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Capítulo dedicado a mi padre, amante del box y quien me ayudo a escribir este capítulo.

Y también a ustedes mis lectores.


Paige:

Estoy orgullosa de mi apellido.

A pesar que desde pequeña siempre me miraran a toda parte que fuera solo por cargar el apellido "Tucker" o "Spears" conmigo y aunque las personas se acercaran a mis por razones ocultas, incluso más allá de eso, estoy feliz de llevar a ambos conmigo.

Es quien soy, es parte de mí, pero esta noche sobre ese ring iba a demostrarle quien iba a hacer a partir de ahora.

No la hija del mejor boxeador, ni la mejor bailarina de ballet.

Solo Paige, la dinamita roja.

—Dios mío...—Pronuncio al ver a través del espejo en mi camerino y donde se refleja a Max usando una camiseta con los colores del gimnasio.

Dannae termina de trenzar mi cabello y yo me vuelvo hacia él, me pongo de pie y subo ambas manos a mi boca, mientras veo como Dex también usa la misma camiseta.

—¿Q-ué...?

—Fue idea de Max.—Añade Dex, lanzándole una camiseta a Dannae.

—"Dinamita Roja".—Pronuncia Dannae detrás de mí. Me giro hacia ella, Dannae extiende la camiseta mostrándome el loco detrás, con las letras "Dinamita Roja" de color blanco, en medio de ese fondo negro y rojo.

Con una sonrisa me acerco a mi novio y subo las manos por su cuello, lo beso y él sonríe.

—Basta, tortolos.—Escucho decir a Dannae. —Dex.

Me aparto de Max y Dex se me adelanta. Se para frente a mí y me sujeta ambas manos.

—Déjame ver eso.—Empieza ajustando el vendaje rojo sobre mis puños, Dex aprieta la mandíbula. —¿Recuerdas todo lo que te enseñe?

Asiento con la cabeza.

—Habrán dos boxeadoras en el ring.—Le hace una señal a Dannae, quien le entrega mis guantes.—Y tienes que tener claro que ella lo dará todo como tú.

Ajusta los guantes y sube la mirada a mi rostro.

—Si ella te golpea, devuélvele el golpe el tres veces más.—Continua con el siguiente guante y me mira directo a los ojos.—Si caes, te levantas. Si tu cuerpo no reacciona, le gritas a tu mente que lo haga.

Asiento con la cabeza.

—No te oigo.—Me dice con ambas cejas juntas.

—Lo hare.—Le aseguro.

Dex sonríe.

—No te había visto así de animado antes.

—Mi boxeadora está en una final.—Me dice orgulloso.—Déjame disfrutar esto.

Ambos reímos.

Escuchamos la música por los parlantes, la sonrisa se me borra y Todd aparece agitado por la puerta.

—QUEEN ya va a subir al cuadrilátero. Después de su presentación, va la tuya.—Me indica. Y siento como Dannae me coloca la bata de boxeo por detrás.

Meto las manos dentro y me coloco la capucha. Mis respiraciones crecen y comparto una mirada con Max antes de salir del camerino.




(***)

No cuelgues los guantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora