Después de la segunda guerra mágica, Amelia Lupin, decide irse de Londres para poder superar la muerte de tantas personas queridas. Así es como llega a Forks. Superar, es lo que ella quería, pero no siempre las cosas salen como queremos.
Agradecimi...
Aviso: Entiendo su descontento con el "protagonismo de Bella" pero ella tiene un papel importante en la historia, ella comenzó todo y ella guiará el final. Si no les gusta pueden retirarse de la historia, no hay necesidad de comentar que la historia es aburrida u otras cosas.
A los que les gusta, miles de gracias por votar y espero siga siendo asi <3
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Las cosas no habían ido a mejor, más bien todo parecía empeorar. Entre todos había un ambiente de paranoia que nos seguía en cada paso que dábamos.
Los lobos habían estado patrullando casi todo Forks en busca de señales de que a lgo estuviera mal, al mismo tiempo se sometían a voluntad bajo la maldición Imperius para volverse más resistentes a esta.
Bella y la niña, de desconocida procedencia, salían de vez es cuando, Bella a buscarme alimento y no nos dejaba estar solos son la niña por lo que se la llevaba a donde sea que vaya.
A veces, cuando Bella se iba a cazar nos permitía cuidar a la pequeña, quien se acercaba a nosotros con curiosidad, como en esta ocasión, donde se acercó a mi en la habitación de Jasper.
—¿Que es todo eso?— pregunto señalando el desastre que tenía en la cama de Jasper, entre pergaminos y libros viejos, a penas se veía el acolchado de la cama.
Suspiré y le sonríe lo mejor que pude.
—Son hechizos protectores— explique— planeo proteger nuestras casas, por si alguien quiere venir a atacarnos.
La niña asintió y miro los pergaminos con curiosidad.
Hice una mueca, a penas sabíamos algo de ella, más que quien sea que la allá secuestrado la quería junto a Bella, aunque no sabemos para que.
Me agache hasta quedar a su altura.
—¿Segura que no recuerdas nada antes de llegar junto a Bella?
La niña hizo un puchero y nego.
—No tengo nada— acaricio su cabeza al ver cómo el puchero crecía— eso es malo, ¿Verdad?
Sonrió lo mejor que puedo.
—Ya encontraremos a tu familia, tranquila.
La puerta es abierta por Jasper quien al verme sonríe.
—Amelia, quiero enseñarte algo.
Lo miro confundido pero antes de decir algo miro a la pequeña, quien seguía viendo los pergaminos con curiosidad.
—Ve con los demás— le pedí, la pequeña asiente.
Camino hasta llegar donde Jasper quien me guía hasta las afueras de la casa de los Cullen, al llegar a la puerta me siguiera subirme a su espalda. Entusiasmada por lo que me quiere mostrar me subo y disfruto la sensación del aire golpeado mi pelo, aunque la velocidad hace que quiera estornudar.
Finalmente llegamos a una parque que ya conocía en el lado Quileute. Gracias a la situación que vivimos los acuerdos se modificaron momentáneamente, para ayudarnos entre todos a cuidarnos, por lo que los vampiros podían ir al otro lado y viceversa.
—Cierra tus ojos— me pidio antes de bajarme de su espalda.
Asentí y no dude en cerrarlos, note la mano de Jasper en mis hombros guiandome por el denso bosque.
Pasaron unos minutos, en los cuales mi curiosidad no sesa, hasta que finalmente nos detenemos.
—Ya puedes abrirlos.
Con cuidado los abro poco a poco para que la luz no me moleste. Lo primero que veo es a muchas personas con maquinaria remover grandes tramos de tierra y a algunos arquitectos por todas partes.
Mis ojos se cristalizan al darme cuenta.
—Entre tanto alboroto me asegure de que tus planes siguieran su curso y finalmente a comenzado. Ya podemos decir que los hombres lobos marginados tienen un hogar asegurado.
Mire al rubio quien me sonreía tímidamente. Me lanze a sus brazos siendo recibida calurosamente.
—Gracias por tanto Jasper, sin ti esto no hubiera sido posible, esto es...
—Tu hiciste esto Amelia, tu y más nadie. Eres la esperanza de los hombres lobos y estoy seguro de que ellos lo saben, tu debes saberlo. Estás cambiando la historia, Amelia. Tu y nadie más, eres increíble y...
Llamarlo impulso o como quieran, pero yo llamo el haberme lanzado a sus labios, lo mejor que e hecho en mucho tiempo.
El contacto fue breve, pero sentir sus labios sobre los míos fue la sensación más extraña y hermosa que e experimentado.
Al principio Jasper no dijo nada, atónito por lo sucedió, pero antes de yo poder disculparme, sus manos viajaron a mis mejillas y me acercaron a sus labios dejando que disfrutemos aquella sensación. Sintieramos como en nuestros pechos revoloteaban miles de mariposas.
Fue la sensación más explosiva y agradable que haya experimentado.
Me hizo sentir única.
Nuestros labios se separaron dejando paso a la sonrisa en nuestros rostros. Reí al ver si expresión atontada.
—Eso fue...
No pudimos hacer de aquello, pues la presencia de Edward con expresión preocupada nos trajo a la realidad.
—¿Que sucede? — pregunté alarmada.
—Deben volver, ahora.
Su sentencia hizo que Jasper me tomara entre sus brazos y a velocidad llegáramos a la casa Cullen, donde al entrar me tope con una imagen que no esperaba.
Los Cullen rodeaban a Hermione, Harry y Ron, quienes sujetaban algo entre sus manos.
—¿Chicos? ¿Qué sucede?— sin decir nada Hermione me tiende el profeta. Confundida leo en voz alta.
"Nueva fuga en masiva en Azkaban. Se reportan magos fallecidos sin sangre en sus cuerpos. Las autoridades cree..."
El sonido del cristal impactar contra el suelo me detiene, con el corazón a punto de salir de mi pecho miramos a Alice, quien con la mirada perdida pronuncia.
—Los Vulturi vienen por nosotros.
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