El día que te merezca [Época de los Merodeadores]

Capítulo 22: La calma previa a la tormenta

Marzo transcurrió en el castillo casi como si de un suspiro se tratara dando paso al mes de abril, y con él a la alegre y bucólica primavera. Hogwarts se vestía para la ocasión, pintando sus paisajes de un verde intenso y cubriéndose de coloridas y fragantes flores.

No obstante, como consecuencia de los malditos TIMOS, los alumnos de quinto curso pasaban más tiempo encerrados en la biblioteca con la nariz enterrada en polvorientos e interminables libros y prisioneros de una taza de café tras otra, que disfrutando de las espléndidas vistas y el apacible clima.

—¿Entre qué fechas tuvo lugar el Concilio Mágico? — preguntó Remus en voz alta, poniendo a prueba a Sarah.

— Mmmm ¿entre 1448 y 1450? — contestó dubitativa, cerrando con fuerza los ojos para tratar de traer a su memoria la última clase de Historia de la Magia.

—¡Correcto! — exclamó el merodeador sonriendo.

—¿Os he dicho alguna vez que sois insoportables? — resopló James, dejándose caer agotado sobre el libro de Transformaciones.

—Por una vez estoy de acuerdo con Potter, como sigáis así vamos a prohibiros que os sentéis en la misma mesa que nosotros en la biblioteca — les amenazó Lily masajeándose las sienes, sin apartar la vista del manual de Runas Antiguas que tenía frente a ella.

El dolor de cabeza la estaba matando. No obstante, no se podía permitir dejar de estudiar pues si lo hacía pensaría en él, en Severus. El último mes no había sido ni mucho menos fácil para ella, pues el muchacho la había mantenido apartada de su vida tal y como había prometido aquella tarde, y cada día que pasaba la posibilidad de una reconciliación entre ambos se veía más lejana e improbable.

Le había estado observando cada vez que tenía oportunidad sin que se diera cuenta pues independientemente de que su amistad siguiera o no en pie, el cariño que sentía por él no había desaparecido y no podía evitar que el muchacho le preocupara.

A decir verdad, ese último mes el moreno casi le había parecido un extraño, en lugar de permanecer solitario y apartado como de costumbre, cada vez se le veía más unido a sus compañeros slytherin, en especial a Nott y su grupo. Casi le costaba reconocer en ese desconocido a su amigo Severus.