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—Hey, estúpido alfa, ¿me acompañas a buscar al mocoso después de clases?

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—Hey, estúpido alfa, ¿me acompañas a buscar al mocoso después de clases?

YoonGi lo miraba de brazos cruzados, a su lado, el otro omega mantenía la vista fija en el móvil y tecleaba algo de vez en cuando.

—Claro, hyung. ¿Y Nam?

—Me dejó por ese otro de aroma asqueroso.

—SeokJin huele bien, hyung —lo defendió el moreno, rompiendo su silencio—. Es solo que te cae mal.

—Es lo mismo, traidor.

NamJoon solo sonrió, armado de una paciencia infinita era poco lo que lo sacaba de quicio.

Esperaron a que terminara la hora para salir de aula, la pareja se despidió de él y fue a las salas de arte. JungKook les sonrió desde los primeros puestos al verlos llegar, sacando la croquera de la mochila junto al estuche, mientras Yoongi y HoSeok se sentaban al final evitando molestar a los demás.

La profesora entró poco después, sacando la escultura de un felino del bolso en su costado, colocándola sobre una mesa alta para que pudieran observarla sin problemas.

—Quiero que esta vez se concentren únicamente en las sombras —formuló hablando en un tono fuerte y claro—. Ignoren los colores y solo usen lápiz negro. Difuminen bien, denle expresión a los ojos, suavidad al pelaje y vida a su dibujo. Utilicen apropiadamente los matices. Y ahora, a trabajar.

La sala se inundó casi de un silencio absoluto, solo se oía el raspar de los lápices y la suave melodía puesta por la maestra para ayudar a sus alumnos.

YoonGi se dedicó a dormir reposando la cabeza en el hombro del alfa, mientras este observaba los dibujos con asombro, sobretodo el de JungKook, que adquiría un realismo mayor con cada detalle.
Solo dejó de prestarle atención cuando una persona ingresó por la puerta, creando un alboroto desconcentrando a todos y despertando a YoonGi.

—¿Quién demonios...? —comenzó a gruñir el mayor.

Observó con molestia al castaño que había entrado al aula. Tenía algunos mechones pegados a la frente por el sudor y su ropa estaba desordenada, con la camisa afuera y la corbata suelta.

—¡...Ya estoy aquí! Lamento la tardanza, profesora Xi.

—Es la cuarta vez en el mes, joven Kim. No le perdonaré una quinta. Vaya a sentarse.

Obedeció caminando con la cabeza gacha hasta dos puestos a la derecha de JungKook.

A YoonGi no le pasó desapercibida la mirada que le dirigió su hermano al chico, teniendo en cuenta que desde pequeño prefería ignorarlos y seguir con lo suyo, le pareció sumamente extraño que no le quitará los ojos de encima por varios minutos. Demasiado extraño. Por otra parte, el tal 'joven Kim' también se tomó la molestia de mirarlo, cuando se concentró nuevamente en su dibujo.

Destino o Casualidad - jhs & mygWhere stories live. Discover now