[...] Basado: Boys over flowers/Los chicos son mejores que las flores.
Hee Sook, nacida en el seno de las reconocidas y millonarias familias Lee y Bak, fundadores de los restaurantes Lee considerados los mejores de Corea, y las empresas Bak, asocia...
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— ¿Quieres un poco, Hee Sook?—. Jan Di estiró la cuchara con arroz hacia la boca de la castaña, con sorpresa Lee recibió el bocado comenzando a masticar, agradeciendo poco después.
A Lee le gustaba compartir el almuerzo con la chica Geum, aunque, este también era compartido con Oh Min Ji, aquella chica que sonreía forzosamente cuando Hee Sook se acercaba a ellas. Al menos, era más llevadero lo solitaria que se sentía debido a que los tres F4 estaban más ocupados con las evaluaciones de su grado.
— El sábado a las cuatro, frente a la Torre Namsan—. Jun Pyo sorprendió al trío de estudiantes tras sus palabras, la castaña sonrió y negó con la cabeza, llevando su bebida a la boca—. Si llegas tarde date por muerta y tú, fea, toma esto—. Sin delicadeza, lanzó hacia el plato de Sook lo que parecía una invitación, antes de retirarse por completo del comedor.
— Tonto—. Susurró Hee Sook al tomar el sobre entre sus falanges sacudiendo el papel un poco debido a que se había manchado de comida. Una sonrisa inconsciente se formó en sus labios, llamando la atención de las dos jóvenes que la acompañaban.
"¿Qué hay de un café? Pasaré por ti."
~ Song Woo Bin.
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— Dongjak, Cloud Cafe—. Los ojos de Lee Hee Sook brillaban como nunca en esos últimos días, una amplia sonrisa iluminaba aún más su rostro, como una niña pequeña en un parque de diversiones se apresuró a entrar al lugar—. No te quedes atrás, camina ya—.
Woo Bin acompaño la sonrisa de aquella joven, contagiándose pronto de la misma alegría que su compañera irradiaba. No habían soltado sus manos aún cuando ya habían tomado lugar.
— Buenas noches, ¿Qué es lo que desean ordenar?—. Una linda muchacha con uniforme de camarera se acercó a ellos, sostenía una pequeña libreta y un bolígrafo dispuesta a tomar ya su orden, ambos soltaron sus manos nerviosamente bajo la atenta mirada de la mesera.
— Un capuchino y una rebanada de rainbow, por favor—. Hee Sook aún podía sentir el calor en sus mejillas, cuando terminó de hablar su vista fue hacia Song, ambas jóvenes esperando su respuesta.
— Un Americano y una rebanada de chocolate—. Su voz no tenía nerviosismo alguno, parecía que el incómodo momento de breves minutos atrás a el no le había afectado en lo absoluto.
Las salidas con Woo Bin siempre lograban llenarla de calma, cada momento increíble se convertiá en un recuerdo y un palpitar.
Hee Sook sonrió llevando la taza de café humeante a sus labios para darle un sorbo más.
— ¿Cómo estás?—. Cuestionó el mayor, interrumpiendo el silencio, el también tenía la vista hacia el frente, en el vidrio que los rodeaba.
— Quiero disfrutar de esta hermosa vista nocturna y de tu compañía—. La seguridad en sus palabras hizo que el corazón de Song diera un vuelco, trago saliva con dificultad, admiro su perfil, las luces nocturnas acariciaban aquel delicado rostro, la vista al río Han desde su puesto era la mejor, rieron y disfrutaron del resto de sus postres y cafés.
