El día que te merezca [Época de los Merodeadores]

Capítulo 3: Temerse lo peor y acabar batiendo un récord

Nada más llegar a la escuela, las chicas se dirigieron hacia el Gran Comedor, donde se celebraba el festín de bienvenida de inicio de curso. Éste estaba precedido como cada año, por la Ceremonia de Selección, que asignaba a los estudiantes de primer curso, en función de sus cualidades y aptitudes, a una de las casas que conformaban la escuela de Magia y Hechicería. A saber, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin.

No obstante, los temerosos y expectantes alumnos de primero eran los últimos en acceder al Gran Comedor. Por lo que hasta que llegaba ese momento, en la estancia acostumbraba a reinar un ensordecedor caos entre los estudiantes que ya se encontraban en su interior, y como no podía ser de otra forma, trataban de ponerse al día con sus compañeros sobre las aventuras vividas durante el verano.

Nada más cruzar la gran entrada de piedra que daba paso al salón, Lily divisó a escasos metros de ella, cerca de la mesa de la casa Slytherin, a un muchacho pálido y delgaducho de cabello moreno y lacio, que la observaba con una sonrisa tímida dibujada en el rostro.

—En seguida os alcanzo, chicas — anticipó Lily, antes de separarse de sus amigas y dirigirse hacia donde se encontraba parado el muchacho.

—¡Severus! — exclamó la pelirroja para, acto seguido, estrechar con dulzura al joven entre sus brazos.

El muchacho trató de corresponderla lo mejor que pudo, sin poder evitar mantenerse algo rígido como consecuencia del contacto del cuerpo de la chica con el suyo. Sin embargo, eso no molestó en absoluto a la gryffindor, que al conocer tan bien a su amigo y saber cuánto le costaba expresar sus sentimientos debido a su carácter retraído, era consciente de que ese gesto, por pobre que fuera, había supuesto un enorme esfuerzo para él, y por ello, le abrazó aún con más fuerza.

Severus Snape y Lily Evans eran vecinos en Cokeworth. Ambos se conocieron antes de entrar en el colegio y a pesar de pertenecer a casas diferentes, ella a Gryffindor y el moreno a Slytherin, se hicieron muy buenos amigos. A decir verdad, Severus significaba mucho para la pelirroja, pues fue la primera persona que no la vio como un bicho raro, sino como alguien especial capaz de hacer grandes cosas. Aunque Lily no lo sabía, o más bien evitaba saberlo, el muchacho bebía los vientos por ella, pero muy a su pesar, la gryffindor nunca lo había visto como algo más que un buen amigo.

El moreno sonrió algo cortado, antes de dirigirse a la chica.

—Casi parece que han pasado años desde la última vez que nos vimos, y que yo recuerde, no hace más de una semana — señaló divertido, rascándose la nuca con nerviosismo. Aunque a decir verdad, no le sorprendía en absoluto el gesto de su amiga pues, la muchacha, era la persona más pura y gentil con la que había tenido la suerte de cruzarse.