¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~ Erick ¿Por qué estamos haciendo esto? Acabas de conocer a Joel y enserio, ¿piensas ponerte en peligro por él?
Reclamó el rubio asombrado por las acciones que estaba tomando aquel niño ingenuo. Debido a que nunca había visto tanta valentía en un mortal.
~ Sí,quizás conozca su verdadera personalidad ahora, pero mi corazón estuvo con él desde que llegó la primera vez acá. Nada justifica una muerte y no pienso perder a Joel.
El menor intentó nuevamente usar el arco con sus flechas, más no pudo dar al blanco. Al contrario de su amigo que dio más de 6 seguidas en el punto rojo que estaba colocado en un árbol.
~ ¡Sí! ¡Tomen eso hombres lobo, nadie puede con Richard Camacho!
Exclamó el moreno energeticamente agitando su arco.
Había pasado más de una semana desde que comenzaron a prepararse en las madrugadas para enfrentarse a la manada. Richard lo había tomado sumamente bien la historia de los licantropos y había mejorado bastante en su puntería. Sin embargo el ojiverde se estaba quedando atrás.
Al percatarse de sus grandes fallos su pareja se acercó a él y lo sostuvo de la mano, sin previo aviso lo llevó hasta su camioneta y de ella sacó la daga.
~ ¿Qué es esto? - preguntó el ojiverde recibiendo aquel objeto entre sus manos.
~ Es la daga de Samantha, me la entregó el día que la mataron.
El menor de inmediato abrazó y beso al rizado cuando vio una lágrima caer de su hermoso rostro, cuando sintió relajación en su respiración, se apartó de él para cuestionar el.
~ ¿Por qué? ¿Por qué me lo entregas? ¿No significa algo para ti, ella no te lo dio por algo?
El beta asentó y sacó sus garras apuntando a su enamorado.
~ Me lo dio para protegerme. Y quiero que tú lo tengas para que lo hagas.
El ojiverde alzando sus manos, sacó la daga y comenzó a practicar con el licantropo.
Joel se fue encima del menor más este de inmediato lo esquivó, chocando los filos de garras y daga en el trayecto, haciendo que estos sonarán fuertemente. Dañando los oídos del licantropo.
Erick vio con sorpresa su azaña y reto más a Pimentel, confíandose en el camino.
~ Vente lobito.
El moreno al oír nuevamente el apodo de Colón, gruño atacando una vez más al menor y logrando tumbarlo pudo hacer que soltara el arma con filo.
Joel puso inmovilizo a Brian y comenzó a lamer su cuello. Sacando risas combinadas con vergüenza de aquel simple mortal.
~ Joel no, recuerda que no estamos solos. - pidió el castaño sonrojado. Más el hombre lobo no se detuvo y comenzó a desabrochar su camisa.
Erick al ver que su pareja, no paró comenzó a preocuparse. El lobo lamio su adorable abdomen y con sus garras dejó pequeñas heridas en sus brazos porque es así como logró inmovilizarlo.