•Catorce.

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(🍒)

Jimin se levanto entre sabanas suaves y brazos cómodos, sus ojos veían con admiración y anhelo al azabache frente a él. Era tan hermoso como nadie, su rostro fuerte, marcado y varonil, su cuerpo formado y fuerte, lo quería tanto que podría llorarle todos los días.

Se le vino a la mente todas las veces que lo veía fuera del ojo público, donde lo perseguía como acosador entre las sombras, donde hacía dibujos y borradores de su cuerpo y rostro, entre la mitad del tiempo que estuvo en el internado se controló seriamente, su enamoramiento se estaba volviendo una obsesión y eso estaba más que mal, por eso decidió jamás hablarle.

Pero ahora que lo había conocido por accidente, estaba yendo todo mejor, sin presionar las cosas igualmente habían quedado juntos, estaba orgulloso de haber dejado que todo fluyera. Lo que era para él, iba a ser para él y punto.

Sus manos inquietas no se aguantaron y sus palmas se posaron sobre el pecho del azabache, acariciaron la piel desnuda de arriba hacía abajo, luego sus uñas subieron por el cuello y vio con detalle como la piel se erizaba ante su toque, sonrió feliz por tener esa habilidad.

Siguió su recorrido hacia su rostro, trazando líneas suaves por su afilada mandíbula, más sin embargo volvió a bajar por el mismo lugar, quitando la sabana llego a sus abdominales marcados, toco cada cuadrito sintiéndose de pronto excitado ante la vista y el tacto.

Beso el pecho y como estaba casi arriba de él, lo hizo por completo, ambos completamente desnudos, se subió ahocardas sintiendo el miembro erecto del azabache contra sus nalgas blandas. Hizo un movimiento circular para después penetrarse poco a poco.

Su cabeza se echo hacia atrás y su boca se abrió suspirando pesadamente, fue descendiendo completamente hasta penetrarse por completo, soltó un jadeo al sentirse tan lleno. Su azabache se removió debajo de él, entonces empezó a dar pequeños saltos y movimientos, auto follandose.

–Ahh.. Ah, ahh.– gemís sin pudor.

–¿Mm?– murmuró el azabache abriendo los ojos, adormilados, el sudor corría levemente por su sien.

–Ohhh, amor...

–¿Jimin? Oh dios, pensé q-que estaba soñando, ahh.– jadeo ronco arrugando las cejas por el placer de las paredes estrechas de su Jimin.

–Eres m-muy excitante, Jungkookie. – gimió saltando cada vez más rápido, sin embargo Jungkook se preocupo por su barriga y lo ayudo a sostenerse para que no se movieran tanto.

–Tu también me excitas, mucho nene.– gruño levantándose, ambos quedaron sentados entonces Jimin se elevó y se dejo caer con ayuda del azabache, ahí ambos haciendo algo más que el amor, algo más que el sexo, algo más allá de todo. Eran ellos dos teniendo una intimidad intensa.

–Mmng.

–Y-ya me vengo...– gimió Jimin saltando dos veces más para acabar entre sus barrigas, sus ojos se pusieron en blanco y los espasmos lo llevaron a gemir mucho más, haciendo que Jungkook se corriera dentro de él.

Cayeron sobre el colchón, uno arriba del otro, buscando más oxígeno mientras se besaban con amor y cariño.

–Te quiero mi amor.–. Le susurró sobre sus labios, Jimin sonrió dejando un suave beso sobre sus labios.

Padre adolescente➢Kookmin©Where stories live. Discover now