Daddies - anime collection ━━ [En curso] 《10》

2. Satoru Gojo - Jujutsu Kaisen

Only mine...

—Hola... —le saludaba esperándola en las escaleras, en la entrada del edificio donde ella residía.

—G-Gojo-san —habló sonrojada, cargaba una bolsa de papel color marrón en el brazo izquierdo, había ido al supermercado por algunas cosas que necesitaba para su cena de ese día—, ¿q-qué lo trae por aquí? —inquirió al subir algunos escalones, hasta llegar donde él se encontraba.

—Bueno, estaba cerca y decidí pasar a saludar —respondió al tomar la bolsa que ella cargaba, dispuesto a ayudarle—, aunque mi verdadera intención... —se frotó la nuca—, era invitarte a salir, (Tn).

—¿A-a salir? ¿Dónde?

—Bueno, tenía pensado llevarte a Tokyo. Eres nueva en este lugar, y la otra vez que tuve la oportunidad de platicar contigo, me dijiste que siempre has querido ir allá.

—Pues, así es, pero...

—¿Pero?

—Es que tengo turno en el hospital el día de hoy, dentro de un par de horas. —expuso con gran pesar, dado que sí le habría encantado salir con él, aunque le sorprendió encontrarlo en las escaleras, y sobre todo; la repentina propuesta.

(Tn) y Gojo habían conversado un par de ocasiones en el hospital donde ella trabajaba como enfermera, ya que él siempre llegaba a visitar a alguien del piso de cuidados intensivos, a quien ella nunca había visto puesto que el área estaba restringida. También se habían encontrado algunas veces, en las calles de esa zona, por lo que la había acompañado dos o tres veces a casa.

Ella ignoraba su verdadera ocupación, creía que era un joven profesor de un prestigioso instituto, eso era todo.

—Ah, qué mal por mí —habló un tanto desanimado, e realidad quería acercarse a ella desde hacían varias semanas, pero su trabajo como profesor en la Academia de Hechicería, le estaba consumiendo su tiempo, un poco más de lo usual, ya que estaba al pendiente de un chico nuevo, quien apenas empezaba a controlar su energía maldita—, será en otra ocasión entonces —dijo en esperas de que así fuera.

—Bueno... —intervino un poco dudosa—, creo que quizá podría llamar a una amiga, le he cubierto algunos turnos, tal vez ella pueda ayudarme esta vez.

—¿En serio? —inquirió sonriendo, casi tan inocente como un niño a quien le acababan de dar la noticia, de que sería recompensado con algo que deseaba. (Tn) asintió en respuesta.

—¿Gusta pasar mientras llamo a mi amiga? —hizo un ademán de invitación, apuntando hacia el ascensor.

—Claro —aceptó sonriente.

«No me sonría de esa manera Gojo-san, mucho menos si sus ojos no están vendados o cubiertos por su típico par de gafas oscuras...» pensó cautivada, sintiéndose vulnerable por la manera en la que esos hermosos diamantes azules la veían.