¿Qué es el desamor?

16 1 0
                                    

El desamor es casi tan complejo como el propio amor.

Sólo lo entienden de verdad aquellos que lo han sufrido. Aquellos que han notado cómo se les rajaba el pecho ante una ruptura o, en otros casos, cómo poco a poco esa intensidad e ilusión que sentían por alguien iba desvaneciéndose con el paso del tiempo.

...

Hay diferentes tipos de desamor, a cuál más doloroso.

Detengámonos ahora en el segundo caso. El desenamoramiento. Puede ser que lo hayas sufrido o quizás no. Dicen que mientras tú no seas la persona a la que dejan, no importa, no duele. Y eso es totalmente erróneo. Y mucho. Y más cuando la persona que tienes al lado da todo por ti y sí te corresponde.

Creo que ese es el peor de los casos. El sentimiento de culpabilidad es inmenso. Y aunque no sea tu culpa no sentir lo que deberías sentir, no puedes evitar machacarte, e incluso, a veces, obligarte a continuar con algo que sabes que no es para ti.

Cuesta muchísimo llegar a saber que ya no estás enamorado.

Al principio, comienzan siendo pequeñas rachas en las que, quizás, se buscan excusas para justificar la falta de ilusión de días concretos o momentos puntuales con esa persona. Tu mente siempre intenta fijarse en las cosas buenas de tu pareja y lo mucho que te aporta. Y no es que sea algo malo, sino que simplemente, si estuvieras enamorado, no tendrías que estar recordándote esas cosas constantemente por tal de sentir más.
Básicamente es agarrarse a algo que finalmente no te llena. Auto convencer a tu mente y, más aún, a tu corazón. Y lo que podemos afirmar es que a la mente, quizás, puedas engañarla, pero el corazón es sólo eso. Corazón. Y no hay nadie ni nada que le haga cambiar lo que siente.

Cuando no se está enamorado, los fallos de la otra persona se magnifican. Hasta los detalles más estúpidos. Ya no hay tanta paciencia y esos defectos empiezan a ser verdaderos obstáculos. Si quieres a una persona la quieres tal cual es y todos esos defectos te resultan insignificantes. De hecho, pueden llegar a gustarte, ya que es lo que hacen especial a esa persona.

Cuando sabes que es tu persona, lo es. Sea como sea. Sin importar lo demás.

Cuando no se está enamorado el futuro con esa persona se vuelve algo incierto. Los planes con antelación son agobiantes y el compromiso es algo que empieza a asustarte. Y es que en ese punto ya está todo perdido. Cuando ya no quieres organizar nada con esa persona. Ni una simple cena un fin de semana. Cuando ya no quedan esas ganas de salir con tu pareja. De dar los buenos días o las buenas noches. De desearle que tenga un buen día en el trabajo. De dar un beso o dedicar una sonrisa. Cuando sientes que tienes que forzar la máquina... está todo dicho.

Sin embargo, aunque en el fondo más interno de tu ser sepas que esa persona no es para ti... cuesta mucho dar el paso. Dejarlo. Hay personas que buscan la más mínima pega a su pareja con el fin de discutir o hacerle reproches. De esta forma, justifican sus propios sentimientos. Y no es digamos nada justo. Aunque, en ocasiones, ayuda.

Hay parejas que viven juntas y no están enamoradas. Y aunque son conscientes de ello, no dejan esa relación por diferentes razones. Puede que sea por la comodidad o costumbre. Por no salir de su zona de comfort. Por temas económicos o familiares. Por puro egoísmo. O por miedo.

En cambio, cuando no tienes nada que te ate a tu pareja, ¿por qué sigues ahí cuando ya no le quieres? ¿Por compasión? ¿Pena? ¿Cariño y afecto? ¿O miedo?

El miedo es algo que se repite en ambos casos. Y es que suele ser la razón más común. Miedo a la soledad. A lo desconocido. Miedo al arrepentimiento. A no poder volver a tener a alguien al lado que te quiera. Sin embargo, ese miedo es egoísta. Cuando te basas en ese miedo solo estás pensando en ti. No has reparado ni siquiera en que la otra persona también se merece el mismo amor que te da a ti. También se merece ser correspondida. Y también se merece sinceridad y una nueva oportunidad con alguien más.

Y es por eso que decidí dejarle. Aún con mis dudas. No se merecía un amor a medias. Nadie se lo merece.

Amor y otras cosas sin sentidoWhere stories live. Discover now