Capítulo 34

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Una risa histérica escapa de mis labios sin yo poder detenerla y retiro mis manos con brusquedad del pecho de Balthazar cuando su calor me sienta sofocante e insoportable, cosa que este observa con el ceño fruncido y la mandíbula tensa.

—Estas bromeando, ¿verdad? — río y volteo hacia Troian y Aitor, quienes me devuelven la mirada, pero sin un ápice de diversión —. Está bromeando, ¿verdad? Tiene que estar bromeando — dejo de sonreír cuando ninguno de los dos parece saber que decir y, en cambio, me apartan la mirada con... lástima.

—Yo no... bromeo — vuelve a hablar el demonio frente a mi, de nuevo con aquella frialdad que pone mis pelos de punta y me obliga a devolver mi atención a él, encontrándome con que su clara mirada aún se encuentra sobre mi —. La burla es un comportamiento vulgar, milady — suelta con lentitud.

Sus palabras y el extraño tono con que las suelta, como si fuera un ser de otra época, termina de confirmarme lo que tanto temo y que rompe mi corazón en mil pedazos, haciendo lagrimear mis ojos y quitándome un pequeño jadeo que aumenta la tensión en su entrecejo cuando me voy para atrás.

No puede ser.

Mi culo toca la arena con brusquedad en mi intento de alejarme y los ojos de Balthazar, quien ahora dice ser Jackson, me observan en cada movimiento que hago con aquel verde extraño como si quisiera atravesarme con su mirada.

Mi corazón late desaforadamente debajo de mi pecho cuando presiono mis manos sobre la arena y me alejo unos centímetros del cuerpo semidesnudo del demonio frente a mi, sintiendo como todo mi cuerpo tiembla y, otra vez, el vomito quiere escapar de mi.

—¿Lord Jackson? — jadea Aitor, también anonadado, pero no logrando captar la atención del susodicho, ya que este se niega a dejar de observarme y me pone cada vez más nerviosa e incómoda.

—¿C-como es p-posible? — tartamudeo y mis mejillas se encienden cuando sus ojos bajan a mis labios y se quedan allí por varios segundos en los que él se relame los suyos, mandando una punzada a mi entrepierna que me hace enfurecer.

No es Balthazar, Valerie.

Sin embargo, es Jackson y se supone que él también es mi destinado, lo cual explica que su intensa mirada verdosa me haga sentir de la misma intensa forma en que lo hacían los castaños ojos de Balthazar.

—Milord — se aclara la garganta Troian, pero sigue sin lograr llamar su atención, volviendo al silencio asfixiante que me tiene ardiendo bajo la atenta mirada del demonio — ¿Sabe por qué está aquí? — vuelve a intentar el rubio.

Mi cuerpo se desinfla cuando Jackson por fin deja de observarme y por fin repara en Troian y Aitor, quienes simultáneamente dan un paso hacia tras con sus rostros deformados por el miedo que les causa la aterradora mirada que el demonio les otorga y que hace que los vellos de mi nuca se ericen.

Maldición, da mas miedo que Balthazar.

—¿Por qué está hablándome? — gruñe con desprecio hacia el rubio, quien tiembla un poco y baja la mirada de manera sumisa, seguido por Aitor.

Sorprendida y un poco apenada por mis amigos, decido intervenir y me arrodillo sobre la arena para no parecer un bicho asustadizo cuando le llamo.

—J-Jackson — vuelvo a tartamudear, sintiéndome extraña por decir aquel nombre, pero logrando que me observe y que su aterradora expresión se dulcifique un poco al observarme, cosa que me desinfla y me da valor para hacer la pregunta que sé que los tres tenemos atorada en nuestras gargantas — ¿Sabes qué pasó con Balthazar? — pregunto casi en un susurro.

Su mirada adquiere un pequeño brillo cuando menciono a su hermano y sus manos se hacen puños sobre la arena mientras sigue observándome en silencio y parece estar procesando mi pregunta con un evidente rastro de incertidumbre en su rostro que detiene mi corazón por largos segundos.

Balthazar [1]✔️Where stories live. Discover now