Nostalgia.
Una palabra tan simple que es capaz de transmitir tanto.
Nostalgia es lo que siento al recordar mi niñez.
A menudo no nos detenemos en esos pensamientos. No nos permitimos divagar en ellos. No encontramos el tiempo suficiente para hacerlo. No nos apetece tener que pasar por un mal trago recordando momentos felices de hace años que ya no volverán de igual forma.
Sin embargo, mi mente hoy me ha jugado una mala pasada y no he podido evitarlo.
No he podido evitar recordar la felicidad de cuando era niña. La felicidad de jugar a mi bola. La ansiedad que me daba por querer llegar a casa y tirarme todo el día con mis muñecas o mi caja registradora.
Aún puedo sentir esa sensación si rebusco dentro de mí. Si me transporto a aquella época, a esa "niña pequeña".
Me siento afortunada de haber vivido todo eso. De haber explotado mi imaginación y curiosidad. De haber fantaseado con tantas cosas y tantos sueños. De haber disfrutado realmente de lo que eran los juegos de verdad.
Hoy en día es diferente. Y es una pena. La tablet es lo único que logra entretener a los niños y un simple llanto es la alarma de los padres para suplirles tal capricho.
¿Dónde quedaron esas tardes en el parque? ¿Esos días vendiendo pulseras con tus amigos en el recreo del colegio? ¿Esas mañanas de bici hasta que no podías más?
Si algo tengo claro es que a mis hijos quiero inculcarles los valores con los que crecí. De saber disfrutar jugando yo sola. De crear. Imaginar. Y simular todo tipo de situaciones posibles, aprendiendo, experimentando y sobre todo disfrutando. Así es como realmente se pasa una buena niñez.
Valorando los pequeños placeres. Todo a su tiempo. Todo a su ritmo. Y sin perder nunca la ilusión con la que nacimos.
YOU ARE READING
Amor y otras cosas sin sentido
Romance¿Cómo reconocer a tu otra mitad? ¿Qué es el amor y el desamor? ¿Por qué hay dolor en el amor? ¿Hay errores imperdonables? ¿Se merece una segunda oportunidad? Muchas preguntas sobre el amor que alguna vez nos hemos planteado y nunca encontramos respu...
