𝐈𝐈𝐈.

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Una semana había pasado desde que no le dirigía la palabra ni mirada a Draco. No por la pelea con Pansy, aquello no lo había tomado ni siquiera como una amenaza, más bien por una discusión que habían tenido esa tarde que llegó de su castigo, cuando se lo topó en la sala común.

—Así que tuviste una pelea con Pansy. —le dijo el, de no haber sido porque habló, ni siquiera hubiese notado que le estaba esperando en uno de lo sillones y por su parte, no tenía ánimos de discutir.

— Pierdete Malfoy.

— ¿No tenías pensado decirme que estuviste con un perdedor de Hufflepuff?.

— No es de tu incumbencia.

— ¿Ah no? ¿No lo es? Si no mal recuerdo tu y yo tenemos un trato.

— Si, pero en ningún lado dice que no me puedo besar con otros chicos, ¿oh si? Sin mencionar claro, que tu hiciste lo mismo hace una semana y no dije nada, porque no me interesa.

Sus palabras parecen ser un golpe duro para Malfoy, pues se levanta rápidamente y la enfrenta.— ¿Estas celosa?.

— No estoy para tus estúpidos juegos, Malfoy. —le reclama, intentando alejarse pero su mano la detiene— suéltame.

— No hasta que me respondas. —le reta el rubio.

— Draco no estoy de humor.

— Responde, ¿te da celos que me bese con otra chica y no contigo?.

— ¡Malfoy! —le grita ahora, empujando su mano hacia ella para poder separarse— más te vale que me sueltes ahora mismo si no quieres que me detenga con tu estúpido plan.

Y solo eso basta para que el otro la libere y la observe marcharse hasta su habitación, desde ahí no habían tenido contacto alguno. Cada vez que se topaban, ella seguía su camino sin mirar atrás, no lo miraba o terminaba quemando todos las aves de papel que le enviaba en clases sin siquiera leerlas.

No tenía tiempo para chicos, pero si para sus mejores amigos, cuando aquella tarde decidieron tomar un pequeño paseo a Hosgmeade por algo de beber, era semana de exámenes y el estrés no era algo con lo que lidiaba muy bien. El trío de jóvenes se encontró en la taberna de Rosmerta después de clases, era una tarde fría más no en su totalidad como para no disfrutar de una cerveza de mantequilla y una larga charla para ponerse al día.

— ¡Y ni te imaginas! —decía Brina— Smith vomitó en el comedor luego de que Fred pusiera uno de sus caramelos en su comida. Fue asqueroso, más porque al parecer había comido brócoli.

— Creo que ya no quiero volver a ver el brócoli en mi vida. —menciona Ayla, haciendo una mueca de desagrado.— ¿Y tu, Evan? ¿En problemas de nuevo? Nathan me contó que intentaste meterte a la sala común de Ravenclaw.

— ¡¿Lo hiciste?!. —y es mas que claro que la rubia está molesta, pues su entrecejo se frunce mientras la azabache tiene una amplia sonrisa de satisfacción en su rostro.— Evan Theodoro Graves, contesta.

— ¡Lo hice! ¿Si? Si su clave no fuese tan complicada, créeme que lo hubiese conseguido. —responde, bebiendo un largo sorbo de cerveza— Ravenclaw y su manía por sentir que nadie es más inteligente que ellos. —refunfuña.

Él rostro de sus amigos le hacen reír, son tan opuestos pero de alguna forma siempre logran coincidir, ya sea hasta en la más mínima cosa, como cuando habían aprendido transformación y convirtieron la gata de Filch en un plumero.

— Y tu ni te rías —le dice Evan— que la pelea que tuviste la semana pasada no fue nada de lo que alegrarse. ¿Pelear por un muchacho? ¿Y además Malfoy? Ni que se tratara de mi.

𝐃𝐀𝐑𝐊𝐒𝐈𝐃𝐄 『 𝗥𝗲𝗺𝘂𝘀 𝗟𝘂𝗽𝗶𝗻 』Where stories live. Discover now