Devilicious
Era una noche muy concurrida en las transitadas calles de Tokyo, donde cierto espíritu maldito caminaba con aires de superioridad, Sukuna era su nombre. Era temido desde tiempos inmemorables, apodado como: "el rey de las maldiciones".
Se sentía desahogado y animoso. Había tomado el control del cuerpo de Itadori, el chico que lo contenía en su interior. No sabía por cuánto estaría a sus anchas, pero aprovecharía el tiempo para entretenerse.
Estar en el cuerpo de un "mocoso" no era divertido para Sukuna, ya que no habían fiestas, alcohol o mujeres, tan sólo estudios, entrenamientos, y misiones aburridas que alguien con su nivel de energía maldita catalogaba como: insípido y aburrido.
—¡¿Dónde está el sake y las putas?! —fue lo primero que se preguntó al estirar los brazos, sonriendo relajadamente. Se sentía tan bien estar fuera..., que lo único que podría mejorar su noche sería embriagarse y tener sexo.
Miró hacia a todos lados buscando un lugar donde conseguir lo que su cuerpo le pedía, y sonrió complacido cuando su olfato percibió un grato aroma a sake.
De un salto, llegó al quinto nivel de un lujoso edificio. Se quedó en silencio, agachado sobre la baranda del balcón del departamento, mientras observaba a travez del cristal y las transparentes cortinas grises que cubrían el mismo.
Dentro de dicho lugar se encontraba una pareja: una chica de no más de veinticuatro años de edad, de corta estatura..., piel clara, cabellos castaños y curvas pronunciadas; esta servía sake y algunos bocadillos para el joven de quizá unos veintiocho años. Ambos se habían sentado a la mesa, él en el centro y ella a su derecha.
Sukuna observaba lo que el muchacho revisaba en las notificaciones de su móvil, ya que este se situaba de espaldas hacia el balcón. Podía ver claramente como tocaba dos veces la pantalla del aparato, y automáticamente aparecía un corazón sobre las fotografías elegidas, que en su mayoría; eran de chicas posando de manera atrevida, y algunas aparecían semidesnudas.
—Mi amor... —le habló la joven, cuya voz sonó tan dulce..., que denotaba cuánto deseaba un poco de su atención—. ¿Mi amor?
—¿Mn? —articuló él, sin siquiera voltear a verla.
—¿P-podrías guardar el móvil por un momento? Tengo algo que contarte sobre un...
—¿Me lo puedes decir después? —inquirió escribiendo un mensaje de texto, en el cual adjuntaba varios emojis de corazón rojo, y también algunas flores—. Estoy ocupado, al parecer mi amigo está en problemas.
BẠN ĐANG ĐỌC
Daddies - anime collection ━━ [En curso] 《10》
FanfictionColección de One shots con diferentes papacitos del anime x Lectora (Editando)