33. Self Confidence.

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Pov. Olivia.

Miré en mi clóset una y otra vez qué usar. Es poca la ropa que tengo y mucha la ropa que no quiero usar. Mi tío había empacado vestidos, lencería, hasta zapatos que me hacen sentir incómoda y vulgar. Pero no tenía de otra, así que elegí un vestido dorado lleno de brillantina de principio a fin. Tenía mangas largas, un escote en V que me llegaba por debado del pecho, tenía hombreras un poco grandes de una manera no muy exagerada; era ajustado a mi cuerpo, lo que hacía resaltar mi figura, y era largo por los muslos. Decidí usar un par de botas altas por encima de la rodilla color negro, de tela suave, ya que el cuero irrita mi piel; de esta forma podía ocultar un poco de la piel que estaba al aire. Llevaba una pequeña cartera negra brillante que tenía escrita la palabra Dior al frente que me colgué al hombro.

Además, agregué a mi outfit un par de aretes dorados, tan largos como mi cuello. Me amarró el cabello en un moño de dona, y me maquilló con tonos oscuros: sombras negras que rodeaban mi ojo dándome una apariencia felina, al estilo smokey eye, con un poco de gliter negro en el medio del párpado, un poco de iluminador dorado en los pómulos y un rubor muy sutil color rosa en las mejillas para no sobrecargar el rostro. Finalmente un labial matte de tonalidad suave para centrar la atención en los ojos y no en los labios. Lo había visto en un tutorial de YouTube, ya que no suelo usar este tipo de maquillaje.

Salí del walking closet donde tenía un tocador con mis cosas personales y mi maquillaje además de mi ropa y zapatos. Me dirigí al espejo de pie color blanco. Me detuve frente a éste y me miré detenidamente, de pies a cabeza. La persona que estaba allí, en ese reflejo no era yo, era otra. No sabía si era una mejor o peor versión de mí misma. Lo único que sabía era diferente. Miré mi cabello, noe gustó el peina que llevaba, el maquillaje, lo veía horrible en mí. El atuendo que usaba, se me pegaba al cuerpo como si fuera una salchicha envuelta en tocino. En ese momento pensé en lo que diría mi tío si me viera vestida de esa forma.

"Solo las putas se visten así, ¿eres una puta?"

"Eres una mujer casada, ese tipo de ropas sólo debería de verla tu esposo."

"Enseñas mucha piel, ¿qué quieres? ¿Que todos piensen que eres una indecente que le falta el respeto a su marido? ¡Tápate más!"

"A los hombres les gusta seas provocativa, pero no con otros hombres."

"¿Eres una mujer casada o una zorra?"

"¿Qué diría tu padre si te viera así vestida?"

Esta última, me pegó fuerte en el corazón e inevitablemente comencé a llorar. Mis piernas flaquearon y caí al piso hecha un mar de lágrimas. Imaginé el rostro de mi padre con expresión de desaprobación. Era lo que menos quería, decepcionarlo.

"Pero si no lo escogí yo, fuiste tú" -pensé, como si le respondiera a mi tío sus reproches.

En ese momento puse sentir el ardor de sus golpea en mis mejillas, a pesar de que él no etaba aquí. La frialdad de su mirada. Pude oír aus gritos reclamando respeto.

"No me respondas, soy tu tío y merezco respeto. ¿Quién te crió todos estos años?" -pensé que diría.

"Tú" -y yo le respomdería.

"¿Quién te dio la mejor educación que recibiste?"

"Tú."

"¿Quién se lo dio todo a la princesa?" -lo diría con un todo sarcástico.

"Tú."

"Exacto, yo. Yo te lo he dado todo, y así me pagas. Con desprecio, irrespeto. Yo que me he desvivido por ti, hasta te apoyé en tu carrera de artista. Has estado viviendo una vida de lujo que cualquiera desearía tener a pesar de los escasos recursos que hemos tenido. Yo me he ocupado de administrar la mejor manera posible tu patrimonio. El patrimonio que te dejaron tus padres al morir. Si te vieran estarían decepcionados de ti."

Amor por Contrato [EN PAUSA]Onde histórias criam vida. Descubra agora