El Trato. Parte 5

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Cheng miró a su hermano, sabía que aún no estaba listo para enfrentarlo así que quiso brindarle un poco de tiempo para prepararse.

-Yo lo haré- anunció lleno de confianza acercándose al príncipe Haikuan esperanzado en que el resultado sería el mismo que la vez anterior. Lo que ocurrió los dejó sorprendidos a todos.

Cheng tomó asiento frente a Haikuan, se tomaron de la mano y como si fueran un espejo reflejándose entre sí, ambos levantaron la pequeña copa al mismo tiempo y la bebieron de un solo golpe permaneciendo con los ojos cerrados.

Zhan dejó de respirar apretando los puños, cada segundo que pasaba lo sentía eterno y entonces paso: Cheng y Haikuan abrieron los ojos al mismo tiempo y estos brillaron al cruzar sus miradas entre sí. Incluso su expresión de sorpresa era similar en ambos rostros.

-Me lleven los mil demonios...- comenzó a decir Cheng.

-... y me encierren en el infierno.- continuó Haikuan.

Cheng se puso colorado y bajó la mirada liberando su mano del agarre del príncipe.

Todos los observaban con las bocas abiertas en estado de shock. Incluso la mujer encargada del rito tardó en recomponer su postura.

-Ehm... sí, Este..., claro... me alegra informar que el joven Jiang Cheng es el alma gemela del príncipe primogénito Wang Haikuan- anunció aunque no pudo evitar el tono de duda al final de la frase.- Desde este momento sus caminos se han unido y jamás deben separarse.

Incluso el escriba tardó en registrar el resultado en el acta correspondiente.

Desde ese momento parecía que Haikuan no podía despegar su mirada de Cheng quien se colocó tímidamente a lado de Zhan como si quisiera que la tierra se lo tragara.

-Eso no lo vi venir- comento Haoxuan con una sonrisa torcida en el rostro rompiendo el silencio absoluto que invadió el salón.

-Príncipe Yibo, por favor- Llamó la mujer encargada señalando el lugar libre.

Yibo tenía la mirada pegada a Zhan, de algún modo intuía el resultado del rito. 

-¿Quién quiere intentar...- preguntó la mujer, pero fue interrumpida por el príncipe Yibo.

-Xiao Zhan será el primero- dijo Yibo con tono autoritario.

A Zhan se le aceleró el corazón tanto que le costaba respirar, no podía moverse de su lugar.

-Vamos A-Zhan, no pasará nada- lo trató de animar Yanli, pero Xiao no estaba muy de acuerdo con su hermana.

Con un pequeño empujón Cheng lo obligó a ponerse en movimiento. Zhan evitó por todos los medios mirar a Yibo directo a los ojos.

-Debes de tomar mi mano- instruyó el príncipe en voz baja al notar que Xiao no reaccionaba después de unos segundos. La mano de Yibo ya estaba sobre la mesa esperando por la de Zhan.

Temblando por lo que iba a pasar, Zhan colocó su mano sobre la de Yibo y de inmediato sintió un agradable calor en su palma, sus mejillas se tornaron rosas y en su mente no dejaba de repetir una frase una y otra vez: "No. Por favor, no"

Las copas fueron puestas frente a ellos y en un intento de mantener sus movimientos independientes a los de Yibo cerró los ojos y bebió el licor, pero aquello no sirvió de nada: ambos actuaron al mismo tiempo.

Zhan sintió el sabor dulce del néctar bajar por su garganta, un agradable calor se extendió desde su pecho a todo su cuerpo concentrándose en la mano que sostenía la de Yibo. Apretó los ojos negándose a abrirlos mientras el calor se incrementaba hasta que llegó un momento en que creyó que su cuerpo estaba brillando. Fue por instinto que los abrió encontrándose con el hermoso rostro de Yibo con los ojos resplandeciendo de un agradable tono dorado, con un ardor que sentía le recorría la piel. Jamás lo había visto tan apuesto como ahora y por un segundo olvidó que estaba molesto con él y una dulce sonrisa se formó en su rostro, sonrisa que se reflejó en el rostro de Yibo porque justo en ese momento ambos se sentían completos.

-Me complace anunciar...- comenzó a hablar la encargada del rito, pero el estruendo de la puerta del salón abriéndose de golpe la interrumpió.

Ese momento se escuchaba la última campanada de la media noche, el rey soltó un suspiro de alivio al percatarse que su hijo menor había encontrado al compañero de su vida.- Al parecer ya tenemos a nuestro futuro rey- anunció el rey Wang Qiren con una enorme sonrisa en el rostro.

Zhan soltó la mano de Yibo al momento sintiendo la vergüenza y el arrepentimiento escalando por su estómago. No es que el resultado lo hubiera sorprendido porque una parte de él lo sabía, otra parte lo deseaba, pero una gran parte se sentía humillada por el desenlace; de algún modo consideraba que se estaba traicionando a sí mismo. Esto era lo último que quería. Se creía un ser independiente, no necesitaba la aprobación de un príncipe o la aceptación de la realeza para serlo y sin embargo ahí estaba, el resultado que aseguraba su pertenencia a Yibo quien sería ahora el heredero de la corona y marcaba su destino de una sola forma posible: Se convertiría en la reina en algún futuro cercano, cualquier posibilidad de salir de Cloud Recesess se había desvanecido. Para siempre.

Con culpa se encontró pensando en cuán diferente hubiera sido que Yibo hubiera mostrado verdadero interés en su persona, qué tan diferente hubiera sido que el príncipe lo hubiera deseado y luchado por él y para él desde el principio, entonces habría mostrado todo el amor que había sentido dentro de su corazón por Yibo una hora antes. Cuánto había cambiado su situación. Ahora sólo sentía que se había puesto una cuerda alrededor del cuello y en ese momento lo estaba estrangulando.

The Choose OneWhere stories live. Discover now