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¡Nota importante!

Tenía 15 años cuando comencé esta obra, les pido una disculpa de atemano jajaja

Sigan leyendo, más adelante se pone mejor la narrativa C:  
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Iba caminando lo más rápido que podía para llegar a la preparatoria "West Higs" y como es un pueblo pequeño mi casa no estaba tan lejos.

Sentí como el temor iba creciendo a medida que me acercaba más a la preparatoria. Me gustaba llegar temprano ya que usualmente la escuela estaba casi vacía a esa hora, sólo unos intendentes y algunos maestros eran los que me acompañaban a esa hora.

Mi corazón palpitaba cada vez más fuerte, no quería toparme con nadie y mucho menos con Max, un salvaje de lo peor, su pasatiempo favorito es participar en peleas callejeras y sobre todo...molestarme.

El muy imbécil siempre me molesta, me hace daño, aunque la verdad es que ya me acostumbré, pero aun así es doloroso, siempre anda por ahí gritándome "marica", "aniñado" y cosas así, y en realidad mi apariencia física no ayuda en mucho, soy un poco alto 1.67 para ser exactos, mi piel es de un tono blanco, mi cabello es rubio y mis ojos son azules brillantes, a todos lados a donde voy la gente me mira como "bicho raro" mi madre dice es por mi belleza pero que va...

Caminé tan rápido que ni yo mismo me di cuenta cuando ya estaba en el portón de entrada al colegio, entré con un poco de miedo, pude observar como un pequeño grupito de amigas se giraban para verme lenta y detalladamente, a eso igual ya me había acostumbrado.

– ¡Hey! marica –salté un poco al escuchar la voz de Max a lo lejos y al parecer no fui al único que tomó por sorpresa ya que aquellas chicas se agarraban el corazón como si este fuera a salirse de sus pequeños cuerpos.

Caminé lo más rápido que pude, tratando de evitar a Max y la mirada de las personas que ya estaban en la escuela.

– ¡Hey! marica, ¿Acaso no escuchas que te estoy hablando? –me sobresalté aún más cuando la mano de Max agarró mi hombro y me volteo bruscamente.

Quede frente a su pecho ya que él media como mínimo 1.90 o quizá más.

–¿Ahora qué quieres Max?, si vas a golpearme solo hazlo y ya –traté que mi voz sonara lo más normal que podía pero que va, tenía a la bestia del "West Higs" enfrente de mí y en estos casos siempre me empezaban a sudar hasta las manos.

Nos quedamos un momento así, yo viendo su cabello negro azabache todo desordenado y mojado y él viéndome...cómo si no entendiera mi comportamiento.

–No pienso pegarte mariquita, aún no –mi corazón empezó a latir de una manera descontrolada.

–Entonces... ¿Qué-e es lo que-e qui-ere-s? –mi jodida voz se empezó a entrecortar y sentía el miedo recorrer mi espina dorsal.

–Verás... –se acercó más a mí, me volteó y puso su brazo sobre mis hombros. –Por si no te has dado cuenta, y dudo que no lo hayas notado, tenemos una clase juntos. –Empezamos a caminar. –Y no hice la tarea así que quiero que la hagas por mí... –¡eso...si...que no! Lo mire confundido. –Y tampoco te estoy preguntando si lo quieres hacer o no –agravó su voz haciendo que se me erizara la piel.

–No quiero –mi voz sonó grave a tal grado que yo mismo me sorprendí, Max me volteó nuevamente para que estuviera frente a él, cerré los ojos fuertemente sólo para no ver el momento en que él me golpeara, pero el golpe no llegó.

Lo mire confundido y él en ese momento agarró uno de mis brazos con fuerza, con mucha fuerza a decir verdad ya que me empezó a doler. Comenzó a caminar dando grandes pasos, los mismos que casi no podía alcanzar, prácticamente me llevaba arrastrando.

Llegamos a un callejón oscuro y pensé dos cosas: 1. A quién se le ocurrió tener un callejón oscuro en una escuela y 2. ¡Por qué mierda me trajo acá!

Él cerró algo que parecía una puerta, se puso delante de mí, el lugar era tan pequeño que pude sentir su respiración en mi cabeza.

–¿Qué ahora me vas a violar? –mierda...dije eso en voz alta. Él soltó una carcajada que me heló la piel

–No tendrás el gusto de conocer a mi "amiguito" así que ni te emociones –¿emocionarme? Joder para mí fue un alivio, de pronto sentí como algo rozaba mi entrepierna –O... ¿Quieres que lo haga?... marica –se acercó a mi oído, tomó una de mis manos y al parecer la acercó a su miembro, quise oponerme, pero él tomo mi mano libre con su mano igual libre y la puso sobre mi cabeza.

El miedo comenzó a crecer aún más en mí, era la primera vez que estaba tan cerca de una persona, además de que justamente esa persona era Max.

–Ahg! Ahhh! Ahh! –gimió en mi oído causándome cosquillas y una descarga eléctrica que subió por toda mi columna vertebral –Así gemirías si yo te hiciera mío... –dijo arrastrando las palabras...de una manera sensual, mientras él mismo acariciaba su miembro, pero con mi mano y eso empezaba a ponerse duro.

–Max... Max, ¿Por-que-e m-e ha-as traído aquí? –tartamudee, y mientras su miembro empezaba a ponerse cada vez más duro y caliente, él empezaba a acelerar mi mano cada vez más.

–Isaac...pedazo de mierda andante...si no haces mi tarea me veré obligado a seguir con esto y no me detendré –susurró. –Aunque seas hombre voy a follarte...

–Es-esta bie-en, pero ne-necesito luz –él soltó la mano que tenía sobre mi cabeza y prendió la luz.

–¿Te gusta lo que vez marica? –bajé la mirada porque la luz me cegó y realmente me arrepentí, él alejó mi mano de su miembro quedando gravemente resaltado en sus pantalones negros, me aleje de él rápidamente observando que no era un callejón si no el cuarto del conserje, y me dio algo de repugnancia.

–Dame la libreta rápido –no lo mire a la cara, me soltó de golpe su cuaderno y una pluma, busque la última actividad de ciencias, que es la clase que compartimos juntos, y sin necesidad de sacar mis apuntes lo resolví todo muy rápido, en realidad quería salir de ahí lo más pronto posible, terminé, cerré el cuaderno y con toda la fuerza de mi cuerpo se lo estampe en el pecho –Listo Max tu tarea está terminada. –alcé mi cara, tratando de fulminarlo con la mirada, pero él solo sonrió.

–Gracias marica, será una lástima no haberte follado

–Eres un maldito idiota Max –lo empujé, abrí la puerta y salí corriendo lo más rápido que pude, no había nadie afuera, agarré mi mochila, saqué mi celular y vi la hora 7:10...mierda, corrí lo más rápido que pude para llegar a mi edificio y subí las escaleras, mi primera clase era matemáticas, toqué la puerta y un profesor la abrió, me vio de arriba abajo y me preguntó

–¿Eres de esta clase?

–¡Sí! Perdón por llegar tarde, tuve un contratiempo... –al parecer es un profesor nuevo, jamás lo había visto antes.

–No te preocupes, adelante...pasa –se hizo a un lado para que yo pasara y rápidamente me dirigí a mi asiento, me deje caer y saqué mi cuaderno e intente prestar atención, pero por más que quise no pude.

Ahora Max no salía de mi cabeza.

Me enamore de una bestia.Where stories live. Discover now