26. La propuesta.

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Pov. Olivia.

Desperté en la madrugada y miré a mi lado. Damian estaba allí, dormido. Todavía no puedo creer que me atreviera a tener relaciones sexuales con él. No pensé que llegaría a pasar jamás en la vida. Digo, este era el plan de mi tío mas no el mío. Una vez que se fue hace mucho tiempo ya, me dije a mí misma que no lo haría. No lo haría con él. Era mi primera vez y no quería que fuera un desperdicio, no quería arrepentirme en el futuro.

Sin embargo, algo cambió dentro de mí y me hizo dar cuenta que no podía desperdiciar mi vida con rencores; así que lo perdoné, o mejor dicho mi corazón lo perdonó. Aún no sé cómo pasó ni en qué momento, pero me enamoré perdidamente de Damian. Mi primera vez. Las vueltas que da vida. Los cuentos te dicen que te enamoras, te casas y vives feliz para siempre. Pero no necesariamente en ese orden. No me enamoré ni viví feliz para siempre. Me casé, odié, perdoné, me enamoré y todavía trato de saber si viviré feliz por siempre. En la vida no todo tiene un orden. La vida es inexacta, inesperada, impredecible.

Me levanté de la cama, me dirigí al baño, tomé mi bata de dormir y me la puse encima. Me miré al espejo. Allí estaba. Mi reflejo. Era yo, pero no me sentía como yo. Recordé cada caricia, su piel contra la mía, sus besos recorriendo cada rincón de mi cuerpo. Mi primera vez fue con Damian Anderson, mi marido, poco más de seis meses después. ¿Cómo llegamos a esto? Por culpa de mis impulsos. Lo deseaba con mucha urgencia. Soñar con sus caricias, imaginar que yo era una de esas mujeres que él traía a casa cada noche era una tortura. Pero no me arrepiento. A veces pienso si él hizo con ellas lo mismo que hizo conmigo. Él dice que soy diferente a ellas, pero después de hoy, ¿qué tan cierto es eso? ¿No soy igual de promiscua? Toda mi vida cuidando mi virginidad y ahora que la perdí, ¿qué hago? Mi tío decía que era valiosa por eso, ¿pero eso quiere decir que ya no lo soy?

Estoy muy confundida y por alguna extraña razón quiero llorar. Sollocé un poco, me tapé la voca con las manos y traté de no hacer ruido mientras dejaba caer algunas lágrimas por mis mejillas. Me lavé la cara con un poco de agua, respiré hondo y me miré nuevamente en el espejo. ¿Por qué esta felicidad se siente tan llena de culpa?

Al regresar a la habitación, lo encontré allí, de pie, con sus boxers puestos, mirando por la ventana. Me acerqué a él lentamente, rodeé mis brazos en su cintura y mis pechos chocaron contra su espalda. Él tomó mis manos y yo besé su piel. Nos abrazamos un momento hasta que él se dio la vuelta. Me miró a los ojos un par de segundos y sin decir nada acunó mi rostro entre sus manos y me dio un intenso y cálido beso en los labios.

- Nunca había sido tan feliz en toda mi vida desde que mis padres murieron. A excepción de cuando pintaba -dije finalmente.

- Bien, porque mi intención es hacerte feliz todos los días de tu vida.

Borré la sonrisa en mi rostro y bajé la mirada al suelo.

- ¿Qué? ¿No me crees?

- No es eso. Es solo que, pienso en el futuro. Nuestro contrato.

Silencio.

- Al carajo el contrato. Tú y yo estamos unidos por algo más que un simple papel, Olivia. Viajaremos por todo el mundo y lo haremos nuestro. Tengo grandes planes para el futuro y tú estás en todos ellos.

- Sí, pero, no puedo evitar pensar en qué pasará con nosotros después. Firmaré los papeles de compra-venta de la empresa de mi padre, y ya no seré tu esposa, y todo terminará.

- Eso no es verdad.

En ese momento, miramos por la venta y una estrella fugaz pasó rápidamente frente a nosotros. Fue casi mágico. Ambos cerramos nuestros ojos y al abrirlos Damian dijo:

Amor por Contrato [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora