🌻Punto 1🌻

6.1K 804 652
                                    

El pobre extremo plástico del bolígrafo había terminado adquiriendo algunas abolladuras de todo lo que Seokjin había jugueteado con él utilizando sus dientes

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El pobre extremo plástico del bolígrafo había terminado adquiriendo algunas abolladuras de todo lo que Seokjin había jugueteado con él utilizando sus dientes.

Y es que el chico tendía a realizar esa acción cada vez que estaba preocupado, nervioso, dudoso, pensativo o simplemente aburrido.

En esta ocasión, era la cuarta opción la causante del sacrificio del pobre objeto.

Tenía un proyecto de Filosofía y Sociedad pendiente, para ser más exactos, su trabajo de fin de curso, y llevaba gran parte de la tarde (pues ese día no tenía clase) postrado frente a la mesa de su comedor, con un café que inicialmente estaba ardiendo y ahora parecía haberse mudado a Alaska, tratando de terminar.

Por suerte la tarea estaba bastante adelantada, y solo faltaban retocar algunos detalles, sin embargo, un par de cosas rondaban por su cabecita y no le dejaban acabar con esos últimos jodidos cabos sueltos.

Y esas cosas eran nada más y nada menos que un chico moreno que tenía por pareja y cierta publicación ambigua que había encontrado accidentalmente.

Namjoon, quien era su novio desde hacía aproximadamente cinco años, se encontraba tranquilamente sentado en el sofá del salón, mientras veía con cara de idiota una cutre película de acción (por la que se notaba ciertamente impresionado) y comía un trozo de pan untado de una especie de mayonesa con la que se había embarrado un poco sus comisuras y mejillas como si fuese un niño pequeño.

Adorable.

Para Seokjin, él era su bebé grande.

Se conocieron cuando Jungkook, el hermano menor de Jin, estuvo pasando sus peores etapas ingresado en el hospital.

A altas horas de la noche, con un calor infernal propio del húmedo verano, el pelinegro se encontraba llorando a moco tendido en un parque, solo, y sin miedo a ser escuchado pues era bastante tarde y pocos transeúntes pasaban por ahí. Un par de cifras horarias atrás, los médicos le habían dado la noticia a la familia Jeon de que el organismo de su hijo menor no parecía aceptar adecuadamente el tratamiento y que por ello, las esperanzas de vida eran bastante reducidas.

Destrozado era poco para decir cómo él se sentía en ese momento, pero tanto como deseaba desahogarse, no podía dejar ver a sus padres lo afectado que estaba, así que buscó la forma de que la soledad y el jodidamente calor asfixiante, fuesen los únicos testigos de su estado.

No contó con que justo a esa hora, estuviese saliendo un chico de tez canela de una tienda (de esas que abren 24/7), con una bolsa llena de refrescos y galletitas, y que casualmente tuviese que atravesar el parque para llegar a su casa.

Tampoco contó con que se detuviese justo frente de él al verlo llorar, y que sin decir ni una sola palabra, le tendiera una fría lata de gaseosa, se sentara a su lado aún en absoluto silencio, y le hiciera compañía hasta las tantas de la madrugada. Sin hablar, sin tocarle, sin hacer absolutamente nada, simplemente brindándole su compañía que de una forma muy extraña, era extremadamente reconfortante.

El novio perfecto no exis... /Namjin🌻Where stories live. Discover now