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-n/a: hola, no soy lectora del manga, no hagan spoilers en los comentarios. Esto tendrá una trama muy suelta, si es que tiene alguna.

Ésta historia tiene una lectora mujer. Incluye leve juego de cuchillo, degradación, azotes con cinturón, sexo oral, fingering, leve voyeurismo. LEER BAJO SU PROPIO RIESGO.

Éste capitulo va a ser una introducción para hablar un poco sobre la historia de fondo. Si quieres, puedes saltar al siguiente capitulo, donde lo picante empieza.

Trad: Ésta historia es original de @lolina-chan, cuento con su consentimiento para hacer ésta traducción posible, ¡No se olviden seguir su perfil para demostrar apoyo!

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Porco era un frecuente visitante en la taberna donde trabajabas. Por lo general era un tipo de persona sensata, ya que los años en el ejercito le habían pasado factura. Siempre era firme, tomaba su trabajo con seriedad. A pesar de que todos los hombres tenían un debilidad, y él tenía dos. El alcohol y tu. Pasaba por ahí cada vez que podía y siempre te hablaba, incluso si había chicas en el bar obviamente suspirando por él. No te tomó mucho tiempo entender lo que sentía por ti.

Era una de esas noches en las que decidió pasar después del trabajo, y su rostro estaba contorsionado por el estrés. Se acomodó en uno de los taburetes al otro lado de la barra. "Parece ser una de las noches de tequila," Dijiste con una sonrisa adornando tus labios. Sus ojos se levantaron para encontrar los tuyos y asintió, agitando su mano hacia ti. "Si, como sea. Sólo quiero que me maten ésta noche."

Tarareaste en respuesta, escaneando las innumerables botellas detrás de ti. Porco había estado viniendo más recientemente, específicamente el mes pasado. Con el Titan Blindado y Bestia siendo transferidos pronto y la guerra en curso que Marley parecía no poder detener, suponías que probablemente era por le estrés.

En los estantes, había un lugar en específico donde estaban los tequila. Tomaste una botella del cuello junto con un vaso, echando un podo de hielo en éste, causando un tintineante ruido, abriendo la botella conectada al borde del vaso mientras el liquido lo llenaba. Decidiste mezclarlo un poco esa noche, así que le añadiste jugo de naranja antes de entregárselo. Él se preparó mentalmente antes de tomarse la bebida en pocos sorbos.

Porco se frotó la palma de su mano contra sus ojos, como si estuviera sacando el estrés y la fatiga de ellos. "No creerás lo que Magath nos dijo hoy-" Comenzó, pero fue interrumpido cuando un hombre alto se sentó a su lado.

"Buenas noches," Dijo el hombre, girando su cabeza hacia ti. "¡Buenas noches!" Respondiste, con una sonrisa decorando tus facciones. Porco se detuvo en medio de su oración en cuanto vio que alguien tomó asiento a su lado, dándose cuenta que podría meterse en graves problemas si llegaban a escuchar lo que te estaba por decir. Gruñó impaciente y rodó los ojos. "Te contaré eso luego, (t/n)."

Volteaste la mirada hacia él, tu sonrisa aún presente en tu rostro. "Está bien, Porco," Tus ojos fueron sobre el nuevo hombre sentado frente a ti. Tenía una pequeña barba recortada, y cabello corto. Un rapado parecía asomarse debajo de las capas rubias. Su rostro estaba mayormente cubierto por un sombrero fedora, y vestía un traje suelto.

Considerándolo todo, él era bastante atractivo. Cuando entró, lograste notar que era muy, muy alto. 

"¿Qué puedo ofrecerle, señor?" Dijiste, inclinándote un poco sobre la barra hacia tu nuevo cliente. Porco pareció notar esa acción, frunciendo el ceño molesto.

El desconocido levantó la cabeza, revelando suaves facciones marcadas y los ojos más oscuros que nunca antes habías visto. Su rostro parecía no tener ninguna arruga a la vista, dándole una mirada juvenil. Sus ojos sin embargo, esos oscuros ojos. Estaban medio tapados, como si sólo estuvieran a medio camino, pero la nitidez que tenían... Dios. Tus rodillas casi te dejaban en el suelo.

"En realidad," el hombre habló. Su voz era baja, pero de una manera femenina. Tenía un tono sensual. Muchos pensamientos sucios comenzaron a aparecer en tu cabeza, pero de inmediato los hiciste desaparecer. "No estoy aquí para beber. Te vi por la ventana y no pude controlarlo. ¿Estás libre después del trabajo?"

Levantaste las cejas, sintiendo el sonrojo subiendo por tu cuello hasta tus mejillas y orejas. "¿Q-qué?" Tartamudeaste, tratando de formar palabras coherentes.

Porco se burló. "Vamos, no debes hablarle así a una dama. Es descortés."

Los ojos del hombre fueron hacia el Guerrero sentado a su lado. "Dudo que otra persona te haya tocado el pene, y mucho menos una mujer," Respondió rápidamente. Él parecía aburrirse con la conversación, mientras se inclinaba hacia la palma de su mano.

Miraste a Porco, cuyo rango estaba escrito por todo su rostro. "¿Cómo te atreves a hablarme a mi de esa manera? ¿Acaso sabes quién soy?"

El hombre rubio bufó, moviendo el brazalete rojo en el brazo de Porco. "Porco Galliard, uno de los Guerreros, estoy consiente."

Porco gruñó, y fue dirección a tomar al hombre por el cuello, pero mientras se movía, el muchacho tiró furtivamente el vaso de Porco al suelo, rompiéndolo. "Deberías ser más cuidadoso," Dijo, echándole la culpa. La expresión del contrario se volvió sorprendida, antes de mirarte a ti. "Lo siento mucho, (t/n), lo juro, no era mi intensión hacer éste desastre." Él realmente creyó que había sido su culpa. En serio cayó. Ese estúpido bastardo incrédulo. 

Te congelaste en tu lugar por un momento, tus ojos fueron hacia el hombre rubio, quien ya estaba con la mirada encima tuyo. Te dio una sonrisa y se llevó discretamente un dedo a sus labios. Un calor viajó profundamente en la boca de tu estómago mientras tragaba.

"Hey, señorita, ¿podrías venir a limpiar el desastre de éste tonto?" El alto hombre rubio dijo finalmente, dejando caer su dedo que estaba en su boca mientras Porco se dirigía cerca tuyo. Asentiste furiosamente, "¡Oh, si! Por supuesto."

Caminaste hacia el otro lado de la barra con una escoba en manos. Con sumo cuidado, te agachaste en el suelo y te inclinaste, acumulando los trozos de vidrio en una pila. "Mierda, lo siento, (t/n)," dijo Porco, su voz era ahogada como si tuviera una mano sobre su boca. "Oh, ¡no es para tanto! Es un bar, cosas así pasan todo... el..." El otro hombre se inclinó en el suelo y comenzó a ayudarte. Tragaste saliva. "¡Todo el tiempo!" Terminaste abruptamente. Una de sus manos estaba en tu espalda y bajaba por tu camisa. Su mano era gigante. Abarcaba casi toda tu espalda baja. Volviste a tragar saliva, el calor en la parte inferior de tu estómago se volvía más cálido a medida que tu interior se sentía como si se estuviera retorciendo.

Habían pisadas detrás de ti, y sonaban como si Porco estuviera yéndose, luego caminó de un lado a otro como si estuviera paseándose. Sentiste un respiro caliente en el lóbulo de tu oreja, causando que te sobresaltaras, seguido de un pellizco en tu trasero, y antes de que pudieras gritar, una mano estaba en tu boca.

Levantaste la mirada hacia el hombre con la fedora, congelándote. Conocías esa mirada perfectamente, como la que los viejos hombres en el bar te daban de la misma manera al estar borrachos y calientes. Era el rostro que hacían cuando te desvestían con sus ojos, mirada atenta y enfocada, pero brumoso y distante como si la lujuria estuviera oscureciendo físicamente su visión. Parpadeaste unas cuantas veces, antes de que se inclinara, alejando su mano. Sus dedos gentilmente tiraron de tu labio inferior. Cerraste tus ojos, preparada para que sus labios se encontraran, sintiendo una descarga de adrenalina a través de todo tu cuerpo. Por favor no dejes que Porco vea, por favor no dejes que Porco vea, tu mente cantaba como una mantra. Aunque, una parte de ti quería que él viera. Querías verlo pelear por ti, ponerse celoso y enfurecerse.

Desafortunadamente, los labios del hombre rubio nunca llegaron, en cambio estaban rozando el borde de tu oreja, respirando aire caliente en ésta otra vez. "Encuéntrame en el callejón de atrás después de tu turno".

The Interrogation (Español)Where stories live. Discover now