Caperucita Roja: Inicios

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Hace más de un siglo (O menos, nadie sabe cuándo paso), En un pequeño bosque una niña camina tranquila con su caperuza blanca como la nieve y oculta su rostro mientras tararea una canción. Leva una canasta aunque no se ve lo que esta trae dentro.

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<<¿Que irresponsable deja a una niña ir sola por un bosque infestado de monstruos? Mi mamá. Otra vez me pidió que cruzara el kilómetro de bosque que había hasta la casa de mi abuela para llevarle la noticia diaria y comida que no necesita. Todo eso era una excusa para hacerme enfrentar mis peores pesadillas y hacerme "fuerte", y si llegaba a morir no le importaba. Me restregaba en la cara que era una llorona y que mis hermanas más pequeñas eran mucho más fuertes que yo. Por suerte me encontré con el monstruo correcto.>>

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Entonces se escucha un sonido, de una rama quebrándose, pero no fue la pequeña, a quien se conoce como Caperucita Roja. Asustada, aunque intentando no mostrar temor ella pregunto ¿Quién anda ahí?

Un hombre sale de los arbustos.

- Hola, que tal pequeña. No te asustes, supongo que eres Francisca tu... - dice el hombre antes de ser interrumpido por un extraño sonido, proveniente de un lobo gris que estaba a su lado.

Caperucita, ya totalmente asustada, cae para atrás mientras grita.

- Tranquila, no te hará nada. Tu madre me dijo que eras más grande pero habrá mentido para que aceptara el trabajo. - divaga un poco el hombre.

- Alto. ¿Cuál es tu nombre y como es que conoces a mi mama? - pregunta Caperucita aun aterrorizada aunque un poco mas calmada.

- Mi nombre es Arthur, tu madre me ha pagado para asustarte, me dijo que te encontraría en este bosque y que llevarías puesta una caperuza blanca. Mi trabajo era espantarte con Teodoro, mi lobo- dice el hombre mientras señala al lobo. -  Pero eres más chica de lo que me ha contado y cuando te vi decidí que sería mejor que te ayudara, aquí hay criaturas terribles, capaces de matarte, pasear por aquí es algo que siquiera lo más valientes y fuertes hacen sin la compañía de un buen arma.

- No tengo problema en que me acompañes, lamento mucho que mi madre te haya metido en esto, normalmente solo conspira con mi abuela, que por cierto estoy aquí para verla- Hace una pausa, y continua, en susurro- Todo porque una vez llore con algo que no daba miedo y ahora me cree una débil, pero ya veremos quien ríe al último.

Arthur y Teodoro la acompañan, yendo por el camino corto para que no oscurezca, durante la caminata casi no hablan excepto por alguna que otra banalidad. Luego de una hora aproximadamente llegan a la simple cabaña de la abuela, y tocan la puerta.

 - ¿QUIÉN SE ATREVE A MOLESTARME? - grita, enfadada, la señora desde dentro.

- SOY FRANCISCA - responde también a gritos Caperucita.

- LA PUERTA ESTA ABIERTA.

Abre la puerta un tanto temerosa, la abuela está sentada en una silla cuidando su preciada arma.

Abre la puerta un tanto temerosa, la abuela está sentada en una silla cuidando su preciada arma

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