pensé que de ninguna manera iba a robarle la virginidad tan pronto. Pero también recuerdo haber sentido un impulso desesperado por hacerlo sentir bien, sin llevar las cosas demasiado lejos.

Recuerdo sus suaves gemidos y sus jadeos disimulados. Su piel caliente y sus labios hinchados. Los gemidos y las súplicas y la suave inseguridad. Tuve que desnudarlo lentamente, tratándolo como a un animal asustado, temiendo que cualquier movimiento brusco lo hiciera huir. Tuve que mantener mis labios sobre los suyos, distrayéndolo mientras le hacía sentir esa sensación de presión ardiente dentro de él.

Sólo pensar en la noche anterior me hacía estremecer de excitación. La imagen de Theo tumbado debajo de mí, indefenso y anhelando afecto. No hice nada demasiado loco, a pesar de mi desesperado deseo de tomarlo allí mismo. Me limité a llenar su pecho de ligeros besos hasta llegar al elástico de su boxer. Él echó su cabeza hacia atrás con placer cuando lo tomé en mi boca, sus dulces gemidos alimentaban mi deseo.

Solo copié lo que otras chicas me habían hecho a mí, intentando no ser demasiado intenso para la primera vez de Theo. Él claramente lo disfrutó, y me rogó para que le dejara devolverme el favor después. Pero yo me negué, a pesar de estar locamente excitado. Aunque quisiera chupármela, no estaba seguro de que estuviera preparado para ello. Prefería esperar y dejar que estuviera totalmente seguro.

Me moví ligeramente, tratando de estirar mi cuerpo entumecido, accidentalmente despertando al chico dormido. Sus ojos se abrieron, sin la protección de sus tontas gafas. Su mirada se dirigió a mi rostro y sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta. Se apartó apresuradamente de mí, arrastrandose como pudo en la estrecha cama. "L-lo siento." Se aclaró la garganta avergonzado. "N-no quería..."

Puse los ojos en blanco, "¿Te disculpas por acurrucarnos?" La cama era tan pequeña que sería prácticamente imposible no acurrucarse. Pero no me estaba quejando. Ni un poco.

Él ahogó una risa, sus ojos se posaron en la chaqueta que envolvía su torso, "¿Q-quieres esto?" Ofreció.

Negué con la cabeza, "Quédatela por ahora. Se ve bien en ti." Comenté, inclinándome para apretarle el cuello, lanzándole un guiño burlón.

Él sonrió involuntariamente, con un cálido brillo que se extendió desde sus labios hasta sus ojos, "Anoche f-fue..."

"¿Perfecto?" Le pregunté con las cejas levantadas.

"S-Sí." Asintió tímidamente.

Me incliné y presioné mis labios contra los suyos en un beso suave y prolongado, contento de que haya compartido su primera experiencia sexual conmigo. Nos separamos en cuanto la puerta se abrió de golpe, alejándonos el uno del otro alarmados. Milo se quedo congelado en la puerta, con las cejas levantadas en  escepticismo.

"Bueno...esto es ciertamente incriminatorio." Se rió, cruzando los brazos sobre el pecho mientras se apoyaba en el marco de la puerta. "¿Qué estás haciendo aquí, Bakker?"

"Oh, por Dios, se pronuncia-"

"Me importa una mierda, ¿por qué estás en la habitación de mi hermano?" Desafió, su sonrisa delatando su falso tono amenazante. "¿Y por qué estás prácticamente desnudo?"

Theo se quejó, saltando de la cama, apretando mi chaqueta alrededor de su cuerpo en un intento por cubrirse. Dios, lucía sexy en esa cosa. "M-Milo, hablaremos más tarde, por favor-"

"Oh Dios, ¿se quedó toda la noche?" Preguntó con asco. "Ew, ¿quieres decir que estuvieron haciendo cosas raras con el culo en la habitación de al lado todo el tiempo?" Preguntó exasperado, "¡Eso es tan asqueroso, Teddy! La próxima vez, dame una advertencia o una señal o-"

"No estábamos haciendo nada." Puse los ojos en blanco de forma dramática, poniéndome los jeans y deslizandome la camiseta por encima de la cabeza, "Cálmate de una puta vez."

Él sólo se limitó a resoplar molesto, escaneandos con atención. Lo admito, esto lucía mal. Yo en boxer, Theo con mi chaqueta, luciendo un bonito chupetón morado del que me acababa de dar cuenta. Con un último gruñido exagerado, cerró la puerta de golpe y nos dejó solos.

Cuando me vestí por completo, busqué mi teléfono en los bolsillos y miré la hora, soltando un suspiro de descontento. "Tengo que irme." Gruñí en señal de queja, volteandome hacia él. Me acerqué con una sonrisa de oreja a oreja y lo agarré del cuello de la chaqueta para levantarle la cara y darle un cosquilleante y corto beso. Me miró con asombro cuando lo solté, con la cara sonrojada y la chaqueta todavía alrededor de sus hombros. "¿Quieres que me salga por la ventana?" le ofrecí.

"N-No, está bien. Mis padres d-deben estar en el trabajo."

"De acuerdo." Le mostré una sonrisa antes de salir de la habitación, Theo me siguió de cerca. Me alegré de no encontrarme con Milo al salir, no creía que pudiera soportar el tratar de explicarme de nuevo tan temprano en la mañana. "Gracias por recibirme." Le guiñé un ojo.

"Y-yo...me la pasé muy bien." Se sonrojó, "Y-y no me refiero sólo a...a-anoche, sino a...todo."

Sonreí, inclinándome para darle un beso en la parte superior de su cabeza, "Nos vemos en la escuela."

No pude dejar de sonreír como un idiota durante todo el trayecto a casa. Todo fue tan increíble. La cita, los besos, las...otras cosas. Nunca había hecho esto antes. Todo el tema de las relaciones. Citas y aniversarios y mensajes de buenas noches. Era completamente nuevo y extraño. Pero ya me estaba encantando.

Me sorprendí cuando entré en mi casa y encontré a Phoenix sentado en mi sofá, viendo dibujos animados con mi hermana, los dos charlando casualmente sobre la serie. "Sí, pero Rainbow Dash es muy arrogante y Fluttershy me irrita. Creo que prefiero a Applejack, ¿qué hay de...?" Dejó de hablar cuando me vio, saltando del sofá, "Hola."

"¿Qué haces aquí?" Fruncí el ceño.

Se encogió de hombros, "Ya casi nunca pasamos tiempo juntos. Pensé en pasar por aqui, ¿dónde has estado? Tu madre me dijo que pasaste la noche afuera."

"Él estaba en una cita." Vera soltó una risita, subiendo el volumen de la televisión para ahogar nuestra charla.

Puse los ojos en blanco, agarrando su muñeca y arrastrandolo hacia arriba. "Estaba con una chica." Me encogí de hombros con indiferencia mientras cerraba la puerta de mi habitación tras nosotros. "No fue una cita, sólo fue sexo."

Él levantó las cejas sorprendido,"¿En serio? Yo creí que sólo cogías con chicas en las fiestas o en los armarios del conserje o algo así".

Él tenía razón. El sexo siempre había sido una cuestión de conveniencia para mí. Nunca me había salido de mi camino para coger, siempre fue por practicidad. Tartamudeé con dificultad por un momento antes de optar por encogerme de hombros con desinterés, "Estaba buena, valía la pena."

"¿De verdad? ¿Quién es ella?" Preguntó, con los ojos iluminados en hambre.

"No la conoces." Me lo quité de encima, pasándolo apresurado para alcanzar los controles del Xbox, "¿Quieres jugar?" Pregunté, necesitando desesperadamente una distracción para evitar más preguntas.

Él miró entre el control y yo antes de asentir, "Claro." Y dejé escapar un suspiro de alivio.

El Chico Holandés [BxB]Where stories live. Discover now