Epílogo

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1 año después

-Esto es aburrido-Se quejó Korkie practicando las formas de combate con el sable que le había regalado su padre.

-Fuiste tú quien me dijo que quería aprender a combatir con un sable de luz-Se defendió su padre divertido mientras giraba alrededor del joven para ver sus movimientos.

-Si, bueno, pensé que combatiriamos entre nosotros, no que me pondrías a practicar sus millones de formas-Se quejó el rubio cansado, si pensaba que los entrenos de Mandalore eran duros ahora no eran nada comparado con los jedi, era mucho más duro, sobre todo para él ya que no era sensible a la fuerza, aun así era muy hábil.

-Deja de quejarte y sujeta el sable desde más abajo-Ordenó el mayor mientras veía al joven corregir su postura.

-¿Torturando al chico?-Preguntó Anakin al verles tras salir de su casa.

-No exageres, Anakin-Dijo Obi-Wan girándose a verle, sin embargo el joven tenía una opinión distinta.

-Ayúdame-Pidió el chico al moreno, pero este tan solo negó divertido.

-Te lo había advertido-Se defendió mientras retomaba su camino.

Korkie se quejó por lo bajo mientras su padre volvía a indicarle posturas.

Anakin se rio mientras caminaba por el prado de su casa en Naboo, donde hacía unos cuantos meses se había mudado con su esposa e hijos.

Tras la llegada de la paz las cosas habían cambiado, sobre todo en la orden. Después de que Ahsoka se hubiese recuperado y hubiera declarado ante el senado quedando libre de cargos, el consejo la había llamado para aclarar unas cosas. Anakin se había negado al principio, no volvería a dejar a la togruta con ellos, pero Obi-Wan le había acabado persuadiendo para que fuera, ya que también tenían que hablar con él.
Aquel día habían cambiado el código, dando por permitido los apegos, al igual que habían pedido a los dos invitados regresar a la orden, algo que les había cogido por sorpresa. Tras mucho debatir habían acabado aceptando, pero con una condición, ambos serían nuevamente maestro y aprendiz a lo que el consejo no puso objeción.

Al mes de regresar, la familia Skywalker decidió buscar un lugar al cual llamar hogar, ya que el embarazo de Padme estaba cada vez más avanzado. El lugar elegido había sido fácil, Naboo, donde buscaron una casa alejada con unos extensos prados. Al mes de mudarse los pequeños gemelos Luke y Leia llegaron al mundo, aquel día había sido el más feliz de Anakin y Padme.

Ahsoka por otro lado se había quedado en el templo, su maestro y Padme le habían ofrecido ir con ellos a Naboo, pero ella prefirió quedarse junto al maestro Kenobi en el templo, aunque el jedi solía irse muchas veces con su hijo a pasar el dia, pero a ella no le molestaba ya que así podía pasar el dia con Rex.

Al principio había sido incómodo, ella no dejaba de culparse por lo que le había hecho a pesar de que él no la culpaba. Habían sido varias semanas discutiendo, ella no quería mantener una relación con él, no después de aquello, pero Rex no se daría por vencido, por lo que un dia de los muchos en los que se encontraban discutiendo la tomó de la cintura y la besó callándola en el acto. Al principio ella se había resistido, pero no había podido resistirse por mucho tiempo, por lo que acabó dejándose llevar y a aceptar el volver intentarlo. Rex, quien había sido nuevamente admitido en la 501, la abrazó con entusiasmo mientras la hacía girar, por fin estarían juntos.

Ahora todos se encontraban en la casa de los Skywalker celebrando el primer aniversario de la llegada de la paz.

-Sabionda-Llamó viéndola sentada jugar con sus hijos-Rex te está buscando-Avisó mientras miraba confundido a su hija, quien intentaba escalar los monstrals de la togruta.

OSCURIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora