D O S

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"Hola, Luca." una chica linda de un año menor sonrió mientras pasaba, volteando a ver a sus amigas en el segundo que salí de su campo de visión.

"¿Ella quién es?" Phoenix preguntó, frunciendo las cejas, mientras yo abría la puerta del vestíbulo, colgando la maleta de deportes en mi hombro.

Me encogí de hombros, "ni idea, puede que hayamos cogido alguna vez, no lo recuerdo." Dije mientras Phoenix comenzaba a hacer lo mismo. "Sam me hizo llevarla de nuevo a la clínica ayer."

Phoenix se río, sus hoyuelos profundizandose mientras sacudía su cabello color caramelo para apartarlo de su cara sus ojos azul cristal claros. "¿En serio? ¿De nuevo? Wow."

"Ya sé." resople, arrancando mi chaqueta de cuero antes de comenzar a desnudarme. "Ella es paranoica totalmente."

"Aunque vale la pena, ¿cierto?

Pause, mirándolo incrédulo, "No. De ninguna manera. Ella es tuya, wey, toda tuya."

El rodó sus ojos mientras yo eché un pequeño vistazo de mí en el espejo. Tomé un momento para admirar los músculos que sobre resaltaban, cubiertos en tatuajes, sonriendo presumido para mi mismo. "A ella no le gusto" Phoenix suspiró.

Phoenix era mi mejor amigo, él lo ha sido desde que teníamos once. Las cosas cambiaron a nuestro al rededor, pero nuestra amistad nunca se rompió, yo florecí lentamente en mi popular estatus de chic malo, pero me asegure de traer a Phoenix conmigo, los dos nos metimos al equipo de football juntos, fuimos a fiestas juntos, hicimos amigos juntos. No eramos tan diferentes, él era una versión más suave de mí. Un poco menos intenso, menos salvaje, menos popular.

Y todos sabíamos que Phoenix prácticamente esba obsesionado con Sam. Él la miraba, babeaba cuando la veía, e intentaba llamar su atención cuando sea que fuese posible. "Mira algo de porno." le guiñe un ojo, acabé de cambiarme a mi uniforme del equipo mientras amarraba mis agujetas en apretados nudos. "Vuelvete bueno, y luego cuando ella este realmente hebria, te la coges"

El rodó los ojos, "no me voy a aprovechar de ella."

"¿Por qué no? Resoplé. Ella lo hace todo el tiempo.

"Bien, ¡todos escuchen!" El entrenador entró al vestidor callando nuestra charla, los murmullos y las risa que vibraban a través del sudoroso lugar. Él nos dio estrictas instrucciones, nos dijo que no estuviéramos distraídos y luego salimos del sitio. Todos fuimos al campo detrás de él, hablando entre nosotros antes de que el entrenamiento comenzará, listos para drenar nuestra energía.

El invierno se estaba arrastrando sobre la pequeña ciudad, acortando los días y fundiendo una sombra sobre nosotros, el cielo ya se ha oscurecido. A pesar de que simplemente son las cuatro en punto. Los rayos teñidos de amarillo del torrente de luces se derramaron en el campo, brillando ominosamente sobre nosotros mientras nuestro aliento salía para crear pequeñas nubes de nuestra boca, mis dedos temblando a la mordida del viento, era difícil de creer que solo era la tarde, se sentía como media noche. Oscuro, callado y frío.

El football era muy fácil para mí, tan natural, jadeando, sudando y corriendo. La sensación del balón de cuero bajo las puntas de mis pies; los gritos de la multitud llenando las ahora desiertas gradas. Los tacos (zapatos para jugar football soccer) enterrándose en el terreno, mis músculos contrayéndose mientras corro a no más poder, la sensación del triunfo llenándome mientras el balón vuela directo a un gol.

El entrenador nos tuvo corriendo al rededor del campo por los primero 10 minutos, luego calentando, hablando sobre tácticas y estrategias y eventualmente jugando verdadero football. cuando estaba afuera en el campo, corriendo y anotando goles, no se sentía como practica, se sentía real y crudo (no sé como traducir "raw" en este contexto). La adrenalina bombeando, mi mente nublandose, el mundo deteniendo emociones. Como si solo fuera yo y el balón. Nadie más. No me estaba preparando para un partido, lo estaba haciendo para mí mismo.

El Chico Holandés [BxB]Where stories live. Discover now