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Buenas noches. Que tal vais? Bueno os traigo aquí esta maravilla de colaboración que me ha regalado Naya @albaycen (@nayadelg_ en Twitter, seguidla si noo hacéis) que ha escrito todo este capítulo (salvo dos párrafos o tres que le he añadido yo al principio y algo a mitad del capi🤣)

Espero que os guste! A mi me ha flipao 🤣🤣

Pd: Es más largo porque lo ha escrito ella, mis capítulos son más cortos, lo sabéis, sorry 😔 no os acostumbréis 🤣🤣

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Finalmente y tras una charla nada divertida con Lola, en la que la mayor de las Gómez puso el grito en el cielo y no dejó de repetir una y otra vez su descontento, María y Luisita habían organizado la fiesta de cumpleaños de Amelia en el Kings. Obviamente quien más empeño le había puesto había sido la rubia que, para sorpresa de María, se había encargado de absolutamente todo sin quejas, sin rechistar y con una sonrisa que no le cabía en la cara.

Amelia llegó junto a Ignacio y se hizo la sorprendida cuando se encontró aquella fiesta. Saludó entre risas a María y miró disimuladamente a Luisita recorriéndola con la mirada. La rubia estaba de infarto aquella noche.

Además de ellos, a la fiesta acudieron varios amigos de Amelia y algunos compañeros de la serie en la que estaba trabajando. El ambiente era distendido y festivo, todos sonreían, bailaban y bebían.

En un momento de la noche, Gustavo pidió permiso para ausentarse y fue Luisita quién tomó el relevo en la barra. Desde su posición se permitió el lujo de mirar detenidamente a su chica. Amelia bailaba con distraída, movía sus caderas al ritmo de la música y sonreía ampliamente. Sí, definitivamente, la morena se lo estaba pasando en grande y no solo eso, su cumpleaños estaba tomando un nuevo significado, uno más bonito, más alegre. Luisita tampoco podía dejar de sonreír, le encantaba verla así de feliz y deseó poder ser testigo y parte de su felicidad toda la vida.

La actriz desvió la mirada hacia ella en un segundo y se quedó fija en sus ojos. Ahora ya no bailaban distraída sino que lo hacía para la rubia. Sus movimientos pasaron a ser mucho más sensuales y se mordió el labio logrando así que las pulsaciones de Luisita se aceleraran.

Con un gesto lleno de intención, la rubia señaló con los ojos hacia los baños y nada más volver Gustavo, salió de la barra y se dirigió hacia ellos. Antes de entrar, volteó la mirada, sabiendo que Amelia no había dejado de mirarla ni un instante. Provocadora, le guiñó un ojo. La morena asintió levemente y vio como su chica desaparecía tras la puerta de los baños.

Luisita esperaba a Amelia apoyada sobre la pared más cercana a uno los lavabos, sabía exactamente que quería hacer y como lo quería hacer. Sería ella quien tendría el control, quien llevase la iniciativa y quien sorprendiese a una Amelia la cual también iba con su propio plan de acción.

-¿Me han dicho que la dueña y propietaria del King’s me espera por aquí?- preguntó Amelia cerrando la puerta del baño con sumo cuidado y fijando sus ojos en los de la rubia.

-Es posible- Luisita seguía fija contra la pared esperando que Amelia se acercase hasta su posición.

-Is pisibli- repitió con gesto de burla. - ¿Y a qué se debe este honor?- la morena se mantenía en la puerta con la mirada expectante.

-Acércate si quieres saberlo.

Amelia levantó una ceja sorprendida con la actitud de Luisita, pero hizo caso acortando la distancia que las separaba.

-Oye tú estás muy guapa, ¿no? - Luisita llevaba puesta una falda negra ceñida a sus caderas por debajo de las rodillas, junto con una camisa blanca ancha que con varios botones abiertos dejaban entrever el comienzo de su escote y acompañado de unos botines negros con tacón. El pelo lo llevaba liso pero con algunos rizos desaliñados que le daban un toque despeinado.

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