31 || El regreso

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─ Gracias, gracias. ─ me abrazó al volver ─ Nunca podré agradecerte lo suficientemente y las palabras jamás van a alcanzarme para demostrarte cuan agradecido estoy y voy a estar siempre, te debo la vida.

─ No me debes nada Cedric. ─ lo abrace una vez más ─ Más te vale sobrevivir por tu cuenta la próxima.

Lo que había pasado era lo siguiente.

Cuando ese hombre del cementerio gritó Avada Kedavra, casi ví mi vida pasar frente a mis ojos, la de Cedric mejor dicho, por lo que tiré al chico de su pierna haciéndolo caer de espaldas al suelo, quién gritó de dolor pero le salve la vida.

Sin alardear.

─ ¡Accio varita! ─ grité haciendo que la varita del hombre vuele a mis manos. Accio es definitivamente el mejor hechizo superando a cualquiera. Parecía un encantamiento tan básico que el hombre esperó todo menos eso.

Éste no le dió mucha más importancia y tiro al saco de huesos que tenía entre la manta negra.

Asco.

─ El hueso del padre tomado sin permiso. ─ dijo sacándolo de la tumba de Thomas Riddle y colocándolo en el caldero ardiente ─ La carne del sirviente entregada voluntariamente. ─ rasgó su mano con un cuchillo dejando caer al caldero su propia piel.

Asco, de nuevo.

A todo esto la copa parecía alejarse de nosotros. Y quería ir corriendo a tocarla nuevamente pero Harry estaba atrapado en una estatua del lugar. Y debíamos tocarla todos juntos.

─ Y la sangre del enemigo. ─ se acercó lentamente a Harry ─ Tomada por la fuerza.

─ ¡No lo toque! ─ grité en vano ya que el hombre ya había incrustado su cuchillo en la muñeca de Harry

─ Resucitará al señor tenebroso.

Mire a Cedric con confusión.

─ Voldemort.

─ ¿Quien?

─ Debemos irnos, ahora.

─ No podemos, la copa está lejos y Harry está acorralado.

─ Es su vida o la nuestra. ─ mire al chico enojado ante tal comentario.

─ Si quieres dejarlo, hazlo, pero no me iré sabiendo que matarán a Harry aquí.

─ No voy a irme sin ti.

─ Yo no voy a irme sin Harry.

El fuego de la caldera se descontroló y un hombre emergio de él.

Cedric me tomo de la muñeca tirando con fuerza para llevarnos hacia una lápida grande. Nos escondimos allí y tapo mi boca para que no hiciese nada.

─ Cedric tengo miedo. ─ susurré luego de un forcejeo para quitarme su mano.

─ También yo.

─ Toma tu varita Potter. ─ exigió el hombre de piel pálida salido de la caldera ─ ¡Tómala!

Harry a duras penas tomó su varita arrastrándose hacia ella.

─ ¡Crucio! ─ apunto a Harry quien se retorció en el suelo del dolor ─ Muy bien Harry, tus padres estarían muy orgullosos, sobre todo tu detestable madre muggle ─ dijo cuando quitó el maleficio.

─ Expelliarmus. ─ conjuró Harry sin respuesta ya que el Voldemort tenía más poder que él.

─ Voy a matarte Harry, voy a destruirte. ─ se acercó a él ─ A partir de hoy, nadie va a cuestionar mis poderes. A partir de hoy, si hablan de ti, solo hablarán sobre como me suplicaste morir, y yo como soy muy piadoso, te complaci. Levántate.

Harry se levantó gracias al encantamiento de Voldemort. Y se escondió detrás de la lápida que estaba a nuestro lado. Nos ofreció una gran sonrisa cuando nos vio vivos.

─ Harry. ─ murmuré ─ Nos iremos de aquí juntos.

─ ¡No vuelvas a darme la espalda! ─ nos interrumpió el hombre haciéndome casi temblar ─ Quiero que me mires cuando te mate y quiero ver cuándo la luz escape de tus ojos.

El chico de Gryffindor salió del escondite y le dió la cara al señor tenebroso.

─ Como usted quiera. ─ apuntó al hombre con su varita ─ ¡Expelliarmus! ─ gritó al mismo tiempo que Voldemort conjuró Avada Kedavra.

El poder de ambas varitas peleaban para que el hechizo llegue a uno o el otro. Las luces provenientes de los encantamientos se acercaban cada vez más a Voldemort. Harry estaba ganando.

Vi al chico a lo lejos asentir un par de veces mientras miraba a sus costados. Como si estuviese teniendo una conversación.

Harry soltó el hechizo y luces azules se acercaron a Voldemort impidiéndole la vista. El chico corrió hasta nosotros.

Cedric tomó mi mano y la de Harry.

─ ¡Ahora Potter!

─ Accio. ─ la copa voló hacia nosotros trasladandonos de nuevo a Hogwarts.

Sentía mis oídos aturdidos y las náuseas se repetían como la primera vez que nos trasladamos.

El lugar estalló en aplausos. Aunque algunos miraban confundidos ya que habíamos llegado los tres al mismo tiempo, por ende había tres campeones del torneo.

Dumbledore se acercó a felicitarnos, sin preguntar los detalles.

Solo quería dormir, tenia más sueño que nunca, y mis ojos no aguantaban un segundo más abierto, parece que esto de esconderse del regreso de Voldemort es agotador.

Solo quería dormir, tenia más sueño que nunca, y mis ojos no aguantaban un segundo más abierto, parece que esto de esconderse del regreso de Voldemort es agotador

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ARGENTINA CAMPEÓN DEL MUNDO CARAJO

primero buen día, segundo francia.

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10 formas de no enamorarte [Oliver Wood]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora