𝕿𝖍𝖊 𝕯𝖊𝖛𝖎𝖑 𝕬𝖑𝖑 𝕿𝖍𝖊 𝕿𝖎𝖒𝖊 | 𝕬𝖗𝖛𝖎𝖓 𝕽𝖚𝖘𝖘𝖊𝖑𝖑

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—Odio historia, odio historia, odio historia...—Repetías mientras caminabas por el pasillo de la escuela.

—¡_________!

Volteaste a ver a una de tus compañeras de Matemáticas.

—¿Qué sucede?—Preguntaste deteniendo tu paso.

—¡Están molestando a Lenora y golpeando a tu hermano detrás de la escuela!—Respondió tomándote de tus hombros.

—No otra vez...—Murmuraste empezando a correr hacia la salida.

Rápidamente dejaste caer tu mochila al suelo para acercarte a aquellos chicos.

—¡Déjenlo en paz!—Gritaste corriendo hacia ellos para tratar de alejarlos del castaño.

—¡No te metas, _______!—Grito Tommy Matson tomándote de los brazos y estampándote en aquel autobús escolar—Agradece que eres mi tutora de química...—Susurro en tu oído a la vez que te tomaba del rostro con una de sus manos—¡Ya vámonos de aquí!

Los dos chicos que estaban golpeando a Arvin lo dejaron en paz, siguiendo los pasos del rubio hacia afuera de la escuela.

—Arvin...—Lo llamaste al verlo tirado en el piso—Deberíamos ir a la enfermería...—Dijiste mientras lo ayudabas a levantarse.

—Estoy bien, no es nada...—Respondió este con una mano en su frente—¿Ustedes están bien?

—Sí...—Respondió Lenora pasándote tu mochila y la gorra de Arvin—Lamento esto chicos.

—Vámonos ya...—Dijiste pasando las cuerdas de tu mochila pro encima de tus hombros.

—Traje el auto, está en la entrada...—Mencionó Arvin colocándose su gorra.

Los tres caminaban en silencio hasta llegar al auto. Te sentaste al frente junto al castaño, mientras por otro lado Lenora estaba detrás de tu asiento. Arvin encendió el motor para empezar a avanzar.

Todos bajaron al haber llegado a su destino.
Tanto tu cómo Arvin todos los días después de la escuela acompañaban a Lenora a "visitar" a su madre.

—Te sienta bien el color azul...—Dijiste mirando la gorra que le habías regalado—Sabía que la usarías.

—Me gusta mucho...—Respondió riendo.

—Rayos, Arvin... estás sangrando...—Dijiste mirando aquel líquido rojo caer por su nariz—Tengo un poco de papel por aquí—Buscabas por el bolsillo de tu chamarra—Aquí está...—Tomaste su rostro entre tus manos para empezar a limpiarlo.

—Gracias...—Susurró teniendo la mirada un poco hacia abajo.

—Fue un milagro que no fueras al hospital...—Dijo Lenora mirándolos aún estando hincada.

—Hay muchos inútiles desgraciados...—Respondió Arvin ya después de que terminaras.

—Dios, Arvin... dices eso desde el día que te conocí...—Dijo con una sonrisa la pelirroja.

—Más bien desde el día en que te conocimos...—Corregiste ahora tu sentándose cerca de ella.

Le hiciste una señal a Arvin para que también se sentara, este hizo caso sentándose a lado de ti.

—Es porque es verdad...—Respondió el castaño.

—Tal vez deberían rezar por ellos... no les haría mal...—Dijo Lenora mirándolos.