One-shot Beastars

Sueños rotos Parte 1(Miyagi x Leano)

El recuerdo de esa noche persiste en mi memoria. Una llamada de teléfono, una cita en un motel afuera de la ciudad. Lo de siempre, una fan queriendo acostarse con el gran célebre actor Miyagi.

Sólo que esta vez había un detalle diferente, en la voz de la chica había un deje desesperado como si no tuviera otra opción que acostarse con un famoso. Qué extraño.

La cita era a las 8:47 ni un minuto más ni uno menos. Aunque habíamos acordado a menos cuarto. 

Cuando vi a la chica, era preciosa. Lo que más destacaba de ella eran sus grandes ojos color avellana. No se la veía contenta. No era para nada la típica chica desesperada por tener el lío de la noche. 

La chica forzó una sonrisa y se acercó a mí. Me dio la mano y entramos en la habitación. Su piel era muy suave. Y lo demás es historia. 

Recuerdo sus ojos cada vez que me voy a dormir y como deseaba haber podido escuchar su voz, seguro que sería dulce. Sigo preguntándome porque me llamó en primer lugar si sería por una apuesta entre amigas o algo. 

También tengo una pregunta morbosa, tuvimos sexo pero, fue muy frío y distante todo consensuado, me pregunto si le gustó. 

No sé por qué me hago estas preguntas, pero es que me descolocó tanto esa chica, no me lo esperaba así. Ojalá poder volver a verla.

Lo que más me frustra es que no me dijo su nombre.

Intenté buscarla, pero nada como si hubiera desaparecido. En una de las reuniones que tuve con el Beastar, (hay que decir que me he vuelto un actor bastante influyente y el Beastar no es alguien muy de presentarse ante sociedad).

Así que esa cita fue bastante inesperada, pero me dije que había que aprovecharlo. Estábamos en su despacho en la parte más alta del edificio de la policía. El Beastar miraba melancólico la ciudad que tanto deseaba proteger. Su misma presencia intimidaba, como si estuvieras ante un Dios o algo del estilo.

-Ejem-carraspeé, el hombre me devolvió la mirada-Por casualidad, me podría hacer un pequeño favor, si no le importa. 

Bajé la mirada nervioso, no quería que pensara que estaba loco o algo.

Él soltó una carcajada rozando el sarcasmo-Claro, si no implica que tenga que matar a alguien o meter en la cárcel a alguien de tus fans.

Me quedé un poco en shock no sabía que tenía un humor tan ácido. Retomando mi petición:

-Verás, ya que tiene acceso a los registros civiles. ¿Podría buscar a una chica que creo que está desaparecida?-suspiré, qué escusa más barata.

Se me quedó mirando, una sonrisa ladina surgió de sus labios- ¿Una amante, no? No creo que sea muy legal, ya que violas su privacidad y cosas así, pero quien voy a ser yo para impedir el amor.

El Beastar me empezaba a cansar, ya sé que estoy saltándome 4 leyes. No obstante, odio que interprete que quiero aprovecharme de una chica inocente. Sólo quiero saber cómo está. ¿No estoy haciendo nada malo, no?

Sin pensar en las consecuencias, le di un puñetazo. Sí, al Beastar. Sigo sin saber que estaba pensando. Al contrario de lo que yo creía, el Beastar no me devolvió el golpe. Éste estaba muy sorprendido, pero no por las razones que yo pensaba.

De repente, se me quedó mirando más tiempo de lo normal. Negó con la cabeza mentalmente. Yo no sabía que hacer sólo se me ocurrió disculparme.

-Lo siento, Yafya. Me sentó muy mal que pensaras que iba a acosar a la chica o algo. Es alguien importante para mí y no sé que fue de ella.-el Beastar me cortó.

-No, no es eso. Me has recordado a otro lobo también como tú que pone sus seres queridos antes que el empleo. Aparte de claro está que fue el primero en llevarme la contraria. Como tú ahora mismo.-suspiró, se retiró un mechón de la cara.

-Ese lobo gris es alguien que se mete en riesgo por seguir sus ideales y luego te pide perdón. Espera un momento, ¿hace cuanto que nos ves a la chica esa?-me preguntó Yafya.

Estaba cada vez más intrigado, fui buscando plata y parece que encontré oro. 

-17 años exactamente-dije arrastrando las palabras.

El Beastar se quedó boquiabierto y salió corriendo.