Tu perfume
en mi almohada
es la prueba
de que te fuiste
y tu fantasma todavía vive en el fondo de mi retorcida mente.
Los recuerdos
reafirman tu existencia,
mi mente no deja de divagar.
Se siente
presencia en tu recuerdo.
Siento el calor golpeando mi rostro
y siento tus labios
húmedos esa tarde de verano.
Pienso en las veces
que tomaste mi mano
y es como si por un instante
todavía pudiera sentirlo,
es como si bastara con el hecho de pensarte
solo para traerte a mi lado.
Quizá no es justo para mi,
quizá tampoco lo sea para ti
pero
todavía no me permito olvidarte...
