Epílogo

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Los meses del embarazo de Wanda fueron los mejores que les pudieron pasar a la pareja. A pesar de los constantes antojos que el bebé solía tener por las noches o por las madrugadas, para ambos era más que especial el simple hecho de saber que serán padres en cuestión de días.

Pues Wanda ya tenía 9 meses de embarazo y el Viernes, estaba previsto su parto. Ella y Peter se la pasaban pensando en diferentes nombres para el bebé. Lo cierto era que los chicos iban a enloquecer cuando el bebé naciera, apenas y soportaron la noticia de que Wanda no esperaba una criatura, esperaba dos. Pues iban a tener gemelos.

Toda la noticia en cierta parte era nueva para ella, pero también era importante, el saber que no sólo tenía una vida que cuidar, si no que eran dos vidas las cuales tendrían que cuidar con el paso del tiempo. Ambos castaños pensaban en nombres especiales para los niños, si bien, ellos no quisieron saber que sexo eran los bebés, querían esperar al día de nacimiento.

Pietro y Lorna habían estado preparando comida y todo lo necesario para el día que ellos regresarán con los gemelos, también Tony ha estado decorando una habitación exclusiva para los niños. Las paredes pintadas de colores mixtos, cunas y también juguetes en el suelo. Tony podía ser gruñón, serio y todo lo que quisieran, pero estaba más que emocionado por la llegada de dos nuevos integrantes.

Wanda estaba en su habitación viendo una película, hace mucho tiempo que no sé tomaba un tiempo para ella, siempre estaba ocupada en los preparativos de sus bebés, ahora por fin podía pensar un poco en ella.

A mitad de la película, Wanda se levantó de la cama para poder traer un vaso con agua, pero una pequeña sorpresa que ni ella quería que pasará, sucedió. Su fuente se había roto la fuente.

Era Jueves, Jueves por la noche. Faltaban qué horas para que fuera Viernes, pero a Wanda ya se le había roto la fuente. Ella grito, no sentía dolor por la fuente, pero tenía que decirle a Peter que el bebé ya iba a nacer.

Wanda había estado los dos últimos días con contracciones, pues es una madre primeriza, sus contracciones no eran ni tan fuertes ni tan leves, eran normales. Pero ahora sus contracciones empezaron desde la espalda haciendo que está vez gritara de dolor.

Peter entro en la habitación y antes de decir una palabra, Wanda le dijo—: Ya viene, los bebés

Esas palabras le bastaron a Peter para moverse lo más rápido que podía y llevarla a la clínica del laboratorio, pues no fueron especialmente a un hospital, no podían arriesgarse a que los conocieran y que algo malo les pasará a los bebés y que mejor que tener el parto en el laboratorio, a fin de cuentas tenía todo lo necesario para esos casos.

Peter y Pietro ayudaron a Wanda para llegar al laboratorio, sus contracciones iban subiendo conforme el tiempo pasaba. Dejaron a la castaña en una de las camillas, sólo Peter podía estar allí por ser el padre de los bebés, los demás tuvieron que esperar afuera.

—Es ridículo que nosotros siendo familia y que además estando en nuestra casa no podamos entrar— Pietro estaba más que alterado, asustado y ansioso, decía cosas que a veces no tenían sentido ni para el mismo, este era uno de esos momentos.

—Él es el padre, debe estar allí, nosotros tenemos que esperar a fuera, osea aquí—Le recordó Gwen con mucha amabilidad de su parte, ella siendo la novia de Pietro sabía lo mucho que a este le importaba su hermana y a pesar que fuera algo normal sus contracciones o incluso sus gritos, algo dentro de el se quebrara al verla sufrir, aunque el sufrimiento fuera normal para una mujer embarazada.

Las horas pasaban y Peter se sentía molesto consigo mismo por no saber cómo parar ese dolor que Wanda estaba sintiendo al dar a luz. Su mejor ayuda era estando con ella y no dejarla sola, él sostenía la mano de Wanda con fuerza para darle a entender que estaba con ella en todo momento. Peter limpiaba el sudor de la frente de Wanda y dejaba uno que otro beso en su frente para que ella se calmara aunque sea un poco.

—Muy bien Wanda, puja, puja Wanda—Le pedía el doctor que estaba dentro del laboratorio, Wanda con todas sus fuerzas empezó a pujar, gritaba, ella nunca imagino que el parto era tan complicado y tan tardado.

El doctor seguía pidiendo que ella pujara y eso debía hacer, se estaba rindiendo cuando unos llantos de bebe fueron lo único que se escuchó, lo único que les importo a los dos castaños. Peter aparto la vista de Wanda y la dirigió al bebé que una de las enfermeras estaba sosteniendo.

—¡Felicidades! Es una niña—La sonrisa de Peter llego tan rápido como nunca se imagino, una niña, él tenía una hija.

Wanda quiso pedirle a Peter que quería verla pero nuevamente el dolor llegó a ella, su otro hijo venía en camino y debía pujar de nuevo. Peter agarro la mano de Wanda otra vez, el doctor seguía pidiendo las mismas indicaciones que hace unos minutos.

Nuevamente los llantos se escucharon y eso fue lo único que les importo. El doctor cargaba al bebé con dulzura y una sonrisa.

—Es un niño—Peter no podía estar mas feliz, tenía dos hijos, mellizos. Tenía a dos criaturas que cuidar.

Una de las enfermeras que tenía a la pequeña hija, se la entrego a Wanda para que está pudiera verla, los ojos se le cristalizaron a la castaña al ver a su bebé, a su niña con sus ojos cerrados, sus manos pequeñas. Estaban más que felices y ambos lo sabían.

[...]

Los chicos estaban preparando la bienvenida de sus vidas, aunque Wanda dió a luz en casa, prácticamente, ellos querían hacer de ese día el más feliz. Tuvieron que esperar unos dos días para que Wanda estuviera mejor y pudiera levantarse de la camilla y poder salir del cuarto.

Lorna y Pietro tenían dos pasteles en sus manos, la noticia de los gemelos fue la más grande y feliz para ellos dos, mucho más cuando se enteraron que eran mellizos. Lorna tenía el pastel azul del niño y Pietro el pastel rosado de la niña. Los demás sostenían regalos como también confetti para lanzarlo.

Los dos castaños salieron del cuarto con los niños en brazos, los chicos no tardaron en echarles el confetti. Wanda y Peter sonrieron con alegría al ver todo lo que habían hecho.

—Aae, a mover la colita— Cantó Harry, eso era lo especial de él, que siempre sabía darle su toque de alegría a las cosas.

Los hermanos de la castaña cargaron a los bebés, eran tan lindos y ellos lo sabían. La niña había salido a Peter y el niño tenía los mismos ojos a Wanda, no podían estar mas felices por lo que habían creado.

—¿Ya saben que nombre ponerles?— Preguntó Lorna y los castaños asintieron.

—Elle y Tommy— Respondieron los dos padres

Todos estuvieron dándole cariño a los hijos de Wanda y Peter. La castaña camino hacia uno de los balcones para poder ver el atardecer.

Se puso a pesar en todo lo que había pasado, su oscuro y triste pasado siempre la estuvo atormentando y cuando llegaron a Queens poco a poco fueron perdiendo el miedo hacia el mundo. Recordaba a Peter, la vez que ambos cantaron en un callejón oscuro para vencer el miedo a la oscuridad que tenía Wanda en ese entonces, el trabajo con Tony, la compañía de Peter. Las peleas que tuvieron que pasar, los obstáculos que tuvieron que vencer.

Todo eso ellos lo habían pasado, Wanda estaba más que feliz de decir que había logrado su objetivo: ser feliz sin presionar al tiempo.

—I'd come for you— Susurro Peter en el oído de Wanda mientras la abrazaba por atrás, esa canción había sido la letra que los unió.

—Tantas cosas que pasaron para poder llegar a esto— Dijo Wanda con una media sonrisa

—Bueno, ahora no estamos solo nosotros dos, ahora tenemos una familia, una familia más grande.

—Peter ¿Y si algo pasa? ¿Y si atacan de nuevo la ciudad?

—Lo vamos a superar, como siempre lo hemos hecho...

Dijo con una voz tan dulce, una voz que Wanda extrañaba escuchar.

—Somos Spider-Witch ¿No? Amor Escarlata

Wanda lo miro con una ceja alzada.

—¿Amor Escarlata?— Preguntó ella con curiosidad

—Si, es el nombre que nos dió tu hermana— Wanda río pero el nombre le había gustado

Amor Escarlata...

AMOR ESCARLATA 2 ✔️ || Spider-Witch Where stories live. Discover now