Dos Latidos |RadioDust/HuskerDust|

Capítulo 3

Tentación

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—¿Y bieen? —le dijo una sonriente Cherry a Angel, levantándose de su asiento para hacer su usual caminata por la escuela—. ¿Sigues en Husk-landia o ya podemos irnos?

Habían pasado dos semanas desde que Angel conoció a los chicos. Y la verdad, las cosas estaban yendo bien. El asunto del vídeo estaba quedando atrás, Valentino junto a su grupito no había vuelto a acercarse y hablaba con los dos chicos más populares de la escuela de vez en cuando. Cosa que, Angel realmente no encontraba tan extraordinaria. Pero Cherry lo hacia, y todas las otras chicas de la escuela también. 

—Oh, no empieces —dijo poniéndose rojo de la vergüenza, mientras se levantaba también para acompañarla durante el receso—. ¿Has hablado con mi hermana? —prefirió preguntar, cambiando el tema.

Ahora la contraria se había ruborizado, a lo cual Angel sonrió.

—Bueno, un poco —contestó avergonzada desviando la mirada. A la chica se le hizo imposible no sonreír y su mano inquieta acomodó un mechón de su cabello tras su oreja—. Es tan encantadora y amable... ay, creo que de verdad me gusta —admitió en un suspiro mientras caminaban por el pasillo.

Fue en ese momento que Angel se percató de dos figuras al final del mismo pasillo, y al agudizar la mirada, distinguió a Husk frente a una chica de largo cabello rosa, con un perfecto cuerpo de reloj y un escote que dejaba casi al descubierto su enorme busto. Por la forma en que la chica se acercaba hacia Husk, pudo notar que ésta le estaba coqueteando.

—¿Por qué? ¿Ella ha dicho algo sobre mí? ¿Qué te dijo? —le preguntó Cherry rápidamente, mirándolo con un brillo esperanzado en sus ojos.

El rubio permaneció de pie y no escuchó lo que su amiga decía.

Angel estaba muy concentrado en tratar de descifrar qué diablos pasaba ahí. Y de hecho, pudo descifrarlo al instante; una de tantas chicas intentando coquetear con Husk mientras que éste la miraba de manera perezosa, con aburrimiento.

—Oh... —emitió Angel, conteniendo una sonrisa de satisfacción al ver que Husk no estaba interesado en su coqueteo. Y su satisfacción aumentó al darse cuenta de que ambos estaban frente su casillero—. Acompáñame. —tomó la mano de Cherry y avanzaron hacia el pelinegro junto a esa chica—. ¿Los interrumpo? Necesito sacar algunas cosas de mi casillero —solicitó una vez que se acercó, con indiferencia. Los dos se hicieron a un lado.

Angel hizo todo lo posible por no mirar a Husk, a pesar de que había sentido la oscura mirada del azabache sobre él.

—Hey, ¿no eres tú el chico de la fiesta? Ya sabes, el que bailó provocativamente delante de todos —comentó la chica mientras lo veía abrir su casillero. Había una extraña y divertida sonrisa en su rostro.

Angel también la reconoció, fue ella quien colocó la canción que bailó y las demás en la fiesta.

—Sí, supongo que ese soy yo —contestó con una falsa sonrisa, mientras cerraba su casillero—. Por cierto, tienes una abertura en tu bolso y se ve tu tampón.

Las cejas de la chica saltaron hacia arriba y abrió los ojos de par en par, sobresaltada.

—¿Qué? —emitió nerviosa mientras agarraba su bolso. Cuando comprobó que era cierto, se puso completamente roja y miró a Husk con cierta incomodidad—. M-mierda... —murmuró antes de darse vuelta e irse hacia alguna parte, avergonzada. Probablemente a arreglar su bolso rasgado.