Prólogo

1.1K 80 79
                                    

Ah, primer día de clases...

O mejor dicho:

¡¡AHHH, PRIMER DÍA DE CLASES!!

Durante una mañana radiante, Molly estaba junto a su hermano mayor Niss de pie en la entrada de la escuela, esperando a su hermano menor. Los tres chicos habían acordado que llegarían y entrarían juntos, pero Angel tuvo la genial idea de desviarse por "algo" en el camino.

Luego de unos tediosos minutos de espera, Niss distinguió a distancia la delgada criatura que era su hermano menor, mientras que avanzaba hacia ellos.

—¿Quieres tener la cortesía de decirnos a dónde diablos estabas? —le preguntó Niss en cuanto se acercó el rubio, amargado por su imprevista tardanza.

—Tenía que pasar por la tienda a comprar algo, necesitaba un poco de "no es asunto tuyo" —contestó Angel de manera burlona, fingiendo una sonrisa.

Niss lo fulminó con la mirada y Molly soltó una risa por el comentario del rubio.

—Bien, entonces, ¿vamos? —inquirió la chica mientras inclinaba su cabeza hacia las grandes puertas de la escuela, sugiriendo entrar.

Angel ignoró la mirada asesina de su hermano mayor y avanzó, posicionándose al lado de Molly.

—Vamos —le dijo con una pequeña sonrisa entusiasta—, ya quiero ver si hay chicos guapos.

Los tres hermanos se abrieron paso a la escuela, y en ese momento, ese primer día, Angel era el típico chico nuevo y deslumbrado. La fascinación cosquilleaba en su cuerpecito flaco. No podía dejar de mirar el entorno. El pasto era verde y limpio. El patio estaba vigilado por un cielo azul. Un par de filas de edificios de aulas flanqueaban el área del patio. En serio, nada se quedaba corto. La escuela parecía un moderno y estilizado sitio en donde cursar. ¿Quién no querría estudiar ahí?

—¡Uy, ojalá! En nuestro curso anterior los chicos eran solo un montón de mandriles desaliñados —comentó Molly entre risas.

A Angel le resultó imposible no soltar una carcajada por el comentario de su hermana, así que los dos rieron a medida que atravesaban el patio y ya se adentraban dentro de la escuela. Angel volvió a observar su alrededor en los largos y limpios pasillos de la escuela mientras caminaba con total confianza y seguridad junto a su hermana. Habían adolescentes por todas partes. Grupos de jóvenes hablando en algunos rincones, algunos guardando algunas cosas en sus propios casilleros y otros simplemente caminando en dirección a sus salones. Habían diversos afiches pegados por las paredes e incluso algunos bebederos los cuales eran de acero, que consistían en pulsar un pequeño botón y saldría agua del grifo. Angel encontró eso bastante genial.

—¡Y que lo digas! Tuve que rechazar a cada chico, ninguno estaba dentro de lo "aceptable" si quiera —expresó el rubio con cierto fastidio.

Niss rodó los ojos.

—No eres quien para hablar, tardaste un siglo en arreglarte y sigues viéndote como una mierda —soltó el mayor. Por supuesto, él siempre se aseguraba de lanzar baldes de agua fría.

Angel le dedicó una mirada que habría decapitado a Hitler a kilómetros de distancia.

—Cierra la boca Niss, lo que tienes es envidia —espetó mirándolo con molestia—. Al menos yo si me molesté en cambiarme, ¿acaso dormiste con esa camiseta? —inquirió antes de darle una sonrisa burlona.

Sintió que se llevó la victoria cuando su hermana comenzó a soltar un par de risas. Fue una dulce melodía para sus oídos orgullosos.

—¡Hey! A mí no me interesa llamar la atención —replicó Niss.

Dos Latidos |RadioDust/HuskerDust|Where stories live. Discover now