Como agua y aceite [Fanfic Corazón de Melón] [Nathaniel X Sucrette]

Día 5. Un intento de redención

Scarlet

-Anda Scarlet, dime cómo fue que lograste sacar al delegado de su caparazón. Me sorprendió verlo contigo.

Genial, al hacerme ese tipo de preguntas lo único que lograba Rosalya era traerme a la memoria los horribles acontecimientos de ayer.

-Te digo que fue una coincidencia, nos encontramos en el camino. El rubito vino por su cuenta.

Eso es Scarlet, miente, miente, que nadie sepa el gran ridículo que hicimos.

-Eso no te lo crees ni tú -me contestó con una sonrisa de suficiencia-. Desaparecieron después de los carritos chocones, vamos, dime, ¿desde cuándo te gustan los chicos de corbata?

-¡Desde nunca! Simplemente nos hartamos de ser las viejas chaperonas de Castiel y Melody y nos fuimos a casa.

-¿Vas a seguir con eso? Qué aburrida... -repuso Rosalya sonando bastante frustrada.

-Así son las cosas, deja de inventarte historias, ese es el trabajo de Pegy -contesté algo enfadada.

No quería hablar más del tema, era una desgracia que la profesora de lengua se hubiera ausentado, dejándonos una hora y media libre para cotillear. Como siempre, me había acomodado en el pupitre de la última fila junto a la ventana y saqué mis audífonos con la esperanza de que todos me ignoraran, pero por lo visto la mala suerte insistía en perseguirme.

-Al menos debes reconocer que Nathaniel se veía muy guapo, se nota que se esforzó por tener un buen aspecto, ¿por quién crees que lo habrá hecho? -insistió Rosalya mirándome de reojo desde el asiento de al lado.

Eso era obvio, el rubito se puso sus mejores galas para impresionar a Melody porque yo se lo aconsejé. Lo cierto es que para no ser mi tipo, lucía bastante bien, pero eso no lo diría ni muerta.

-No sé de qué estás hablando, para mí se veía como siempre, ñoño. -dije indiferente al tiempo que sacaba mi móvil. Tal vez si fingía hablar por mensajes con un amigo invisible al fin Rosalya se daría por vencida.

-Está bien...el delegado no te interesa -suspiró-. De cualquier forma no hay nada que hacer, se nota que le gusta Melody.

No pude evitar dar un respingo al escuchar esas palabras. Lo sabía, por supuesto que lo sabía,  Nathaniel estaba enamorado de la niñita de papá, pero oírlo decir en voz alta me produjo cierta inquietud que no alcanzaba a definir. ¿Qué era lo que veían los chicos en Melody? ¿Era algo de lo que yo carecía? O tal vez simplemente algo estaba mal conmigo, como había dicho el rubito.     

-Aunque me sorprende que haya tomado tan bien el que la chica que quiere y Castiel, nada más y nada menos, estén de novios. Nathaniel es muy maduro -aseveró Rosalya. 

Contuve las ganas de reír. Nada menos cierto, en el fondo el rubito podía ser terriblemente testarudo e inmaduro... pero también amable y valiente. Después de todo evitó que me hiciera daño en la noria y prometió no decirle a nadie sobre nuestro "casi roce con la muerte". Me sentía muy mal por haberle dicho que lo odiaba, quiero decir, no nos llevábamos bien, pero no era para tanto...

-Hey Scarlet, aquí hay algo que debes ver.

Armin interrumpió mis pensamientos, se había acercado a mi pupitre junto con Alexy y Elisa, y me entregó la tableta tremendamente delgada de esta última.    

-Veraz, en serio hoy no estoy de humor y...

Paré de hablar y abrí los ojos como platos al reconocer las imágenes que aparecían en la pantalla. ¡Éramos nosotros! Nathaniel y yo, en la rueda de la fortuna, ¡en el preciso instante en que nuestro cubículo comenzó a balancearse y yo perdí el equilibrio, y prácticamente caí en sus brazos!