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Joel intentó una vez más percibir el aroma de aquel muchacho verde, sin embargo no lo lograba.
¿Acaso le había hecho caso?
Si era si, el niño era demasiado obediente. Joel nunca quiso que se tomará en serio su advertencia, pero este si lo hizo.
Pasó nuevamente el jabón por su cuerpo emguajandose para luego marcharse a su auto y ahí cambiarse, sacó de su ropa sucia sus pertenencias y sin querer tiro la cadenita de plata.
Joel la tomó entre sus manos y comenzó a recordar la vez que él le había prometido que nada malo le pasaría. Aunque sabía en el fondo que no será así.
Nuevamente ese sentimiento de culpa se apodero en el lobo y para deshacerlo Pimentel decidió romper todo aquel artefacto que lo hiciese recordar a ella. Fotos, accesorios, perfume, todo.
A excepción de dos cosas que no pudo deshacer
La primera era la daga.
Y el segundo, era el lazo familiar que tenía con ella.
~ ¿Porque decidiste morir por él? ¿Por qué te fuiste tan rápido? - cuestionó el ojimiel al aire - Me siento como una mierda Samantha. Debí protegerte.
Las lágrimas no tardaron más en salir, a la vez que se recostó nuevamente en el auto para olvidar sus sentimientos. Algo que pudo hacer fácilmente, porque escucho un aullido cerca.
Joel bajó al instante de la movilidad y fue en busca del lugar donde había provenido aquel singular sonido. Llegó ahí y comenzó a inspeccionar, al mismo tiempo que percibía un aroma familiar. Cuando estaba apunto de decir su nombre, siente su brazo ser jalado con brusquedad y tirado, como si de basura se tratase, al suelo
El moreno gimio de dolor por su brazo y alzó la mirada para ver al responsable de dicha a acción, cuando lo hizo, maldigo entre dientes.
~ Así que, acá es donde se esconde el querido beta de nuestra manada.
La egocéntrica voz de Abraham, había seguído tal cual lo recordaba el beta.
~ No has cambiado nada - murmuró el ojimiel sonriendo. A lo que el más bajo escuchó.
~ No quiero cambiar - comentó este con total suspicacia.
Joel levantandose del suelo lentamente confrontó con la mirada al muchacho.
~ ¿Piensas matarme Omega? Vas a seguir de arrastrado por un alfa. ¿Acaso le tienes miedo?
La pregunta de Pimentel provocó que la ira comenzará a crecer en el pelinegro. Apretando sus puños, se tranquilizó. Recordando la frase de su manada.
~ No caeré en tus juegos mentales Pimentel, vine por una sola cosa - el ojinegro tomó aire para que silenciosamente comenzará a sacar el arma de su bolsillo - tu cabeza.
