Lo Que Siento Por Él

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POV Katsuki -Una mirada a la verdad contada desde el otro lado-

Siempre fui un estúpido arrogante, un hombre inseguro que necesitaba de la aprobación y elogios de esa bola de extras para sentirse bien

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Siempre fui un estúpido arrogante, un hombre inseguro que necesitaba de la aprobación y elogios de esa bola de extras para sentirse bien... Un tonto que perdió al amor de su vida cuando demostró lo mucho que le afectaban las opiniones de los demás, de la peor manera.

Lo herí, lo destruí, pero aún así lo deseé y deseo solo para mí.

Izuku Midoriya ¿Qué mierda me hiciste? Desde que te fuiste en aquel tren, al que no pude alcanzar a tiempo, no pude dejar de pensar en ti.

Tus ojos, tu timidez y la calidez de tu piel... tus caricias... no puedo borrar ni una de ellas de mi mente.

Ese último semestre en la universidad fue una mierda, ya no pude fingir que me sentía bien junto a Uraraka, apenas dos meses después de comenzar el semestre la mandé a volar. Ella difundió de nuevo el rumor  de que la había dejado por ser gay, por su culpa me echaron del equipo de fútbol. No me importó, el mundo dejó de brillar desde que dejé de ver tus hermosos ojos esmeralda observarme a la distancia desde atrás de tu atril, tomándome como modelo de tus increíbles pinturas, mismas que nunca elogié.

Pasé meses atormentándome, pensando en porqué no pude demostrarte lo mucho que habías calado en mi ser. En el porqué cometí esa estupidez en tu habitación, en la que no sólo tú sentiste destruido el corazón... El mío se hizo trisas cuando te vi allí en el suelo llorando por mi inmadurez, aún así no me detuve hasta que estuve seguro de que todos habían escuchado los ridículos gemidos de Uraraka. Salí de allí sin poder ayudarte a levantarte... Como un patán que nunca podrá merecerte. Lo sé, nunca podré tenerte entre mis brazos de nuevo. No lo merezco.

La única testigo de mi depresión fue mi madre, la que me dio la mejor paliza de mi vida al contarle todo.

–¡Fuiste un imbécil, yo no crie a semejante monstruo!– Sus palabras terminaron de hundirme, aunque también ayudaron a levantarme, pues su mirada molesta, pero comprensiva me alivió.

–Asegúrate de volverte un mejor hombre, para que cuando vuelvas a intentarlo, él no pueda mandarte a la mierda ¡Eres un Bakugo!– Joder, tenía razón. Durante 5 años me dediqué a mejorar como persona, porque lo acepto; estaba jodido, tan inseguro que dejé que mi vida se manejara según los estándares de la bola de extras de la universidad, atado a sus juicios que olvidé que el mío también importaba. Porque elegir lo que mi corazón dictaba era también una opción, aunque para todos estuviera mal visto que fuera gay.

Asistir a seminarios de control de ira y a sesiones al psicólogo para mejorar mis estúpidos complejos, llevó años. Años durante los cuales no tuve noticias de ti. Todos los días tu cabellera verde y tu brillante sonrisa aparecieron en mi memoria, ayudándome a seguir adelante, porque ¡joder! te incrustaste en mi mente y corazón, tan profundo, que ni aunque quisiera lograré sacarte de allí... el problema es que tú me dejaras entrar a mí.

Kacchan es CruelWhere stories live. Discover now