Capítulo 29

47.4K 3.3K 1.7K
                                    

Camino a paso acelerado por los largos y angostos pasillos del Panteón, tratando de encontrar, sin éxito, la puerta del despacho de Balthazar, quien, luego de aquel excitante encuentro sobre su escritorio, tuvo que dejarme de nuevo con Aitor para hablar con unas personas de La Corte de no sé que, prometiendo volver en pocos minutos.

Sin embargo, los pocos minutos se convirtieron en casi dos horas y mi vejiga, junto con la abundante corrida de Balthazar escapando de mí entrepierna, me obligaron a pedirle ir a un baño a Aitor, quien me indicó que había uno a unos pocos pasillos del despacho.

El minion serio insistió en acompañarme para que no me perdiera, pero, al ver la mirada enojada que le dediqué por tratarme como una niña pequeña, solo decidió callar y dejarme marchar sin rechistar, no sin antes indicarme detalladamente la ubicación del cuarto de baño.

Debí haberlo dejado acompañarme.

Suelto un suspiro y golpeo mi frente cuando doblo el pasillo número diez mil y sigo sin encontrar las puertas dobles del despacho en el que Aitor debe estar esperándome con una mirada cargada de te lo dije por, indudablemente, haberme perdido.

Maldición.

Para empeorar todo, y gracias a que Balthazar destrozó mi camiseta hace unas horas para dejarme desnuda, en estos momentos me encuentro deambulando por los pasillos del enorme punto de encuentro de su secta, vistiendo una enorme camiseta blanca suya que tuve que meter en mis shorts para que no me quedara como un vestido.

Espero no encontrarme a nadie con estas pintas.

—¡Oye, tú! — la voz aguda de una mujer, me hace sobresaltar y frenar mi paso, para luego girarme y encontrarme con una despampanante rubia que viene en mi dirección y me dedica una mirada molesta.

Maldición.

Nerviosa, llevo mis manos a mi vientre y limpio el sudor de mis manos con la tela que lo cubre mientras espero que la rubia, la cual me repara con desaprobación, termine de acercarse.

—Eres la nueva técnico, ¿verdad? — pregunta cuando me tiene de frente, subiendo y bajando su mirada por mi atuendo con el ceño fruncido —. Troian dijo que vendrías, pero no dijo que serías tan joven — suspira.

¿Técnico?

Mi ceño se frunce al igual que el suyo al escucharle y quiero refutar, pero me veo obligada a callar cuando la chica me agarra del brazo con suavidad y me obliga a empezar a caminar con ella, llevándonos por los pasillos a paso apresurado.

—Has llegado tarde — rueda los ojos —. Te llevaré a la sala central y terminaremos con esto rápido, realmente necesitamos arreglar el problema antes de que Lord Balthazar nos despelleje — habla aceleradamente mientras tironea de mi brazo y nos conduce por los pasillos con seguridad.

Extrañada, dejo que me lleve a donde sea que me lleva y la escucho seguir hablando sin parar, demostrando una simpatía que nunca creí que vería en ninguno de los minions de Balthazar.

—Mi nombre es Katia — sigue caminando y habla sin detenerse —. Definitivamente pareces demasiado joven como para ser una técnico. El que vino antes de ti eran un viejo amargado y prepotente que nos trataba como idotas — parlotea sin parar.

Al oírla de nuevo afirmar que soy el técnico que tanto esperan, abro mis labios con la intención de negarlo, pero vuelvo a detenerme cuando Katia nos conduce hacia unas puertas dobles y nos adentra en una habitación llena de docenas de pantallas planas de último modelo y todo tipo de artefactos tecnológicos que no tenía idea de que existieran.

Balthazar [1]✔️Onde as histórias ganham vida. Descobre agora